Durante la Gran Guerra de 1914 apareció en el campo de batalla una nueva clase de soldado que a ojos de la sociedad de la época eran auténticos héroes del aire: Los pilotos.
En una guerra de trincheras despiadada, en la que la artillería despedazaba a cientos de hombres y las ametralladoras segaban miles de vidas a diario, estos hombres combatían en duelos aéreos que bien podrían evocar a las viejas hazañas de otras épocas, los pilotos se convirtieron en modernos caballeros del aire, muchos de ellos con códigos de honor propios de otra era.
Este incidente pone de manifiesto que en algunos pilotos de la segunda guerra mundial este código no escrito seguía de algún modo vigente. Tras el incidente los hombres del B-17 fueron obligados a mantener el asunto en secreto y Franz Stigler ocultó lo ocurrido durante más de 40 años ya que al no cumplir con su deber podría haber sido castigado severamente.
Lo cierto es que ese viejo código de honor salvó la vida a los tripulantes del B-17. Por su parte Stigler tuvo que mentir a sus superiores.
Charlie Brown siempre quiso saber quién era aquel piloto alemán que no le derribó y finalmente en 1990 se conocieron después de años de investigación.
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