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Las lágrimas de Julio César, de Jesús Maeso de la Torre

Las lágrimas de Julio César, de Jesús Maeso de la Torre

Observo con zozobra mi mesa de noche y la pila de libros sobre ella que forma un difícil equilibrio. ¿Moriré alguna madrugada sepultado por estos volúmenes entre los que ahora se encuentran Eva, de Arturo Pérez-Reverte, Las tres muertes de Fermín Salvochea, de Jesús Cañadas, Damas oscuras, esa magnífica selección de cuentos de fantasmas de escritoras victorianas, Mundo es, de Andrés Trapiello, Londres, de Peter Ackroyd, o la última novela de Jesús Maeso de la Torre, Las lágrimas de Julio César.

De todos los tochos que conviven en este reducido espacio de la intimidad, hay uno sobre el que quiero escribir: el de mi buen amigo Jesús Maeso. Por si albergan alguna duda sobre mis subjetivas palabras, quisiera recordarles una reflexión del escritor G.K. Chesterton: “Lo más cerca que cualquier hombre honesto puede estar de eso que llamamos imparcialidad es confesar que está siendo parcial”.

Las lágrimas de Julio César cuenta las andanzas de Arsinoe, la profetisa de Gades, junto al estadista romano, en las que se recrea su intensa relación con Hispania. El punto de partida es su llegada a la península ibérica en el año 68 a. C. Se plantea también un viaje por el mundo entonces conocido, de Roma a Britania, de la Galia a Egipto y de Grecia a Tapsos, en el norte de África, donde evoca con maestría el fascinante ambiente de las más florecientes ciudades del Mediterráneo, que se convierte en un estudio sociológico y antropológico de primer nivel. Ambos personajes, Arsinoe y Julio César, corren en paralelo, aunque de la mano de Maeso se muestra al gobernante como alguien muy humano, con sus sentimientos y sus sueños.

"Las lágrimas de Julio César está escrita con una prosa cuidada en todo detalle, con diálogos ajustados a cada momento y con una ambientación extraordinaria."

Otra protagonista de esta novela es Gades, la actual Cádiz, una ciudad cosmopolita, comercial, “suntuosa”, como la define el novelista, más grande que la propia Roma, donde surge otro personaje real interesantísimo: Lucio Cornelio Balbo, que se convirtió gracias a su inteligencia, recursos y diplomacia en un consejero clave para Julio César y para Roma. Una figura por descubrir.

Como suele ser habitual en el escritor ubetense afincado en la capital gaditana desde hace casi cincuenta años, la interacción entre personajes reales y de ficción dota a la novela de una verosimilitud fuera de toda duda. Y acerca la historia al lector de forma amena y adictiva. Los materiales verídicos y los elementos ficcionales deben convivir y el lector no ha de notar el límite donde ambos conviven.

Las lágrimas de Julio César está escrita con una prosa cuidada en todo detalle, con diálogos ajustados a cada momento y con una ambientación extraordinaria y sin alardes innecesarios de conocimientos para potenciar la fluidez narrativa, lo que mantiene el interés hasta el final, sin dejar ni un momento de reposo.

Su producción literaria, a pesar de la enorme constancia de su universo narrativo, sorprende al lector en cada nueva entrega, fruto del muy marcado tesón de Jesús Maeso por ampliar el espacio narrativo del pasado desde el que indaga con sagacidad sobre el ser humano. Y, sobre todo, por su querencia para entrometerse en los recovecos del alma, de manera especial allí donde esos espacios se tornan ambiguos y peligrosos. Muy poco hemos cambiado en este sentido en más de dos mil años.

"No es otra novela más sobre el mundo romano, sino una gran novela sobre el ansia de poder, sobre la venganza y sobre la exploración del comportamiento humano"

Reconoce Maeso en las entrevistas de promoción que deseaba escribir una novela sobre Julio César porque “quería hablar sobre los políticos que no tenemos ahora, pues él veía más allá de la República en la que vivía; los de ahora no ven más allá de sus propias narices”. Qué razón tiene. Me viene a la memoria la anécdota del gran torero Juan Belmonte, al que un amigo le preguntó cómo había sido posible que uno de sus banderilleros se hubiese convertido después de la guerra en gobernador civil de Huelva, ante lo que el maestro de Triana respondió: «Degenerando». Pues eso.

En conclusión, no es otra novela más sobre el mundo romano, sino una gran novela sobre el ansia de poder, sobre la venganza y sobre la exploración del comportamiento humano que tantas páginas ha ocupado en la oceánica obra de este autor sobradamente consagrado. Porque a estas alturas, decir que Jesús Maeso es uno de nuestros grandes escritores resulta una obviedad que no deberíamos repetir. Pero mientras siga creciendo como novelista habrá que seguir diciéndolo. Hay escritores que se dedican a dar bandazos y dicen siempre lo mismo. Y los hay que, hablando siempre de las mismas cosas, nunca se repiten. Entre estos pocos últimos está Jesús Maeso de la Torre.

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Autor: Jesús Maeso de la Torre. Título: Las lágrimas de Julio César. Editorial: B de Books. Venta: Amazon, Fnac y Casa del libro

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