Algo más lejos de ellos
Escribí esto cuando todavía era consciente.
Consciente de mi estupidez.
Coherente con mis suicidios mentales.
Pero presente,
como Cuaresma en los Carnavales.
Y yo, como siempre, tan demente y duro como aquellos duros diamantes.
Lo escribí, tienes que creerme, sin pensar en ti.
Lo escribí de una vez.
Casi lo recuerdo, como cuando estaba bien, cuando estaba contigo.
Fue justo antes de pasar de ser tu agudo amante a ser tu obtuso enemigo.
Justo después de ser un ser absurdo, como lo era
en verano aquel,
aquel absurdo abrigo.
Lo escribí entonces,
y cuando lo leo de nuevo, comprendo mucho menos,
desde lo irracional,
tus razones.
Pero te escucho.
Por eso he de quemarlos, estos,
estos malditos versos,
los que me hicieron creer
que cuando escribía esta mierda estaba más cerca ti,
o algo más lejos de ellos.
Confesión
Tus palabras envenenadas, tu tono enrarecido,
tus rarezas,
tu ácida acritud, tu actitud destructiva,
tu escasa virtud, tu virtuosismo virtual,
tu ritual,
tu amor testimonial, tus falsos testimonios.
Tú y tus endemoniados demonios.
Tus gestos despectivos, tu mente retorcida,
tus bajezas,
tu nula franqueza, tu franca nulidad,
tu sublime altiveza, tu superlativa belleza,
tu pose,
tu necia postura, tu postulada necedad.
Tú y tu vanidosa vanidad.
Te extraño tanto…
¿Cuándo vas a regresar?
Estacional
Respecto a lo de ayer, nada.
Ya veremos.
Los días se levantan a pesar de ti.
Gracias.
Las tardes bostezan.
De nada.
Por la noche te tapas la cara mientras otros
rezan.
Respecto a lo de mañana, todo.
Pasado, mejor.
Las ganas también se pasan.
Gracias.
Como el fulgor de tu mirada.
De nada.
Como el olor atrapado entre mi piel y tus
bragas.
El invierno también pasa.
Poemas de César Pérez Gellida hasta ahora inéditos
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