Páradais (2021) supuso una revelación en muchos sentidos, un modo de narrar desde la crudeza y un cierto grado de inmediatez que llegaba con naturalidad pero iba cargada de trabajo duro en pos de una sencillez impostada para que no quedara evidencia del esfuerzo que supuso poner en pie la novela. Fernanda Melchor (Veracruz, 1982) había ensayado ya esas formas de relato en Temporada de huracanes (2017), en su libro de crónicas Aquí no es Miami (2013; 2018) y, por encima de ellas, en la novela que nos ocupa. Falsa liebre apareció en 2013 y marcó el inicio de estrategias narrativas en las que lo aludido y lo soslayado juegan al gato y al ratón, persiguiendo un aquí y ahora que se traduce en líneas de diálogo cargadas de cotidianeidad, casi magnetofónicas, con un gusto por el giro dialectal y jerguístico que obliga al lector foráneo a afinar la atención, aunque eso no resulte un lastre a la postre.
Ha pasado una década desde que Almadía publicara Falsa liebre, y ahora se rescata con honores de novedad, porque Melchor ha crecido como escritora, pero lo sustancial ya estaba aquí, en esta doble historia de sueños rotos y corrupciones insoslayables. Y eso es lo más difícil de digerir, que lo que acontece en las historias de los hermanos Andrik y Zahir, como la que ocupa el devenir de los amigos Pachi y Vinicio, pinta irremediable. La violencia, el desenfreno, la podredumbre moral, la desesperanza, y eso tan difícil de medir como es el despropósito anunciado desde la cuna, forma parte indisoluble del paisaje portuario de la costa mexicana.
Cuesta dilucidar el argumento de lo que Melchor nos quiere contar. Sí que es verdad que hay aquí una historia con personajes que pugnan por salir a flote. Ahí está el adolescente Andrik, puteado en el sentido literal de la palabra, un ser que todavía no discierne entre las miserias de la vida cuando el amor y la necesidad de sentirse querido se entremezclan en la misma habitación, en la misma mano, la que acaricia y castiga según vengan dadas. Y más allá ronda la pareja de amigos que se adentran en la playa, camino de una fiesta improvisada, ahítos de estupefacientes, menos excitantes que narcotizantes, a la búsqueda de una disolución de la realidad para que ésta duela menos, para que sea más llevable, para, al fin, borrarse y desaparecer. La violencia es otro más de los personajes de esta novela iniciática, que expresa desde el acopio verbal un estado del mundo que no conoce la redención. Con la fuerza que luego traspasó a Páradais, Fernanda Melchor ha creado un espacio muy personal dentro de las letras mexicanas. Lejos queda el Boom. No hay epígonos visibles en el horizonte desde donde relata Melchor. Tan sólo devastación en el paisaje jarocho, donde la devastación y el tedio le dan la mano al vicio y al calor, como en un buen corrido clásico, o ya puestos, en las dolorosas estrofas de las canciones descarnadas de Carla Morrison. No creo que sea mala compañía.
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Autora: Fernanda Melchor. Título: Falsa liebre. Editorial: Literatura Random House. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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