El escritor Abdulrazak Gurnah, Premio Nobel de Literatura, cree que en África y Sudamérica se viven todavía las consecuencias del colonialismo, mientras que las naciones que fueron imperialistas intentan pensar «en positivo»: «Sospecho que en España hay una manera de negar las consecuencias de sus actividades históricas».
Una novela en la que, como en otras de sus obras, habla de la huella del colonialismo en las poblaciones y su papel en la ruptura de las familias, las culturas y los continentes.
«Muchas veces intentamos pensar en positivo en el pasado», ha indicado el autor, que cree que las naciones que fueron imperialistas tienen una tendencia a creer que «tampoco fue tan malo».
Por ello, sospecha que «también en España hay una manera de negar las consecuencias de sus propias actividades históricas, sobre todo, por ejemplo, respecto a América Latina» y decir: «No pensemos en ello, que la vida continúa».
Pero, ha recalcado Gurnah, «es mejor saber que no saber, recordarnos que estos temas que se han ocultado han dejado un legado de acontecimientos con el que la gente tienen que convivir».
Una de las consecuencias evidentes del colonialismo, ha considerado, son los golpes militares que se han vivido en varios países de África Occidental, en el Sahel, la mayoría exterritorios coloniales franceses: «Es bastante evidente que puede haber un hilo conductor en el hecho de que eran antiguas colonias francesas».
«Parece que hay una guerra que nunca termina» y es porque hay territorios en los que han metido a dos poblaciones en un solo país, que ha sido dibujado desde fuera, ha indicado el escritor tanzano.
No obstante, ha recordado que África no es un lugar del que se pueda hablar en general ni se puede pensar en el continente como si fuera un todo y que su literatura se refiere a una parte, Zanzíbar, que no es muy conocida por la población europea, ya que las noticias solo hablan de los sitios donde hay violencia.
Gurnah ha reconocido que le cambió la vida la concesión del premio Nobel, que le fue otorgado por «su conmovedora descripción de los efectos del colonialismo», y ha indicado que le parece fantástico que su obra haya sido traducida a muchos idiomas desde entonces.
Un galardón que ha dado visibilidad también a los temas de los que escribe: «Lo que hace el premio en general, pero sobre todo un premio de esta magnitud, es que la gente quiere saber, mientras que antes, aunque el libro estuviera publicado en ese idioma y disponible, no había llamado la atención».
Sobre cómo acabar con los efectos del colonialismo, Gurnah ha asegurado que él hace lo que puede, que es escribir sobre estos temas: «Pero es una pregunta que debería estar sobre el tapete como ciudadanos, como estudiantes, como políticos, como profesores, todos deberíamos formularnos esta pregunta».
De todas formas, ha indicado que hace 20 años «a cualquiera que hubiera hablado de reparación se le habría considerado un lunático, mientras que ahora el tema está sobre la mesa seriamente».
Y cree que ha sido un primer paso el hecho que se hayan iniciado procesos de descolonización de los museos con la restitución de las obras de arte a sus lugares originarios en diversas partes del mundo.
«Eso es algo que se puede hacer sin demasiado dolor. Norteamérica y muchas otras partes del mundo están llenos de objetos robados, lo que yo llamo historias rotas de la gente. Y están en los museos o incluso, todavía peor, están en sus almacenes escondidos», ha recalcado el escritor.
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