Conocí a Luis Alberto de Cuenca, en persona, por una entrevista que realizamos para esta web el periodista Jesús Fernández Úbeda y yo.
Me pareció una persona interesantísima. Necesitaba retratarle de manera más íntima y conocer algo más de su gran mundo.
Tener el placer de estar en su gran y singular biblioteca ha sido una experiencia maravillosa.
Luis Alberto, además de ser una persona extremadamente culta y trabajadora, es un gran coleccionista de la “alta cultura y la cultura popular” como él mismo me ha comentado.
Amable y divertido, conversamos largo rato sobre sus objetos fetiche, su trabajo y su gran amor por los libros.
Para saber más de Luis Alberto:
Doctor en Filología Clásica, es Profesor de Investigación en el Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo (CCH, CSIC). Ha sido Director de la Biblioteca Nacional (1996-2000) y Secretario de Estado de Cultura (2000-2004). Es Académico de número de la Real Academia de la Historia desde 2010 y Presidente del Real Patronato de la Biblioteca Nacional desde 2015.
Obtuvo en 2013 el Premio “Julián Marías” de Investigación en Humanidades por el conjunto de su obra filológica, y en 2016 el Premio “Antonio de Sancha” a su labor por la difusión del libro y de la lectura.
Como poeta ha publicado, entre otros libros, La caja de plata (Premio de la Crítica 1985), La vida en llamas (Premio Ciudad de Melilla 2006), El reino blanco (2010), Cuaderno de vacaciones (Premio Nacional de Poesía 2015) y Bloc de otoño (2018). Por su obra poética se le concedieron el Premio de Literatura de la Comunidad de Madrid (2006) y el Premio de las Letras “Teresa de Ávila” (2008).
Entre sus libros de ensayos figuran El héroe y sus máscaras (1991), Las cien mejores poesías de la lengua castellana (1998), Señales de humo (1999), Libros contra el aburrimiento (2011), Palabras con alas (2012), Los caminos de la literatura (2015) y Libros para pasártelo bien (2016).
Asiduo traductor al español de lenguas clásicas y modernas, obtuvo el Premio Nacional de Traducción correspondiente a 1989 por su versión del Cantar de Valtario, de autor latino anónimo (siglo X). Ha traducido también a Walpole, Cazotte, Villiers, Nodier, Nerval, Keats, Tennyson, etc. Ha editado críticamente a Euforión, Eurípides, Rubén Darío, etc.
Diosas, Santas y Malditas, de Alfredo Arias
En este libro todo esta construido para el placer del lector, con ese rigor alegre y chispeante que tienen los grandes libros de ensayo, y tengo que pensar en libros de ensayo tan importantes y arrebatadores como El héroe de las mil caras de Joseph Campbell o la mismísima Rama dorada de James George Frazer, para deducir el placer que he obtenido con la lectura de Diosas, Santas y Malditas, de Alfredo Arias.
Me gusta como poeta, pero como conversador es aún mejor (lo digo por sus intervenciones radiofónicas). La conversación es un género muy descuidado, casi perdido. En la vida he oído a grandes conversadores, lo mismo gente culta que gente que no lo es en absoluto, pero el arte se pierde.