Amistades bovinas

El propósito de base de Young está más que claro: dejar constancia de la inteligencia de las vacas, los cerdos, las ovejas, las gallinas. Ofrecer al lector las armas suficientes para que éste se despoje de sus propios prejuicios al respecto de las limitaciones de dichos animales. Sus armas para ello están encabezadas por varias décadas de experiencia como ganadera en Kite’s Nest, su granja familiar, en la que practica la ganadería extensiva basada en conceder la máxima libertad a cada uno de los animales.

La vida secreta de las vacas se despliega ante el lector como un retrato impresionista de las rutinas de las vacas, de la forma en que se relacionan entre ellas y con los propios seres humanos. Rosamund Young las describe como animales desconfiados aunque leales, con un profundo arraigo familiar y un indiscutible sentido del deber. Pese a todo, admite que entre ellas también surgen rencillas eventuales, y procede a relatar todas esas historias con su milagrosa voz, la de una persona que ha aprehendido a los animales como iguales, como seres capaces de trazar los mismos procesos racionales que ella misma realiza.

Proporcionándole un nombre a cada uno de los animales incluidos en el relato, Young crea una suerte de compleja genealogía extendida a lo largo del tiempo, y dibuja entre sus miembros vínculos de amor, amistad y cariño, aunque también deja sitio en la habitación para el rencor o la tristeza. De todo ello, sin embargo, extrae la enseñanza de que los animales funcionan, a esos niveles, de forma mucho más pragmática de la que nosotros, tristemente humanos, lo hacemos. Su resoluto instinto, su capacidad para encontrar soluciones prácticas a los problemas a los que se enfrentan y la firmeza de sus decisiones otorgan a la organización de sus sociedades —que, por lo que cuenta Young, apenas requieren intervención humana— un equilibrio extraordinariamente admirable.

El gran triunfo de La vida secreta de las vacas está en su manifiesta sencillez, en la voluntaria elección de ese lenguaje que tan claramente remite a la virginal naturaleza, que se filtra entre el verdor de las hojas y transpira su aroma a través del papel. Rosamund Young relata con voracidad cinematográfica todas esas anécdotas recopiladas a lo largo de los años; siendo partícipe de ellas o como mera observadora. Así que existe un poder oculto en este libro tan delicado, que funciona casi como aquellas historias infantiles en las que uno se escurría hacia el interior de las páginas como sin querer. Y allí dentro, bajo la copa de un árbol, entre las flores silvestres, acariciado por el pelaje acicalado de las coquetas vacas, uno se despoja un poco —un poquito aunque sea— del cinismo de los días humanos. Y se acerca a las amistades bovinas. Lo he pensado un poco: así me referiré de aquí en adelante a aquellos amigos que crea verdaderos. Mis bovinos compañeros.

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Autor: Rosamund Young. Título: La vida secreta de las vacas. Editorial: Seix Barral. Venta: Amazon, Fnac y Casa del libro