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Anotaciones en el diario de Rimbaud, un poema de Óscar Hahn

Anotaciones en el diario de Rimbaud, un poema de Óscar Hahn

Encarcelado por el régimen dictatorial de Augusto Pinochet en los años 70, su vasta obra poética constituye uno de los corpus literarios más poderosos de la literatura chilena de la segunda mitad del siglo XX, también dedicado con exhaustividad al ensayo. A continuación reproduzco Anotaciones en el diario de Rimbaud, un poema de Óscar Hahn.

Anotaciones en el diario de Rimbaud, de Óscar Hahn

I. África, 1880 – 1891

He llegado hasta aquí navegando por el Mar Rojo
después de darle muerte al indeseable

Tenía 20 años y era una de las vírgenes locas

Adén es el cráter de un volcán apagado
sin una brizna de pasto sin una gota de agua

No hay nada que ver o tocar excepto lava y ceniza

Monté en mi caballo y atravesé las arenas de Somalia
Ahora me encuentro en Harar la ciudad prohibida

Le llevé rifles y municiones al rey de Soa
pero no me pagó lo convenido el muy cabrón

Me han brotado várices en la pierna
Me duelen mucho y no me dejan dormir

Mientras me afeitaba frente al espejo
vi que el indeseable estaba detrás de mí
con el pelo teñido y las cejas depiladas

Me di vuelta de golpe pero no había nadie

En el desierto los espejismos se burlan de nosotros
Yo me burlo de los espejismos

Me dicen que la pierna se ha gangrenado
que tengo mucha fiebre que debo salir de aquí

Los nativos hicieron una litera de lona
y me cargaron los 300 kilómetros
que separan las montañas de Harar y el puerto de Zeila

II. Hospital de Marsella 1891

Vuelvo a mi país después de 16 años de ausencia
Parezco un esqueleto y la gente se asusta de mí

Las mujeres cuidan a los feroces inválidos
que retornan de lugares tórridos

Hoy me amputaron la pierna derecha

La vida es un horror interminable
No sé para qué nos empeñamos en seguir viviendo

El Esposo Infernal se me apareció en un sueño
Tenía un rosario entre los dedos

Tres horas más tarde Dios fue negado
y sus 98 heridas empezaron a sangrar

He tratado de caminar con muletas
pero no he podido avanzar ni un centímetro

Yo que atravesé montañas y desiertos
ríos y mares ciudades y reinos
y a quien llamaban el suelas de viento

Los curas no quieren darme la comunión
Temen que me atragante con la carne de Cristo

Desde mi cama vi la silueta del indeseable

Venía caminando con la pierna que me cortaron
y traía un barco de papel en la mano

Tú estás muerto le dije furioso
Y él dijo: «Yo estoy vivo el muerto eres tú

Pondrás el barco de papel en ese charco de agua
y llegarás a donde nunca has llegado»

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ricarrob
ricarrob
2 años hace

Excelente poesía. Los libros son barcos de papel que nos hacen llegar a lugares que nunca alcanzaremos.