Empieza Guerreros Urbanos con un francotirador en cuclillas. Con el rostro cubierto y el cuerpo en tensión, listo para firmar una nueva pieza. Adrenalina y estilo en una compilación de casi 100 fotografías de Jeosm, escritor de grafiti y fotógrafo.
Hace unos días se presentó en La Fábrica el tercer libro de Jeosm, Guerreros Urbanos, que, editado por Alfaguara y La Fábrica, cuenta con la colaboración del escritor Arturo Pérez-Reverte.
La relación entre ambos francotiradores de palabras viene de hace tiempo. Arturo necesitaba documentarse sobre el universo del grafiti y Jeosm fue el escritor que le ayudó a empaparse de ese mundo de códigos y reglas, ese universo cuyas normas se parecen irremediablemente a las de los reporteros de guerra. Un mundo que se mueve con códigos de honor, con lealtades que hoy día casi ni se entienden.
Tras esa conexión previa a la escritura y publicación de su novela El francotirador paciente (Alfaguara), ambos escritores derrumbaron los prejuicios que albergaban sobre el mundo del otro. Jeosm descubrió en Arturo un amigo al margen de academicismos y formalidades y Arturo descubrió en la crew de Jeosm una suerte de hermandad, de camaradería que, según comentó, le llevó a conmoverse en muchas ocasiones.
Sobre lealtad, códigos, reglas, honor… palabras que se siguen escribiendo en mayúsculas, se habló largo y tendido en la presentación de la obra, esquivando en muchos momentos el verdadero motivo que nos congregaba allí, la publicación del álbum de Jeosm, un trabajo de varios años siguiendo a grafiteros por varios países, inmortalizando en blanco y negro cada pieza escrita en territorio enemigo, en clandestinidad, un trabajo de seguimiento a cada escritor, mascando a su lado la tensión, el miedo, la adrenalina, la excitación… la vida, dejando para la posteridad cada firma, cada tag… para preservar el respeto y esquivar el olvido. El álbum del cazador. Un trabajo del que dice Pérez-Reverte: con su cámara y su talento le basta.
Hace tiempo que Jeosm comenzó a disparar, además de con el aerosol, con la cámara. Un hecho que alabó Arturo Pérez-Reverte, que pronostica el pronto éxito del fotógrafo. En este sentido recuerda una sesión fotográfica realizada en casa de Javier Marías para Zenda, en la que Jeosm, alejándose de la parafernalia que preparan algunos fotógrafos, se mantuvo en silencio en un rincón, aferrado a su pequeña Leica, casi imperceptible, pero armado de talento.
Sobre la fina línea que separa, para la opinión pública, el arte del grafiti, Jeosm y Arturo Pérez-Reverte lo tienen claro: Si es legal no es grafiti.
A un grafitero, continuó Arturo, se le respeta no por ser un artista o por ser muy bueno, sino por estar en sitios complicados, peligrosos.
A los grafiteros el arte les revienta, dice Jeosm.
Arturo interviene: un grafitero quiere marcar territorio.
Como los perros, zanja Jeosm.
Jeosm también reveló el principal motor que le lleva al grafitero a escribir las calles. El resorte es el respeto que se gana haciendo el trabajo en la calle. Un grafitero escribe su nombre, deja su firma, no quiere transmitir nada, es una cuestión de puro ego. Además añadió que hoy día el arte urbano nace muy condicionado, con esa obligación de transmitir un concepto o mensaje.
Arturo Pérez-Reverte fue crítico ante la habitual dureza de la policía con los grafiteros. Jeosm añadió: Un político puede empapelar la ciudad con su cara de… y es algo cívico. Yo pongo mi nombre y me crujen.
Arturo explicó en varias ocasiones las acciones preparadas de los escritores de grafiti, muy parecidas a las tácticas militares que él ha visto en los países en conflicto que ha cubierto como reportero.
Sobre la escasez de mujeres en el mundo de los grafitis, Arturo lo atribuyó al hecho de ser el grafiti un ritual de grupo muy masculino, mientras que Jeosm comentó que cada vez hay más mujeres escritoras de grafiti, algunas de ellas muy audaces.
Hermandad, camaradería, códigos, reglas, audacia, talento, organización, lealtad… Arturo terminó con una pregunta lanzada al aire: ¿qué sería capaz de hacer esta gente por otras causas? Para él son figuras a medio camino entre el hijo de puta y el héroe.
Imágenes: Raquel Jiménez Jiménez y portada de la obra
Título: Guerreros urbanos. Fotos de Jeosm con textos de Arturo Pérez-Reverte. Editorial: Alfaguara y La Fábrica. Edición:papel
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