Una sola Tierra

Reflexionar sobre lo que nos acerca a otras culturas y otros pueblos de los que se está separados geográficamente, por ejemplo, por un mar o una cordillera, es un ejercicio de imaginación que cuesta a menudo realizar. Sin embargo, parece que se hace con más facilidad el camino inverso: determinar las diferencias. Esto, normalmente, conduce al distanciamiento, el desconocimiento e incluso a la desconfianza entre los habitantes de esos lugares.

A los autores de Terráneo —Marino Amodio y Vincenzo del Vecchio—, sin embargo, les interesaba buscar esos puntos de cohesión, esas zonas comunes en las que los pueblos y ciudades distribuidas a lo largo de las costas mediterráneas se veían identificados. Viajando por los diferentes países que bordean el Mediterráneo y que son bañados no sólo por sus aguas sino también por esa luz tan característica que produce, entendieron que ese mar podía además unir a los pueblos y gentes en lugar de separarlos. Y así, embriagados de ese espíritu, imaginaron que el Mediterráneo se convertía en tierra firme, en una isla rodeada de agua. Y, de pronto, lo que la cartografía actual muestra alejado por esa serena entidad líquida ellos lo unieron con barro y paja como dioses creadores. Y crearon “una sola tierra (que) unía las costas del Mediterráneo”. Y lo llamaron Terráneo.

Este libro, merecedor del VI Premio Internacional Álbum Ilustrado Edelvives, es una oda a la indagación y al descubrimiento de la cultura mediterránea, su geografía, sus costumbres y sus gentes. Y también un canto a ese mar Mediterráneo, a esas aguas de colores cristalinos que cautivan a sus navegantes y a los que observan su horizonte desde tierra firme.

En esta Isla de Terráneo los jóvenes autores italianos —ambos arquitectos— imaginan también que existen diferentes pueblos que hablan “al mar a su manera”. De esta manera, este pedazo de tierra rodeado de mares y océanos mantiene la diversidad cultural del Mediterráneo que conocemos y sus gentes conservan la obsesión por el baile equilibrado y sereno de sus aguas. Los autores construyen en esa isla ciudades muy arquitectónicas surgidas, claro está, de su formación académica, y lo hacen con una destreza y una belleza que no dejan indiferente al lector. El Cairo es, por ejemplo, una mano cuyas falanges aparecen adornadas con pirámides a modo de joyas; Atenas está construida con la forma de una figura humana que evoca la sabiduría, la contemplación y la santidad de sus templos; y tres mujeres de altos minaretes representan la Estambul donde, parece ser, nacieron todos los habitantes de Terráneo.

Pero a pesar de esa riqueza cultural, de esa armonía que se respira en la isla, los límites de los mares que la rodean despiertan la curiosidad de sus habitantes y les conduce a soñar con mundos libres más allá del horizonte. Ese hambre de conocimiento, esa necesidad de surcar los mares y vencer el miedo que produce la inmensidad de las desconocidas aguas es lo que provoca que “no quede más remedio que vaciar aquel inmenso mar”. Y el agua ocupó el lugar de la tierra y la tierra el lugar del mar, y dejó paso a un terreno por descubrir por los habitantes de Terráneo sin olvidar su procedencia, sus raíces. El nuevo mar se convierte ahora en lo que les emparenta y les une.

Las maravillosas ilustraciones del libro complementan esa ingeniería imaginativa que nos invita a replantearnos nuestra relación con el Mediterráneo y toda la riqueza de las costas que baña. Desde sus diferentes gentes y culturas hasta su diversa arquitectura. La belleza de Terráneo está no sólo en su contenido sino también en su trasfondo, en la invitación que hacen los autores para que los lectores vayan en busca de lo que acerca a todo aquel que lleva el Mediterráneo contenido en sus ojos, en su mirada.

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Autores: Marino Amodio y Vincenzo del Vecchio. Título: Terráneo. Editorial: Edelvives. Obra ganadora del VI Premio Internacional Álbum Ilustrado 2017 de Edelvives. Venta: Amazon, Fnac y Casa del libro