A las buenas, querido lector. Hace tiempo que no estoy por aquí, la que considero mi casa. Reconozco que es por algo bueno, ya que todo ha sido por intenso trabajo literario que pronto podréis disfrutar, pero cuando se me brindó la oportunidad de hacer un cameo de nuevo por aquí antes de mi vuelta definitiva, ni me lo pensé. Sobre todo cuando me preguntaron si quería entrevistar al que aquí os presento. Conozco a Roberto López-Herrero desde hace ya años, así que para mí es Róber. Un tipo que cuando sacó Normal (Suma de Letras) y puso patas arriba la novela negra dijo que no le gustaba el género y que había escrito Normal para poder leer una que no le sacara los colores con los tópicos típicos. Un tipo al que conocí por haber tenido las narices de publicar un libro titulado con un enorme spoiler: Antonio mató a Luis en la cocina con un hacha porque le debía dinero y reventar los rankings de Amazon con semejante despropósito. Un tipo que, con sólo 23 años, ya había escrito y publicado un juego de aventuras llamado Superhéroes Inc. (Cronópolis 1995) porque «no hay ningún juego decente sobre superhéroes». Un tipo que va de sobrado, vaya. Y ahora se atreve a meterle mano a la fantasía con N Mundos: Mundo pequeño (Alethé, 2019)… A ver qué se cuenta.
—¿Qué nos vamos a encontrar en esta novela?
—Una aventura clásica, una aventura en la que la protagonista tiene que decidir qué quiere ser, una aventura con muchos elementos de fantasía, como seres de dos cabezas, animales que hablan, hadas, pero no al estilo tradicional.
—Es decir, que no te gusta la fantasía, ¿verdad?
—Veo que has ido a pillar. Mira, como lector que soy antes que juntaletras, no soporto la enésima copia de Tolkien. ¡Hay más cosas que contar que elfos, enanos y orcos! Me cabrean esos libros con señoras pechugonas con espadones en la portada. Para eso me leo un cómic, no una novela llena de lugares comunes y tópicos.
—Luis Endera dice que se sentía leyendo tu novela como al leer La historia interminable.
—Luis es muy amable y algo exagerado, ja, ja, ja.
—Entonces, ¿por qué has escrito N Mundos?
—Por necesidad de disfrutar. No creo en la escritura como un proceso doloroso. Hay momentos difíciles, como en todo, que te cuesta más sacar una escena, un capítulo, pero para mí escribir es disfrutar.
—¿Cómo nace la historia de esta joven victoriana que entra en otro universo mágico y steampunk?
—Todo empezó como un ejercicio. Yo estaba haciendo un curso para mejorar mi escritura, que en esto siempre se puede mejorar, y me encontré con un ejercicio curioso: escribe algo fuera de tu zona de confort, algo que no creas que puedas escribir. Empecé con un relato al estilo victoriano, que siempre he admirado como lector y temido como juntaletras y saqué buena nota. Me dio por escribir pequeños relatos victorianos y vi que mal del todo no se me daba, pero uno de ellos comenzó a crecer, a crecer y acabó convertido en esto.
—Veo que no lo tenías planificado. Como dice Manel Loureiro, que por cierto habla maravillas de tu libro, ¿eres escritor de brújula o de mapa?
—De brújula, está claro. A ver… Planifico un poco la historia, en cuanto creo que tengo una entre manos, intuyo por dónde puede ir el final, pero no tengo cada capítulo organizado, ni cada trama. De ese modo soy el “lector cero” y muchas veces me sorprendo a mí mismo.
—¿Te ha pasado con esta novela? Porque has tardado cuatro años en acabarla.
—Más, creo que ha sido más tiempo, pero por cuestiones de trabajo externas a escribir. Sí, hay un par de momentos, que no voy a contar para no reventar la historia, que sí, que incluso me dejaron un poco tocado. A una de las protagonistas le pasa algo muy bestia y cuando acabé de escribir aquello se me saltaban las lágrimas.
—Y empezaste a publicarla en Wattpad. ¿Cómo fue eso?
—Conocí Wattpad y me pareció curiosa esa plataforma en la que te escrutan tantos ojos. Tuve la suerte de que los primeros capítulos gustaron y creé una pequeña comunidad de fieles que me pedían un capítulo a la semana mínimo, lo que me iba a permitir, iluso de mí, acabar la novela en pocos meses. Pero entonces se volvió viral y empezaron los trolls, y no de Tolkien, y los que en mayúsculas exigían “publiquen más capítulos, hijos de puta” y me cansé. Pero me he quedado con algunas amistades de ahí, el saldo ha sido positivo. Para probar si una historia puede funcionar es un buen sitio.
—Hablando de trolls, volvamos al género: fantasía steampunk… ¿Por qué esa estética?
—Porque cuando la conocí me fascinó. Es muy distópico el steampunk y derivados. Es tecnología futurista hecha al estilo antiguo. Fue un reto describir determinadas cosas. Hasta mi suegro me dejó libros sobre ingeniería naval de principios del siglo XX para que sacara terminología. Me gusta lo steampunk por lo anómalo que visualmente resulta. Uno de mis videojuegos favoritos es Fallout, con su estética nukepunk, o Fable, que es puro steampunk, sobre todo el 2.
—Vale, ahora entiendo algunas referencias en el libro, que es casi como ver Stranger Things, por la cantidad de guiños que metes a videojuegos, a cómics, películas y a otros libros como Alicia en el País de las Maravillas o incluso El Mago de Oz.
—Sí, hay cosas que he metido conscientemente, pero otras muchas “se me han caído” y son los lectores los que me van diciendo. Pero volviendo a Alicia y a Oz, están claras las referencias con las hermanas de Susanne: Alice y Dorothea.
—Hablando de Susanne, ¿por qué una protagonista? Bueno, dos, porque Dangerdoll, el hada borrachuza y macarra, es la otra gran protagonista de N Mundos. ¿Lo has hecho por seguir la moda empezada el año pasado con Wonder Woman?
—No, surgió así. Fue algo natural, y además empecé a escribirla años antes de ver Wonder Woman, la película maravillosa de Patty Jenkins. Fue más por recordar a Ripley, la protagonista de Alien, la gran olvidada cuando se habla de protagonistas femeninas. Y Dangerdoll, que en principio iba a ser un complemento para la historia, fue creciendo y se volvió imprescindible para mí.
—Ahí hay otra referencia a los videojuegos: las hadas son solo hembras, como las asari de Mass Effect.
—Ja, ja, ja. Touché, pero pensaba más en la sociedad de las amazonas de Themyscira de los cómics de Wonder Woman.
—Dónde sé que acierto es en el homenaje que rindes a Iron Man.
—Sí, es uno de mi personajes favoritos, sobre todo por la profundidad que le dieron en la etapa en la que el guionista David Michelinie lo volvió alcohólico y por lo genialmente que está adaptado en las películas.
—Ahí quería llegar yo: por tu experiencia en guiones de televisión y radio se nota que sabes dejar a los lectores con ganas de más. ¿Has jugado a acabar la mayor parte de capítulos con un cliffhanger?
—Claro, hace tiempo alguien que es experto en el tema, alicantino y autor de No mentirás, entre otras, me dijo: “Yo escribo para que el lector siempre quiera más”. Y le he hecho caso, claro.
—Vaya, no me esperaba eso, pero gracias. No te voy a responder como el Sr. Lobo de Pulp Fiction.
—Ja, ja, ja. Vale, vale. No, es en serio. A mí me encanta leer libros de esos que a las diez de la noche dices “Sólo un capítulo más” y te dan las cuatro de la madrugada.
—Cambiando radicalmente de tema. Yo he visto en la historia de Susanne una gran metáfora sobre la adolescencia: con sus miedos, sus cambios, la injerencia de todo el mundo en su vida… ¿Ha sido algo consciente?
—Como siempre: parte sí y parte no. He escrito N Mundos mientras mi sobrina Laia pasaba de tener 8 a 13 años y dejaba de ser una niña para convertirse en una adolescente. Ella me ha dado muchas ideas para la historia y muchas veces la que reaccionaba era ella y me decía: “Pero Susanne debería decir esto o hacer lo otro”. Y le he hecho caso.
—Susanne es lo que se suele decir “una mujer fuerte”…
—Si eso es sinónimo de que el personaje está medianamente bien escrito, gracias. Existe la manía de llamar «personaje femenino fuerte» al que si fuese hombre no pasaría ser “protagonista” o “secundario”. Hay mucho machismo que tenemos que eliminar aún en cuanto a eso, y mi intención tan solo era contar una historia de elección de vida con alguien llevada al extremo. Por eso la señorita victoriana del principio acaba convertida en la Susanne del final del libro.
—Otro de tus temas recurrentes, que ya vimos en Normal, es el animalismo. Aquí ya sin tapujos: hasta haces a Susanne vegetariana.
—Sí, yo no lo soy, pero cada vez como menos carne. Y sí que me ha salido animalista, pero porque mi familia la componemos dos humanos con tres animales. Si miras a los ojos de tu perro o de tu gato y no conectas, el que no tiene alma eres tú. De ahí mi defensa de los animales.
—Y todo esto con magia, con elementos fantásticos y una trama trepidante… Hablemos, si te parece, de Alethé, la editorial que ha apostado por ti.
—Son un sello nuevo de La Esfera de los Libros, que quiere mimar lo que hacen. No sacan muchos libros al año, se centran en ciencia ficción y fantasía y alternan autores españoles con internacionales. A mí me están tratando muy bien, me han dado libertad absoluta con la novela y espero seguir haciendo cosas con ellos.
—¿De quién ha sido la idea de la portada? Porque se aleja mucho de lo típico de un libro de fantasía.
—Volvemos al principio de la conversación: no quería señoras con espadas ni nada similar. Quería algo más steampunk, más sobrio.
—¿Por eso no hay ilustraciones de los personajes?
—Y porque creo que los lectores tienen todo el derecho del mundo a imaginárselos ellos como quieran. Yo digo que Susanne es morena, de pelo negro y que no ha cumplido veinte años. El resto, cómo es su cara, sus manos, lo dejo al lector. Es cierto que de Dangerdoll doy más datos, pero tampoco muchos más… El lector acaba lo que nosotros empezamos, y no los quiero condicionar.
—Para terminar, ¿habrá más aventuras en los N Mundos? Huele a saga…
—Como todo en este mundo mercantilista, dependerá de la aceptación del público. En mi cabeza y en la de mi sobrina hay varias aventuras más, pero eso ya no está en mis manos. Si la gente quiere más N Mundos, habrá más N Mundos.
—Róber, mucha suerte con N Mundos: Mundo pequeño.
—Muchas gracias, hermano.
Y a ti, querido lector, quería darte también las gracias por acompañarnos durante este ratito. Como ya te he contado, muy pronto volveré con un blog que, sinceramente, creo que te va a gustar. Por el momento puedes contarme lo que te apetezca en mis redes sociales, en todas ellas, tienes que buscarme como BlasRuizGrau (sí, muy original). Ah, a Róber también síguelo, pero a cierta distancia…
Fotos: Luis Endera
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