La escritora Ana Merino trabajaba en su próximo libro, una novela de campus emplazada en la Residencia de Estudiantes de Madrid, cuando un archivo de material inédito con correspondencia entre Federico García Lorca y Joaquín Amigo acabó en sus manos y el enfoque cambió para llegar ahora en forma de su nueva novela: Amigo.
Tres cartas inéditas de Lorca, los primeros poemas de Luis Rosales o una postal de Dalí y Lorca son algunos de los objetos inéditos que llegaron a manos de la escritora en plena pandemia. “En una videoconferencia de yoga conocí a María, nieta de Joaquín Amigo. Me contó que tenía estos materiales, así que fui a su casa a organizarlos”, ha explicado.
“De joven colaboré en actos en la Residencia, así que preparaba un libro en el que mi personaje pasara por allí”, ha dicho la autora que, al descubrir este “tesoro” inédito, cambió el enfoque de su novela. “Le pedí a la nieta de Joaquín Amigo si podía introducir este material en la novela”, ha explicado la escritora, que también ha añadido a la descendiente como personaje.
Catedrático de Filosofía y redactor en la revista Gallo junto a Lorca, el personaje de Joaquín Amigo ha quedado en la sombra con el paso de los años. “Amigo mostró un apoyo total hacia Lorca y defendió su propuesta literaria. Era un hombre de mentalidad muy abierta; leía a Freud, interpretaba los sueños, hacía grafismo…” ha dicho sobre el autor. Junto a Lorca y de 1918 a 1936 ambos se tornaron en los mayores del grupo. “Tuvieron una relación de amistad muy bonita desde muy jóvenes, y fallecieron con solo nueve días de diferencia, fusilados por bandos diferentes. A día de hoy, sus cuerpos siguen sin localizarse”, ha señalado.
Esta relación y correspondencia marcará la vida de Inés, protagonista de la obra y poeta mexicana en Estados Unidos que regresa a la Residencia en España, donde estudió, para impartir unos ciclos de poesía. Allí investigará sobre el hallazgo de estos archivos, que transportarán a la protagonista a encarar heridas del pasado, como las luchas de poder académico o la pérdida de un compañero.
“La novela muestra cómo somos y cómo nos relacionamos según donde estemos, y plasma la juventud y vitalidad de Lorca y Amigo, además de mostrar cómo el pasado da respuestas para entender el futuro”, ha aclarado sobre algunos aspectos a los que la novela invita a reflexionar a través de Inés y sus diferentes tramas.
En un juego de espejos con su protagonista, Ana Merino edifica una novela de ficción que habla “de las emociones humanas y de las respuestas que da la vida desde la apelación a la fraternidad”, ha dicho sobre Inés, resaltando la importancia de convertir a la protagonista de su novela en mexicana.
“Los que mejor interpretan las cosas muchas veces son los de fuera, porque traen una mirada diferente. Gibson no es español y, sin embargo, es de los mejores estudiosos de Lorca”, ha añadido.
Con la premisa clara de que “la realidad supera siempre la ficción”, Merino ha revelado que publicará en un futuro un ensayo detallado sobre este archivo familiar que se convierte en hilo conductor. “Leer la vida de Amigo y sus proyectos permite rememorar su ilusión. Hay algo mágico en la literatura”.
Cartas de amor para su mujer, cuadernillos con los poemas primerizos de Rosales o tareas de estudiantes en Ronda, lugar de nacimiento de Amigo, son algunos de los objetos inéditos que, en la vida real y ahora también en la ficción, se convierten —ha concluido—- en “un tesoro que muestra que siempre hay magia en la literatura”.
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