Todavía en septiembre, y aprovechando que hemos trasladado Dos Passos a la plaza de La Encarnación, llamamos a Fernando Beltrán y a Elena Bordiú, que viven en la calle Campomanes (buen nombre para un asturiano y una madrileña porque Campomanes nace en Asturias y muere en Madrid), y nos vamos a celebrarlo a la taberna de Cascajares.
La Encarnación está presidida por la iglesia que da nombre a la plaza; enfrente está el Senado y por la izquierda la Ópera y el Palacio Real, los jardines de Sabatini y los del Campo del Moro (así tituló Max Aub la cuarta de un total de seis novelas bajo el título general de El laberinto mágico, la mayor parte de ellas escritas en su exilio de México).
En puridad, la iglesia se llama Real Monasterio de la Encarnación y es un convento de monjas agustinas recoletas. Su vida contemplativa parece que ha influido en los alrededores porque en ningún momento del día o de la noche se oye nada que distraiga la atención.
Ya anochecido entramos en la plaza de Oriente, entre el Teatro Real y el Palacio, y llegamos a la plaza de Ramales caminando en un ambiente de terrazas, suavemente iluminadas por bombillas y jóvenes patinando. Fernando y Elena nos descubrieron Palo Cortado, una de sus tabernas preferidas en el barrio. La propietaria, Paqui, un portento de buenas maneras y de alegría contagiosa, hizo las delicias de lo que quedaba de noche con manzanilla, amontillado y un final de palo cortado que, como dicen en Cádiz, “quita er sentío”. Fue un cierre feliz que había empezado en Vejer de la Frontera con los jereces extraordinarios de Viña y Mar, con el magisterio de Ramón, y ponía el punto final en la taberna Palo Cortado, en un Madrid que cada día que pasa disfruto y admiro más.
Nos sentamos luego en una terraza de Ramales y en todo el trayecto, desde que salimos de Dos Passos, vimos pasar dos bicicletas. La sensación fue la de estar en una pequeña ciudad del norte de Europa, silenciosa y educadamente aburrida.
***
Nos invita Roberto Santiago a a ver su obra, El lunar de Lady Chatterley, que ha dirigido en la sala Margarita Xirgu del Español.
El lunar es un monólogo que interpreta Ana Fernández con poderío sobre la condición de la mujer que durante siglos lucha por emanciparse de las garras judiciales, sociales y físicas del mundo macho. Y aún lo sigue haciendo.
El lunar de Lady Chatterley está ahora de gira; qué suerte los que aún no la han visto porque tienen asegurada una hora larga de emoción.
D.H. Lawrence, autor de El amante de Lady Chatterley, la publicó en 1928 en Inglaterra y sufrió el castigo de ver la obra prohibida más de treinta años.
Roberto Santiago rinde homenaje a las mujeres, algo que no es nuevo en él porque con su novela Ana (Planeta) también lo hace, como lo manifestó también en Ávila al recoger el premio “La sombra del ciprés” que cada año premia al mejor autor, a juicio de la Asociación Cultural de Novelistas abulenses.
***
Escuchar a Dorantes y escribir es casi un acto automático. Qué será lo que produce en mi cerebro esa necesidad cuando sus dedos empiezan a acariciar las teclas. “Es el Paco de Lucía del piano”, dicen los entendidos, y yo me alegro de que la estela del gran guitarrista la recoja este otro grande del flamenco.
Martes, 3
Vuelvo solo en coche desde Asturias a Madrid. Conozco esa carretera como si la hubiese diseñado yo mismo. Aquí me paro a estirar las piernas, allí a repostar y tomarme un bocadillo, y siempre escuchando la radio. Depende que sea por mañana o por la tarde cambio —poco— de emisora. Si estoy en ruta a la una de la tarde me acompaña Santiago Alcanda con su programa “Como lo oyes”, en Radio 3. Gracias a él hace tiempo supe que actuaba en Madrid Graham Nash y allí nos encontramos al día siguiente en el teatro Apolo con un grupito de supervivientes que tarareábamos sus canciones. Creo que P. era la más joven de todos, aunque joven o no se emocionó como el que más con aquella leyenda de los 70, que tocó y cantó descalzo como en sus tiempos hippies.
En este viaje Santiago Alcanda dedicó el programa a Tom Petty, que acababa de morir con la misma edad que yo tengo ahora. Es emocionante escuchar la voz de alguien que acaba de irse para siempre y al mismo tiempo saber que una grabación te dé la posibilidad de alargar la vida, de tener presente a alguien como lo estuvo Petty durante parte de aquel viaje.
Yo lo escuchaba con fruición desde mediados de los setenta, con el rock suave y rítmico de “American girl”, y años más tarde con “Learning to fly: Estoy aprendiendo a volar,/pero no tengo alas/ descender es la parte más difícil”, que recordé como una letra admonitoria porque mi hija Pilar pronto empezaría a volar y yo no tardaría en conocer esa parte difícil que Tom Petty señalaba como el descenso.
Tanto tiempo escuchando sus canciones y de pronto, cuarenta años más tarde, su voz se hace más cercana y más triste a la vez, más presente, aunque sepas que estás despidiendo una época importante de tu vida.
La carretera y la música son compañeros de viaje indispensables.
***
Íñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación, Cultura y Deporte, en rueda de prensa: “Y el Gobierno tiene previsto para el 12 de octubre una serie de actividades, presididas por el Rey, en un día con una tradición tan querida por los españoles…”.
En mi mosqueo creciente leo entre líneas un mensaje subliminal que dice así: “…una tradición tanque rida…”. Espero que la sensatez se imponga pronto para no tener que sufrir más esta alteraciones del lenguaje.
***
Se habla de día histórico como si esa definición fuese intrínsecamente buena. Un día histórico también lo fue el 6 de agosto de 1945 cuando la bomba atómica cayó sobre Hiroshima.
***
En mi Dietario de Abril, publicado el 4 de mayo de este año, concretamente el viernes, 28, hablé del dibujante Alfredo. Lo titulé “Una biografía dibujada” a propósito del libro La ventana de atrás, publicado por Treseditores. Pues bien, acaban de darle a Alfredo el Premio Nacional de Ilustración. Alfredo tiene ya una edad y un currículum artístico impresionante. Nunca es tarde para que te reconozcan tu trabajo. Enhorabuena, paisano.
Miércoles, 11
Comemos en Casa Paco, como es tradición, con Luis Mateo Díez, Manuel Longares y Ernesto Pérez Zúñiga. Humor inteligente y amistad a lo largo.
Por la noche vamos al teatro Luchana a ver “El Musical 2.0”, el espectáculo de Edu Galán y Darío Adanti, directores de Mongolia. Lleno hasta la bandera. Nos toca sentarnos al lado de Kiko Matamoros y de Makoke, que entrambos acumulan más kas que Kafka. Nos cuenta Edu a la salida que son muy fan de ellos y que le han dejado un recado en el móvil disculpándose porque se tuvieron que ir a una cena antes de terminar la obra. “Dicen que se encontraron con los paparazzi a la puerta”, cuenta Edu. Gajes de la vida del artista.
Adanti y Galán no pueden ser más bestias con su humor. Galán y Adanti son insolentes y descarados y no dejan títere con cabeza, la monarquía, el sexo, la religión. Cero autocensura. Me recuerdan, salvadas las prudentes distancias de época y formas de interpretación, al gran Lenny Bruce, el norteamericano que no podía terminar sus actuaciones porque salía detenido por la policía.
Jueves, 12 (Día de la Hispanidad)
Como si no hubiéramos tenido bastantes banderas –esos trapos de colores de los que algunos se adueñan para arrojarlos a otros– , hoy ha sido el acabose. Un año más de manifestación patriótica, como si el amor a la patria consistiera en eso, en mostrar los fusiles, los uniformes, los cañones y los aviones. Propongo al Estado que se cambie esa demostración de fuerza y que desfilen por la Castellana los médicos, investigadores, maestros y profesores, artistas plásticos, músicos, escritores y todos los profesionales y de oficios varios que en el mundo han sido. El verdadero héroe, el hombre de la calle.
Para salir de este marasmo de rebelión de masas me voy con Ernesto Pérez Zúñiga al Teatro Circo Price a rendir mi modesto homenaje de palmas y delirios a otro grande de la guitarra, Pepe Habichuela. El mundo del flamenco se ha reunido en Madrid —capital de la gloria— para celebrar sus “60 años de guitarra flamenca” y yo voy con Ernesto, que me invita con las entradas que le ha regalado su amigo Habichuela y me paso unas horas de felicidad que aún me duran, con José Mercé, Tomatito, Josemi Carmona, Niña Pastori, El Pele, Farruquito, al que no había visto nunca hasta entonces bailar y me levantó de la silla, emocionado, para aplaudir con la piel de gallina a modo de disfraz que no me quité en toda la noche. Como suelen hacer los flamencos al terminar sus conciertos, se juntan todos en el escenario y sus bises son como una zambra, una zarabanda, un jolgorio, una algazara, una bulla. Hablando de Habichuela y de Ernesto, granadinos ambos, hará unos 15 años recuerdo una zambra en una cueva del Sacromonte, con Pepe Caballero Bonald como un maestro de lujo en estas profundas lides flamencas. Yo estaba disfrutando de la fiesta cuando Pepe me puso los pies en la tierra, con su acento del sur-sur, regalándome su verso más realista: “No es una buena sambra, Miguel, es más bien para turistas”.
Para el homenaje a Pepe Habichuela también pasaron por el escenario del Price, buena gente como Estrella y Soleá Morente, Arcángel, José el Francés, Miguel Poveda y Silvia Pérez Cruz, entre otros.
Ernesto escribió en el programa-cartel del concierto un hermoso texto titulado “Pepe Habichuela: el bosque en los brazos”, porque, dice, “la música de Pepe Habichuela es un bosque, un bosque sonoro sin el que no se puede entender el flamenco contemporáneo” (…) “De sus manos”, escribe Zúñiga “que pulsan las cuerdas, nacen partituras imposibles de pensar previamente. Son creaciones puras, flexibles, álamos vibrantes en las orillas del sonido. La guitarra es un fragmento de árbol. Un árbol repartido y vuelto a reunir para darle forma de voz. La voz del aire en las ramas va a las cuerdas. El pájaro que lo visita va a los dedos. La guitarra es un árbol que se coge en brazos para hacerle cantar la música que el bosque guarda dentro sin saberlo. Hay muchos guitarristas que solo tocan flamenco. Pepe Habichuela, cuando toca flamenco, también hace cantar las raíces del bosque” (…) “Pepe Habichuela posee una lámpara maravillosa. Dentro hay un duende. Cada vez que frota la guitarra el duende se aparece. Hay muchos guitarristas que por muy bien que toquen se pasan la vida sacudiendo el instrumento para ver si el duende asoma por la boca. La guitarra de Pepe Habichuela es la ciudad del duende” (…) “Un hombre sencillo y auténtico ante el que la música se va a rendir. Un hombre que va a sonreír al final de la función, desde los ojos a las manos. La música lo va rodeando mientras él se sienta. Se está concentrando. Inclina la cabeza sobre la guitarra, muy serio. La mano izquierda se ajusta a los trastes. La derecha se mueve sobre las cuerdas. Y el árbol canta. El duende asoma. La música enciende el bosque. El alma del mundo envuelve nuestro silencio con sus ondas”.
Mi mejor Noche de la Hispanidad.
***
“El amor, cuando se pone burro, es tan excluyente como los nacionalismos: los enamorados se creen superiores al resto del planeta”.
Rafael Azcona. Memorias de sobremesa. El País/Aguilar. 1998.
Miércoles, 18
Me invita Ernesto Pérez Zúñiga al María Guerrero —no sé cómo agradecerle tanta generosidad— a ver Bodas de sangre, de mi admirado Federico, en versión de Pablo Messiez.
Cuando nos acercamos al teatro le digo a Ernesto que me emocionaba la idea de volver a ver una obra de Lorca. La última vez que vi Bodas de sangre fue en 1980, bajo la dirección de Javier Villanueva, en el teatrito del Seminario de Oviedo, que está en un promontorio en el centro de la ciudad, al que se puede llegar también por unas largas escaleras que hacen que el lugar parezca salido de una postal de la costa amalfitana o de la Costa Azul.
Pero la emoción que sentí al acercarme al teatro se me fue tan rápido como me vino, tan solo entrar en el patio de butacas y ver en el escenario, resplandecientemente blanco, a una mujer desnuda, de larga melena gris, paseando con mucha lentitud, con una excesiva teatralidad y, sobre todo, haciéndome sentir a mí incómodo ante una imagen a todas luces innecesaria. Pasados unos minutos se encaró con el público para contarnos algo sobre la libertad, que hizo que entrara en la obra con cierto prejuicio. Podría haber sido al revés y que Messiez me hiciera disfrutar del espectáculo elegido, pero no. Todo lo contrario. La obra habría dejado a Federico con la boca abierta, porque las obras de Lorca no necesitan de tanta intervención técnica, como el tronco que se cae al principio o el trío sexual y nocturno en el bosque. La palabra es decepción. Pero como no hay nada que no se arregle con una buena charla entre amigos y unos tragos de buen vino, calmamos nuestras penas en un bar muy agradable de la calle Barquillo en donde nos encontramos al diputado Rivera. Eso sí que es darse de bruces con la realidad.
***
Miguel Barrero estrena libro en editorial nacional. Lo publica Alianza y se titula El rinoceronte y el poeta. El poeta es Fernando Pessoa, uno de los más grandes de la literatura del siglo XX. Y como cuenta el arranque de esta novela: “El 20 de mayo de 1515 desembarcó en el puerto de Lisboa un rinoceronte que provenía del otro confín del mundo”. El rinoceronte está en la portada del libro, dibujado por Durero.
Su anterior editor, Álvaro Díaz Huici había realizado una gran labor publicando sus anteriores libros y dando a conocer a este escritor que tiene por delante un espléndido futuro. De él y de esta obra ha dicho Antonio Muñoz Molina: “Miguel Barrero ha escrito una novela en la que la filología se vuelve, en la expresión de Borges, una rama de la literatura fantástica”.
La pregunta esencial que plantea El rinoceronte y el poeta es: ¿quién fue realmente Fernando Pessoa, aquel escritor genial que se multiplicó en varias decenas de heterónimos mientras mantenía una existencia rutinaria por las calles de Lisboa?
Aviso a navegantes: Miguel Barrero es uno de los mejores escritores del momento, no me cansaré de decirlo. Y para que vean lo bien que piensa entren en biblioasturias.com porque la entrevista que le hacen en la sección cincoxcinco no tiene desperdicio.
Viernes, 20
Poemad. Nueva cita con el Festival Internacional de Poesía de Madrid que dirige con pulso eficaz la escritora Beatriz Rodríguez. Como siembre hubo mucho y bueno, en donde Adam Zagajewski se encargó de ponernos la piel de gallina con sus versos, leídos en español por el poeta Jordi Doce.
Este festival coincidió con el de Eñe, dirigido en esta edición por el poeta y periodista Antonio Lucas. Los dos únicos encuentros poéticos en Madrid entrelazan sus fechas y vuelven locos a los que intentamos dotarnos con el don de la ubicuidad. Yo estuve a punto de conseguirlo, pero no.
Jueves, 26
Asisto a un pase privado de Oro, película dirigida por Agustín Díaz Yanes a partir de un relato de Arturo Pérez-Reverte. Antes de empezar, Arturo dice unas palabras que resume en esto tan sencillo: “Así fue”. O sea, así fue lo que pasó en las Indias en el siglo XVI. Así fue y así nos lo han contado Pérez-Reverte y Díaz Yanes quien el día 10 pondrá en marcha en los cines esta superproducción —lo digo así sabiendo que han echado el resto para que con los medios que han tenido, al menos lo parezca—. Esta aventura cinematográfica de hoy narra otra aventura mayor ocurrida hace 500 años: la un grupo de españoles en pos de la quimera del oro en las Américas; del encuentro con un medio hostil y del comportamiento humano ante los peligros de lo desconocido; de las pasiones, del valor; de la vida y de la muerte con la que diariamente conviven en el mismo plano. El reparto no puede ser más atractivo: Raúl Arévalo, Bárbara Lennie, Óscar Jaenada, José Coronado, Luis Callejo, Juan José Ballesta, Ana Castillo y Juan Diego. La música es de Javier Limón y la producción de Apache Films, Atresmedia Cine, Tezutlan Films y Teléfonica Estudios.
***
“Con las tostadas, el periódico abierto en la mano, el aceite y el café humeando, tienes dos rutas en la vida: puedes seguir los pasos macabros del periódico, o seguir la ruta del café, o la del aceite. Son caminos que te llevan a mundos distintos. Debes elegir: creerte el periódico o creerte el aroma del café. Entonces la felicidad, ¿qué es? La felicidad no es obligatoria, la felicidad consiste en vivir. Hoy es un día maravilloso, no consientas que un hijo de puta te lo estropee”.
Manuel Vicent. Memorias de sobremesa. El País/Aguilar. 1998.
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: