La relación de amistad entre Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges es de sobra conocida, incluso mantuvieron también una estrecha colaboración profesional escribiendo a cuatro manos relatos policiales, como Seis problemas para don Isidro Parodi, bajo el pseudónimo de H. Bustos Domecq, apellidos de un bisabuelo materno de Borges (Bustos) y de la abuela paterna de Bioy (Domecq).
Ambos escritores se ríen de la literatura de detectives, género que admiran, a través del genio de un exbarbero en Buenos Aires, Isidro Parodi, acusado de un crimen que no cometió y condenado a 21 años en la Penitenciaría Nacional, que resuelve los enigmas que le plantean las visitas que recibe, desde su celda 273. Cuarentón, gordo y sedentario a la fuerza, Parodi reúne lo mejor de los héroes de ficción de Borges y Bioy: Sherlock Holmes, Auguste Dupin y el padre Brown, es decir, de tres de sus maestros: Arthur Conan Doyle, Edgar Allan Poe y G. K. Chesterton.
De esta amistad entre ambos escritores rescatamos para Zenda el resumen de una larga conversación que yo propicié en 1991 entre Adolfo Bioy Casares (Premio Cervantes de ese año) y Daniel Moyano en donde se habló, naturalmente, de Jorge Luis Borges.
–Bioy, ¿cuándo conociste a Borges?
–Borges fue mi amigo de siempre, lo conocí en 1932, en casa de Victoria Ocampo, que era muy autoritaria.
–¿Y cómo era esa relación en la que mezclabais la amistad y el trabajo?, ¿qué pasó con el encargo publicitario de una marca de yogur?
–Un día me pidieron a mí que hiciera un folleto sobre la cuajada y el yogur, y como pagaban muy bien –pagaban 17 pesos la página, que era mucha plata en esos momentos– le propuse a Borges que lo hiciéramos juntos. Entonces nos fuimos al campo para escribirlo, y como nos aburríamos empezamos a hacer bromas con aquella redacción. Yo creo que esas bromas fueron como una semilla que, tal vez, minó nuestra colaboración posterior. Éramos dos escritores partidarios de la literatura deliberada: no de escribir con el inconsciente, sino al contrario, nítidamente escrito y con la conciencia despierta, y nos propusimos escribir historias policiacas clásicas con un enigma y una solución. Nos dejábamos arrastrar por las bromas, de pronto, Borges me preguntaba: “Y qué vamos a hacer con este autor?, ¿y eso a dónde nos lleva?”. Vale decir que tuvimos una lección de humildad, tal vez por esas bromas que hacíamos mientras redactábamos el folleto sobre el yogur, en el que descubrías también frases pomposas, como si en esa época Borges y yo creyésemos que escribir bien era escribir pomposamente.
–¿Cómo se escriben relatos a cuatro manos?
–Nos veíamos por la noche, antes de la cena, y si a uno se le ocurría una historia le anunciaba al otro que tenía un cuento para que lo escribiésemos juntos. Si el otro aceptaba, lo conversábamos durante la cena y nos proponíamos no escribirlo hasta después de la tercera cena, para haber hablado bastante de él. Pero en la segunda cena Borges se impacientaba y entonces yo me ponía a la máquina de escribir y al que se le ocurría la primera frase la proponía; si al otro le parecía bien, la aceptaba, escribíamos esa frase y así seguíamos.
–¿Teníais algún secreto para que no se rompiera esa relación?
–El secreto –ya lo dijo Borges– era no tener amor propio, no tener vanidad, y no tener cortesía con el otro cuando las cosas iban por mal camino. Realmente resultaba mucho más fácil que escribir solo porque de esta manera hay que resolver las dificultades sin ayuda; en cambio, cuando son dos las personas que escriben es probable que la dificultad de uno no sea la del otro.
–El tono de vuestros relatos es jocoso, divertido, paródico…
–Puedo decir que fuimos muy felices escribiendo juntos, que nos divertíamos mucho. Nos hicimos odiar por Silvina Ocampo y por los amigos que estaban en el otro lado del cuarto porque Borges se reía a carcajadas cuando estábamos escribiendo.
–¿Tuvisteis más proyectos juntos?
–Después, cuando decidimos escribir en serio, teníamos planes para escribir un libro parecido a uno de Ezra Pound, ABC de la lectura. No pudimos hacerlo porque ya estábamos viciados con las bromas y de la única forma que podíamos escribir era burlescamente, así que, de algún modo, nuestro procedimiento nos castigó y nos obligó a dejar proyectos que tal vez hubieran sido buenos.
***
Zenda se propone colgar periódicamente –no paródicamente– algunas de las entrevistas que el periodista Joaquín Soler Serrano realizó para RTVE con el título de “A fondo”. Más de ochenta personajes del mundo de la cultura dejaron sus opiniones desde 1976. Comenzamos con Borges.
-
Una novela, dos miradas y la poética tramposa del recuerdo
/abril 03, 2025/Desde el principio, sentí el deseo de combinar la narración clásica con un género que amo: la novela gráfica. El porqué de esa fusión se debe a mi voluntad de distinguir formalmente el plano del recuerdo, más cercano a lo onírico, y el del presente, pues en Teníamos 15 años me propuse volver a mi propia adolescencia, a esos años 90 en los que, al tiempo que descubría mi pasión por la literatura y, en particular, por el teatro, también afrontaba mi identidad en una sociedad sin demasiados referentes y donde resultaba difícil vencer el miedo a alzar la voz,…
-
La alegoría de la plenitud de Julián Ayesta
/abril 03, 2025/Requisitos que parece cumplir fehacientemente Julián Ayesta, al que, con toda justicia, aunque haya escrito también algunos cuentos y obras de teatro, se le puede considerar dentro de la insólita tipología de escritores que escribieron contadas páginas y acertaron una sola vez, como evidencia su única novela: Helena o el mar del verano. Es una novela que Ayesta escribió sin la perspectiva de estar escribiendo una novela, sino que, sin saberlo o pretenderlo, la fue concibiendo por partes, como sucede con la obra de los poetas, a través de entregas sucesivas en diferentes revistas literarias de la época de los…
-
Pilar Eyre: “Las mujeres de más de 60 no están reflejadas ni en literatura ni en periodismo”
/abril 03, 2025/En un encuentro con periodistas, confiesa Eyre que tenía ganas de pasárselo bien escribiendo un libro, y optó por algo más ligero que sus anteriores novelas históricas, que siempre requieren mucha más documentación. Como muchas de sus novelas, la nueva obra tiene elementos autobiográficos o autorreferenciales: “Somos un grupo de amigas que nos reunimos desde hace mucho tiempo, y tras sus comentarios siempre he pensado que con sus historias entremezcladas podría haber una novela”. La novela también nace como reacción a que las mujeres de su edad no están reflejadas ni en la literatura ni en el periodismo, y siempre…
-
En la mirada de Cărtărescu: un viaje literario a través de “El ojo castaño de nuestro amor”
/abril 03, 2025/Contexto biográfico y temático de la obra: La obra de Cărtărescu se erige como un monumento de introspección y reflexión. A través de sus narraciones, nos sumerge en su vida, desde su infancia en la Bucarest comunista hasta sus años maduros, tejiendo un tapiz de experiencias que abarcan amores, desamores, y reflexiones sobre la mortalidad y el arte literario. Su estilo, que combina elementos de humor y nostalgia, añade una dimensión de humanidad y vulnerabilidad a sus narraciones. Influencias literarias y estilo: Cărtărescu, a través de su escritura, nos presenta un entramado de influencias literarias. Su prosa, fuertemente influenciada por…
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: