Considerada como una de las grandes escritoras de la narrativa actual de los Estados Unidos, A.M. Homes ha hablado en Barcelona de su última novela, La revelación, sin morderse la lengua sobre cómo ve su país, a las puertas de unas elecciones que puede volver a ganar Donald Trump.
A su juicio, se trata de «un hombre de negocios fracasado, un lavabo de oro que ha quebrado en siete ocasiones», con ganas de dividir a los estadounidenses y sin tener en cuenta los derechos de la gente.
«Sólo hoy —ha advertido— iré un poco más allá para hablar de Donald Trump y diré que me preocupa, muy especialmente, no sólo que sea un delincuente o un criminal, porque, de hecho, hay muchos líderes mundiales que lo son; tampoco que sea un agresor sexual, que también, lo que me preocupa es que sea alguien sin ninguna visión, sin ningún sueño».
La novelista ha lamentado que no tenga «ninguna mirada más allá de sí mismo», en un momento en el que todas las economías del mundo están interrelacionadas, con sociedades globales, y con importantes conflictos bélicos.
En cambio, «él sólo se ve a sí mismo, lo que es un problema, una pesadilla».
Una sátira feroz sobre el poder, la libertad y la identidad
Publicada por Anagrama en castellano y Angle en catalán, su última obra, La revelación, es la más política, una sátira feroz sobre el poder, la libertad y la identidad norteamericana, que transcurre en apenas seis semanas, a partir de la victoria de Barack Obama, en noviembre de 2008, y hasta su toma de posesión.
En este período algunos millonarios republicanos, donantes del partido, se ponen en marcha para una conspiración, frente a la cual se encuentra un hombre denominado Pez Gordo, con ganas de actuar contra el gobierno salido de las urnas.
Al mismo tiempo, Pez Gordo vive una situación familiar complicada con una mujer, Charlotte, con un serio problema de alcoholismo, y una hija adolescente, Meghan, educada en elitistas colegios, que empieza a cuestionarse todo lo que ha vivido hasta el momento.
A.M. Homes ha rememorado que cuando empezó a escribir el libro, Trump «no estaba ni en el horizonte», pero sí tenía claro que la política cada vez respondía «menos» a las necesidades de la gente y que su único motor era el dinero.
El año 2008 lo ve como un punto de inflexión, por la victoria de Obama, aunque también conllevó que despertara un «racismo y un sexismo latente, que desde entonces no ha dejado de crecer».
«Quería mirar qué pasaba, ver otra versión de la realidad, a esos hombres ricos y, a la vez, muy molestos porque Obama había ganado las elecciones y ver qué ocurriría si intentaban alterar el sistema político para reclamar lo que sería su propia versión de la democracia, la de los padres fundadores, hombres blancos, con poder y autoridad», ha señalado.
Aunque ha afirmado, por todo ello, que su Pez Gordo nada tiene que ver con Trump, sí ha dejado caer que poco imaginaba entonces, cuando empezó a perfilar esta historia, lo que ocurriría el día 6 de enero de 2021, cuando se produjo el asalto al Capitolio.
En cuanto a Joe Biden, la norteamericana ha indicado que es alguien que no llama la atención respecto a sí mismo, que ha hecho «un buen trabajo, más de lo que se le reconoce», y que se deja asesorar.
«Biden es básicamente lo que denominaríamos un funcionario, sin prácticamente agenda privada», ha apostillado.
Sin embargo, en estos «tiempos complejos», el dinero de los donantes de las campañas electorales ha crecido con respecto a 2008 de «manera exponencial» y ahora ofrecen «dinero oscuro que se blanquea a través de sociedades que no se pueden rastrear, comprando directamente al candidato para que haga lo que ellos quieren».
Aunque esta sátira ha tenido menos lectores que otros títulos suyos como Ojalá nos perdonen, quizá, ha reflexionado, porque los lectores buscan distraerse con las novelas, cree A.M. Homes que hay que reflejar lo que ocurre en su país, ser «realista y honesto», y escritores, periodistas, artistas deben ser «la voz y documentar su propia época».
Mal síntoma, en realción a la entidad literaria de un autor y una novela, que todo lo que se espera sean declaraciones relativas a la coyuntura política y que la sustancia de ese libro, lo que debiera hacerlo atractivo o digno de perdurar, ni se contempla en la curiosidad del entrevistador.