Foto Daniel Mordzinski
El prolífico Andreu Martín deambula en su nueva novela, Vais a decir que estoy loco, por cuestiones relacionadas con los trastornos y la psicopatía a través de su criatura literaria Francesc Ascàs, un joven extravagante y diferente que un día se ve envuelto en la muerte de su vecina.
Andreu Martín ha comentado que antes de sentarse ante el ordenador se documentó de forma profusa con libros de psicología e incluso habló con psicólogos y psiquiatras para trazar a su personaje principal porque, en cierta forma, «quería crear un prototipo de enfermedad mental». Sin embargo, se dio cuenta de que «estaba haciendo lo que yo decía que no quería hacer nunca, que es un personaje de libro, cuando nadie es un personaje de libro». «El ser humano —ha proseguido— es suficientemente rico para dar todas las opciones posibles, y estaba creando un Francesc Ascàs demasiado encorsetado por los libros de psiquiatría, cuando apostaba por escribir mi novela más libre. Revisé todo lo escrito, rompí límites y creé un personaje como a mí me daba la gana porque, al fin y al cabo, yo no hago libros de psicología«.
Quien se enfrente a estas páginas se topará con un dibujante de cómic, solitario, que crea mundos «que son delirantes, en una locura creativa como la de Nazario y otros dibujantes de El Jueves o El Víbora, que se permitían la libertad de creación». Con imprevistos y sucesos de todo tipo, sin olvidar nunca su habitual sentido del humor, Martín llevará al lector a preguntarse sobre quién es realmente el loco de esta historia.
También le ha interesado mostrar el entorno «desde el punto de vista distorsionado de este personaje» y mostrar «una realidad sin saber muy bien lo que estás viendo, ni si lo que está pasando está pasando realmente».
Con novelas inacabadas archivadas en su ordenador y otras en mente, Andreu Martín ha terminado, asimismo, un nuevo título con personas que llevan mascarillas, y otro, escrito a cuatro manos, con el excomisario de los Mossos d’Esquadra Joan Miquel Capell, que está en proceso de edición.
Preguntado por estos últimos meses de pandemia, el novelista ha lamentado lo «mal» que se están llevando, y se ha extrañado de que «no haya más brotes psicóticos entre la población, porque se ha mirado mucho por la parte física, pero se han dejado de tener en cuenta otros elementos importantes de la vida de las personas«. A su juicio, «en un momento en el que se ha puesto patas arriba todo lo que atañe a la salud, no se han tenido en cuenta ni las cuestiones relacionadas con el dinero ni con el amor». Le parece una «animalada» que se trate el distanciamiento social como algo «positivo, porque lo que curas por un lado lo estropeas por el otro, pero como no hay otra alternativa mejor, no te toca otra, pero hace falta imaginación por parte de los políticos, que nunca deberían haber perdido de vista ni las relaciones personales ni el dinero, porque hay gente arruinándose». Por ello, no ha dudado de que la pandemia de coronavirus «va a tener un efecto social y económico».
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