En 2023 vi esta novedad de la editorial Lumen en algunas librerías de Madrid, Annie John, de Jamaica Kincaid (Antigua y Barbuda, 1949). Estuve hojeando el libro y me pareció interesante: una novela de iniciación, en parte autobiográfica, de una mujer negra de las Antillas; la novela de una escritora que había sido candidata al premio Nobel en más de una ocasión. Algún tiempo después, me volví a encontrar con un ejemplar de este libro en la librería de segunda mano Ábaco. Costaba 7 € y, en realidad, no era un libro de segunda mano, porque estaba intacto. Lo compré y, meses más tarde, cuando se acercaba la concesión del premio Nobel de 2024 me puse con él, después de leer dos libros de relatos de la china Can Xue y hacer mis propias quinielas sobre el premio.
He leído en internet algunos datos sobre la vida de Jamaica Kincaid y, en gran medida, coinciden con la información que da sobre sí misma el personaje de Annie John, pero creo que no debemos confundir, en cualquier caso, a personaje con autora, puesto que también se pueden encontrar hechos diferentes. Por ejemplo, en la novela, Annie John es hija única, y en la realidad Jamaica Kincaid tuvo un buen número de hermanos.
Annie John nos hablará de algunos episodios fundamentales de la infancia o adolescencia, como su paso por el colegio o el cambio a la secundaria. Nos hablará de su afición por los libros o la forma en la que destacaba en los estudios, a pesar de que fuera de las aulas su comportamiento no era precisamente ejemplar. Nos hablará también de sus mejores amigas, de esas chicas de las que pensaba que era inseparable, pero con las que acabará sintiendo, con el paso del tiempo, que ha dejado de compartir asuntos importantes. Estos episodios los irá narrando en saltos temporales de dos o tres años. De los diez años pasaremos a los doce, a los quince y finalmente a los diecisiete.
Nunca había leído ningún libro de una escritora de las Antillas, y la verdad es que este tema me resultaba atractivo. La isla de Antigua fue una colonia británica hasta 1981, así que, en el tiempo narrativo de la novela los habitantes de la isla reciben una educación británica. Me han resultado curiosas las páginas en las que Annie John se cuestiona la figura de Cristóbal Colón, quien llegó a la isla en 1493, y es reprendida por ello, ya que su profesora considera que es un personaje histórico relevante e intachable. También se hablará del pasado esclavista de la isla; el esclavismo quedó abolido en Antigua en 1833. En este sentido, me ha resultado llamativa la forma de hablar en la novela de una chica de origen inglés que llega a su clase: «Mirándole el rostro, yo sabía cómo se sentía Ruth. Sus antepasados habían sido los amos, mientras que los nuestros habían sido los esclavos. Ella tenía tantísimo de qué avergonzarse, y estando diariamente con nosotras era inevitable que lo tuviera siempre presente. Nosotras podíamos mirar a cualquiera de frente, pues nuestros antepasados no habían hecho nada malo, excepto permanecer indefensos. (…) Pero nosotros, los descendientes de los esclavos, sabíamos perfectamente lo que había ocurrido en realidad, y yo estaba segura de que si los papeles hubieran estado invertidos, nosotros habríamos actuado de modo diferente; estaba segura de que si nuestros antepasados hubieran ido de África a Europa y se hubieran encontrado con la gente que vivía allí, se hubieran interesado como corresponde en los europeos que viesen, habrían comentado “qué bien” y a continuación se habrían vuelto a casa a contárselo todo a sus amigos.» (pág. 83).
Sin embargo, aunque sí se hablará, como ya he dicho, de la relación de Annie John con sus amigas, sus profesoras o el entorno del colegio, lo más importante del libro, su tema central, será hablar de la relación de Annie John con su madre. En los primeros capítulos, cuando se narran los diez años de la protagonista, Annie John nos mostrará la relación idílica que tiene con su madre. De hecho, la última frase, antes de dar el salto temporal a los doce años, será esta: «Tal era el paraíso en el que yo vivía» (pág. 30).
A partir de los doce años, la relación entre madre e hija comienza a torcerse. En la página 51 leeremos: «Yo había caído en desgracia con mi madre». Aunque no se acaba de explicar de un modo claro por qué ha ocurrido ese cambio, el lector acaba pensando que la madre desea que su hija crezca como una «señorita», cumpliendo una serie de códigos sociales bastantes rígidos que, en gran medida, chocan con los intereses o aficiones de Annie John. Quizás también podríamos pensar en que, con el crecimiento adolescente de Annie John, se empieza a establecer una rivalidad entre las dos mujeres de la casa.
La prosa es sencilla, contenida, no exenta de momentos poéticos.
He tenido la sensación de que la novela, agradable en su primera mitad, aunque algo tópica en su descripción de la infancia y la adolescencia —pese al paisaje insólito donde se sitúa—, decaía en la segunda parte, debido principalmente a la insistencia de la autora en esta idea de la mala relación entre madre e hija. Kincaid ha ido acumulando escenas en las que se mostraba el choque entre las dos mujeres, de un modo bastante similar unas y otras, pero considero que le ha faltado introspección psicológica para analizar este conflicto de un modo más profundo.
Leída esta novela de Jamaica Kincaid, escrita originalmente en inglés, siento ahora curiosidad por la obra de Maryse Condé (Guadalupe, 1934-2024), otra escritora antillana que escribió su obra en francés.
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