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Aires de cambios con La Vecina Rubia

Aires de cambios con La Vecina Rubia

El pasado viernes se realizó la presentación a medios de la nueva novela de La Vecina Rubia, Mi querida Lucía, a la que también estaban invitados una veintena de lectores que habían ganado un concurso propuesto en las redes sociales.

Lo primero que llama la atención es que se trata de una escritora anónima, es decir, era del todo imposible que fuera a acudir a hablar de su novela o a firmar ejemplares siguiendo el modelo convencional de este tipo de eventos. Lejos de esperar que hiciera una aparición sorpresa desvelando su identidad, la mayor curiosidad de los asistentes era saber qué habían programado y cómo podría llevarse a cabo sin utilizar la típica pantalla que tapa a la persona, y es que en este caso tampoco ha dado entrevistas en directo de viva voz por lo que la opción quedaba descartada.

"Comenzaba así un nuevo modelo de presentación literaria en el que el escritor, como si se tratase de metaliteratura, era sustituido por sus propios personajes"

El acto comenzó en el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat a bordo de un avión de vueling en el que, al igual que en muchas ocasiones habla el comandante para desear un buen viaje, la autora se dirigía a los asistentes ya que si el libro es el viaje, no cabe duda de que a los mandos tiene que ir aquella que creó la historia. Desde ese momento, comenzaron los murmullos sobre si dada la singularidad del evento se iba a desvelar alguna parte de la trama, preguntándose unos a otros quién había tenido la posibilidad de terminar la novela y haciendo cábalas sobre si se parecería o no la la Trilogía Verano. Comenzaba así un nuevo modelo de presentación literaria en el que el escritor, como si se tratase de metaliteratura, era sustituido por sus propios personajes.

"Y es que, una vez se comienza un libro, lo que importa son las sensaciones que produce más allá de quién lo haya firmado, pese a lo cual tuvieron el detalle de dejar libros firmados a los asistentes, lo que provocó momentos de emoción entre sus lectoras"

Con Mi querida Lucía, la conocida escritora realiza un cambio de registro al saltar a la novela negra con un cozy crime que ha vendido la friolera de 25.000 ejemplares solo en la preventa y que está llamado a ocupar las listas de libros más vendidos como ya hicieran los tres títulos con los que dio el salto a las librerías. En esta ocasión la novela se desvincula del personaje de redes para crear una historia independiente dirigida a un público más amplio ya que, la siga o no, todos los lectores parten en igualdad de condiciones. La trama comienza cuando una carta manuscrita llega a manos de una redactora de la sección de horóscopo de una revista, involucrándola en un macabro juego de asesinatos que se le va acercando cada vez más de tal modo que puede ser víctima o verdugo en una historia llena de momentos de una realidad cotidiana que busca la complicidad del lector. Y, precisamente basándose en eso, la editorial ha preparado un scape room en el que se invita a los asistentes a colaborar para resolver los enigmas. Así es como Lucía, la protagonista, se presenta en carne y hueso con una puesta en escena que parte de la novela pero cuida el detalle de no dar ventaja a quienes han leído la historia ni pistas a aquellos que aún no han podido comenzarla. Como explicaba Lydia Díaz, directora editorial de Libros Cúpula, estábamos ante una experiencia inmersiva en la que la historia habla a los lectores. Y es que, una vez se comienza un libro, lo que importa son las sensaciones que produce más allá de quién lo haya firmado, pese a lo cual tuvieron el detalle de dejar libros firmados a los asistentes, lo que provocó momentos de emoción entre sus lectoras.

Una vez finalizado, cuando se ponen en frío las cosas, tengo que reconocer que en un mundo en el que los formatos cambian más rápido de lo que podemos absorberlos, resulta refrescante ver que dentro del mundo literario quedan muchas formas con las que experimentar para acercar los libros a sus lectores que se salen de un modelo que lleva años dentro de los mismos parámetros. Y es que cualquier lector que tenga curiosidad y al que la geografía se lo permita se puede acercar al scape room, no ha sido algo dirigido únicamente a medios. Esta vez, la presentación la realiza la propia historia.

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