La memoria olorosa de los veranos felices
Tú serás Baudelaire, de Fernando Poblet (1935-2013), un librito de profunda y lírica memoria, se publicó en 1983. Dos años antes habíamos dejado atrás el golpe de Estado de Tejero y sus secuaces (de abajo hacia arriba hubo unos cuantos), y el año anterior habían ganado las elecciones los socialistas de Felipe González con mayoría absoluta, que fue entonces necesaria para los cambios que se promulgaron pero que, mucho tiempo después, empezó a pegársenos al cuerpo como una mala noche, húmeda y calurosa.
En otoño del 82, en Luna de Abajo publicamos el primer Cuaderno de Poesía en Asturias, con textos de Francisco Álvarez Velasco, Víctor Botas, Álvaro Díaz Huici, Rosa Espada y Juan Muñiz, ilustrados por los pintores Bartholomé, Alejandro Mieres, J. Paredes, Carlos Sierra y Ramón Rodríguez. Un bello libro de gran formato cuya portada era una enorme luna blanca sobre fondo negro.
Fernando Poblet aún no había publicado su memoria personal cuando fui a llevarle un ejemplar de este libro. Yo lo escuchaba en RNE y su programa me gustaba mucho porque la literatura andaba siempre colándose entre los cables de su micrófono y salía al aire en forma de conversación civilizada, envuelta “en paz y permanencia” como unos años antes escribiera Schumacher en su libro Lo pequeño es hermoso. Eran años de cambios y los progres andábamos con El País en una mano y algunas revistas y libros autopublicados en la otra. Ocupadísimos.
Así me presenté:
—Vengo a ver a Fernando Poblet.
—¿Tenías cita? ¿Quién le digo que eres?
Eran tiempos de cambio y yo era un rebelde con causa que no sabía pedir citas porque soñaba con asaltar los cielos, como había leído que Marx había inspirado la insurrección parisina en 1871.
Dije que no, que no me conocía pero que quería darle un libro. Le llamaron y salió a recibirme. Fernando Poblet, el gran Poblet, me dio la mano y yo le di el libro. Entonces nos sentamos un rato y él me preguntó algunas cosas que ya no recuerdo. Sé que estuvo amable y cordial, receptivo, y que elogió “la factura” del libro. Creo que quedamos en volver a vernos. Yo seguí escuchando durante años su estupenda voz en todos los programas: Pabellón de insomnios, Los jueves, milagro, Tiempos modernos y Las mil y una.
Como digo, Fernando Poblet publicó en 1983 esta rara avis que llamó Tú serás Baudelaire, editada por Noega, al frente de cuya editorial estaba Álvaro Díaz Huici. Me sentí más empujado aún a leerla por el prólogo de Juan Cueto, que lo terminaba con estas palabras: “Quiso ser un buen escritor para no extraviar jamás aquella memoria olorosa de los veranos felices”, lo que siempre me ha recordado al aroma que desprende de principio a fin Helena o el mar del verano, esa pequeña gran novela de otro gijonés, Julián Ayesta.
El libro de Fernando Poblet lo extravié en mis varias navegaciones, pero como la vida es generosa lo recuperé merced a un joven escritor mierense, que a pesar de su juventud ha leído más de lo que le puede caber y ha heredado la mejor pluma de sus mejores antepasados. Ocurrió entre las doctas charlas y las charangas cargadas de humo de churros de la Semana Negra de Gijón. A pesar de que el libro había tenido la suerte de continuar viviendo en más de una edición, Miguel Barrero me regaló la de 1983. Probablemente la misma del libro que perdí y que alguien dejó, muchos años años después, en la librería de lance en la que él lo compró.
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