El autor de cómics Paco Roca revindica en La Vanguardia la necesidad de tebeos en los kioskos para que los niños puedan acercarse a las historias gráficas.
Muchos recordarán su Arrugas, la novela gráfica que fue llevada al cine y que recibió el reconocimiento del público después —y no antes— de recibir dos premios Goya en 2012, a la mejor película de animación y al mejor guion adaptado. Así lo ha recordado este viernes el ilustrador valenciano Paco Roca en el ‘Desayuno con Maestros’ que ha organizado Espai Rambleta en Valencia, también Premio Nacional, entre otros reconocimientos.
En un encuentro informal con periodistas y personas vinculadas al mundo artístico, Roca ha revivido el día de la gala de los Goya así: “Tenía la sensación de que había entrado en una fiesta que no era la mía y que me estaba llevando algo que a ellos [al resto de nominados] les hacía más ilusión que a mí”. Cercano y accesible y con un ego que ha reconocido que lleva “por dentro”, ha recordado que, cuando llegó con los dos preciados galardones a casa, su novia es quien le puso los pies en suelo: “Vale, muy bien. ¿Pero has puesto la lavadora?”.
”Los premios a veces son más un lastre que un apoyo: te hacen ir por el camino que está hecho y arriesgas menos porque tienes que satisfacer a tus lectores. Es mejor olvidarse de todos los premios”, ha reflexionado el ilustrador, aunque ha reconocido que los Goya le pusieron “en el mapa de la cultura, fuera del mundo del cómic” y que la película volvió a la gran pantalla y se reeditó el cómic en papel.
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