Fotografías: ©Victoria R. Ramos.
(Este lunes SORTEAMOS en Facebook y en Twitter 3 ejemplares de ¡Que nadie toque nada!, dedicados por @blasruizgrau, que Leandro Pérez y Oberon presentan este martes en El Corte Inglés de Callao, en Madrid, a las 19 horas. El martes a las 12 anunciaremos los ganadores en las respectivas redes sociales)
A las buenas, querido lector.
Estábamos tiempo sin leernos, lo sé, pero lo cierto es que he estado con trabajo hasta las cejas. Sé que eso no puede ser motivo de queja. No se me ocurriría, pero sí es verdad que me han alejado algo de ti y eso es algo que no me puedo permitir.
Este artículo no pertenece al nuevo blog que pronto iniciaré en esta web, éste va por libre. Todo surge por una petición del jefe que me entusiasmó. No sé si sabes que hace poco —concretando más, el 22 de marzo—, he lanzado un nuevo libro al mercado. Bueno, yo no, lo ha lanzado Anaya a través de su sello Oberón. ¿Qué tiene de especial como para contarlo por aquí? Pues que surgió de mi primer blog de Zenda, de título “Se ha desmitificado un crimen”, aunque el libro se llama ¡Que nadie toque nada! —nos pareció más interesante hacerlo así—.
A lo que iba, la petición me entusiasmó, como ya digo, pero a la vez me acojonó bastante. Quería que contase yo mismo cómo había sido la presentación a medios del libro. Me encantaba la idea de hacerlo en primera persona. Pocas oportunidades hay de hacer algo así. Pero me asustó el no saber trasmitir lo que creía sentiría ese día.
No es lo mismo contar “el autor entró y saludó a los medios que allí esperaban” que “estaba fuera, nervioso, me sudaban las manos. Sabía que tras esa puerta varios medios me esperaban y eso me ponía mucho más nervioso”.
Creo que me explico. Pero lo voy a intentar. De momento te destripo que lo que esperaba no fue, ni por asomo. Fue muchísimo más.
Antes que nada quería dar las gracias a Alicia, mi nuevo ángel de la guarda, por haber velado para que todo saliera al dedillo. Por habérsele ocurrido la idea y, por supuesto, por pelear para colocarme frente a los ojos de todos los que se pueda. Esa chica me ha demostrado que no sólo es querer, es ponerse y hacerlo. Sin más.
Como decía, a Alicia se le ocurrió la idea de presentar a los medios el libro con algo diferente. Algo que escapara un poco de lo literario y les hiciera sentir las páginas, su contenido. Ella pensó en hacer una escape room basada en los mitos que desmonto en el libro. Cuando me lo contó no me lo creía. ¿En serio iban a invertir esa pasta en mí? Vaya, yo venía de buscarme la vida en hacer presentaciones de lo más simples —y lo que me costaba ya eso— y ahora querían convocar a la prensa para hacer que vivieran el libro en primera persona.
Me ahorraré todos los detalles previos al 21, día elegido para hacer la presentación, porque no vienen al caso, pero creo que no hace falta que te cuente cómo tenía yo el estómago las horas anteriores al evento. Incluso los días, pero ya digo, me centro en el 21. Pues sí. No pude ni desayunar porque tenía un fuerte pinchazo en la boca del estómago de la tensión por que todo saliera bien. ¿Y si no iba nadie? ¿Y si no suscitaba interés? ¿Y si blablablabla? Los “y si” me asaltaban y golpeaban a traición. No me dejaban disfrutar de nada.
Llegamos al escape room contratado sobre las 9:30h de la mañana. La idea era comenzar el evento a las 10:30h, pero así, durante esa hora podría tratar detalles con la editorial. Aunque he de decir que, como querían que yo también participara en uno de los grupos para resolver el escape, no me dejaron ver nada de la habitación, para así no reventarme la sorpresa.
Apenas me dio tiempo a nada, porque la prensa llegó enseguida y las fotos, las entrevistas y la recolección sobre mis primeras impresiones con ella. Hice entrevistas para varios periódicos como La Razón y El Mundo, varios medios audiovisuales como RNE, TeleMadrid o Cuatro y varias webs dedicadas a la literatura. Entre medias, el primer grupo entró, aunque yo casi no podía atenderlos porque mi compromiso con la prensa era ineludible. Lo que sí debo contar sobre ese primer grupo fue que salieron del escape cuando apenas quedaban unos segundos para la finalización del tiempo que tenían —cuarenta minutos—.
Cuando ya se acercaba la hora de acabar ellos, fueron llegando los miembros a los que yo acompañaría dentro del nuevo turno. Debo destacar que entre ellos se encontraba Claudio Serrano, voz en castellano de Ben Affleck, de mi adorado Christian Bale (BATMAN!!!), Patrick Dempsey y muuuuchos más. Llevábamos tiempo hablando de manera virtual y poder abrazarlo fue todo un lujo. En ese turno también debería haber estado Leandro Pérez, director de Zenda, pero un pequeño percance le dejó fuera de juego y en su lugar, en representación de esta web, acudió Victoria R. Ramos, que firma todas estas fotos que estás viendo. Lo cierto es que creo que gané con el cambio. Adoro a Leandro, pero Victoria mola más, jajaja. Y, nada, tras explicarnos las reglas del juego nos tocó entrar. La cosa parecía sencilla y a la vez complicada. El senador Kentley había sido asesinado y teníamos que resolver el misterio de quién lo había matado y con qué arma. Lo realmente complicado del asunto es que el escape room estaba lleno de mitos de los que yo rompo en el libro. A mí me colocaron una cámara de esas que graban lo que tú ves, sólo que enfocándome a mí para ver mis reacciones —ya que estaban a la vez montando un vídeo promocional—. Pues bien, desde que entré me obsesioné con la luz forense y ya no la solté en todo el tiempo. Aunque sólo servía para una cosa concreta, jaja. Sea como sea, antes de empezar yo tenía el ligero convencimiento de que no saldríamos a la hora. ¿Por qué? Porque yo había escrito el libro y, ya se sabe, en casa del herrero… Aunque a mi favor diré que ese día, con tanta emoción, estaba atolondrado. Algo más de lo habitual, digo.
No sé si habrá colado, lo cierto es que soy un completo inútil.
Pero no, no salimos a tiempo aunque apenas nos faltaron unos segundos más.
No importaba. Yo lo había pasado genial y casi ni me había dado cuenta de que en verdad lo que estaba haciendo era presentar un libro que había escrito yo mismo. Estaba seguro de que esa era la idea de la editorial y, ¡vaya que si lo consiguió! Cuando salí todavía tuve que contestar un par de entrevistas más, pero yo estaba tremendamente feliz por cómo había ido la mañana.
¿La cosa acababa ahí? ¡Qué va!
Al día siguiente la editorial tuvo que contratar otra vez la escape room porque, no sé muy bien cómo, pero generé el interés también de Telecinco y de La Sexta, ya que con ambas grabamos unos reportajes chulísimos que pronto veréis en televisión. El balance de esos dos días no puede ser más positivo, ha sido lo más parecido a un sueño que podría vivir y ni siquiera estoy seguro de haber sabido contarte cómo fue todo. Lo que sí estoy seguro es que tú tienes mucha culpa de que todo haya sucedido así. Sin tu apoyo, sin tu compra de un ejemplar, sin tu aliento, la editorial no hubiera pensado que merecía la pena apostar por mí y este sueño se hubiera quedado, precisamente, en eso. Gracias, lector, una vez más, porque me llevas en volandas y no creo merecerlo. Sea como sea, desde el lanzamiento del libro no haces más que mostrarme tu cariño. Yo sólo quiero devolvértelo y créeme que lo haré.
¿Quieres que te firme/dedique tu ejemplar de ¡Que nadie toque nada!? No te preocupes, porque ahora empieza lo bueno. Una gira que me llevará por un sinfín de lugares y que me hará pasar cerca de ti, eso seguro. De momento comienzo el día 10 de abril en una presentación que haré junto a Leandro Pérez en El Corte Inglés de Callao, a las 19h. Será una presentación zendiana en toda regla y te quiero ver allí. Charlaremos, reiremos y te dedicaré un libro encantandísimo, así que no me faltes. 😀
Pronto anunciaré el resto de fechas.
Puede que este artículo no te haya resultado tan interesante como otros que pueda haber firmado en esta web, pero hemos vivido tanto juntos, lector, que no quería dejarte fuera de algo que ha sido tan especial para mí. Si quieres contarme algo siempre puedes hacerlo a través de mi correo: Blas@zendalibros.com o en mi twitter: @Blasruizgrau.
Nos vemos pronto, seguro. Por lo pronto: ¡Que nadie toque nada!
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Autor: Blas Ruiz Grau. Título: ¡Que nadie toque nada!. Editorial: Oberon. Venta: Amazon y Fnac
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