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Antonio Pérez Henares, «Chani»

Antonio Pérez Henares, «Chani»

Hace unos días pude retratar a Chani en su despacho, el lugar donde lleva trabajando años en esas maravillosas historias que nos cuenta en sus novelas.

Un “vieja escuela” del oficio del periodismo en toda regla. Gran amante de la prehistoria, los animales, en especial los perros —animales con los que lleva conviviendo desde los dos años con su primer mastín—, los viajes y por supuesto los libros.

Disfrutamos de una bonita charla sobre los inicios de su trabajo como periodista en el diario Pueblo y todos los medios que siguieron después.

Para saber más sobre Chani:

Nacido en Bujalaro (Guadalajara) el 15 de octubre de 1953. Escritor y periodista.

Hizo sus primeras letras en la escuela de su pueblo de origen —la plaza donde se ubicaba lleva ahora su nombre—, y luego en Durango (Vizcaya), donde emigraron sus padres. De vuelta a su tierra, completó el bachillerato en Guadalajara, donde protagonizó movimientos culturales juveniles progresistas, y luego en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Madrid. En 1968 se afilió al Partido Comunista de España (PCE), en cuyas filas vivió el final del franquismo y la transición a la democracia. Ha simultaneado desde muy joven sus dos pasiones, la literatura y el periodismo, a la que une la viajera. De los dos brazos del mismo río, ha optado ahora por navegar ya más por la primera y aprovechar además para embarcarse de nuevo por las aguas de la tercera.

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo, o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012, cuando pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha. Ha sido comentarista político habitual en diversas radios y televisiones nacionales y autonómicas donde su independencia, manera clara y sincera de expresarse y el no andarse con tapujos, conveniencias ni rodeos se hizo notoria. Para bien… y para mal. A través de Europa Press, sus columnas se publican en más de 40 diarios de toda España.

Obra literaria

Es reconocido por su tetralogía prehistórica, comenzada con Nublares que, editada en el año 2000, sigue sumando ediciones, y completada por El hijo de la Garza, El último cazador y La mirada del lobo, que recrea el momento del Paleolítico en que el lobo —origen de todos los perros— y el hombre anudaron un vínculo que aún perdura. Su última novela, La canción del Bisonte, se inscribe en el momento en que dos especies humanas, cromañones y neandertales, compartían el planeta, y los últimos acabaron por extinguirse en la Península Ibérica.

Ha tratado la historia medieval en novelas como La tierra de Alvar Fáñez —primo hermano de Rodrigo Díaz de Vivar, autentico héroe castellano en la defensa de la frontera del Tajo contra los almorávides y fraternal mano derecha del Cid en el Cantar— y en su celebrada obra El rey pequeño, enmarcada en los tiempos del rey Alfonso VIII, huérfano y acosado desde los tres años, que acabaría por vencer en la trascendental batalla de Las Navas de Tolosa.

Ha escrito también varios libros de viajes, como Un sombrero para siete viajes o El pájaro de la aventura, donde no deja de latir el aliento y la amistad con quien fue su maestro Miguel de la Quadra Salcedo. El diario del perro Lord, Los vencedores del asfalto o Los sonidos de la tierra dan fe de su profunda conexión con la naturaleza, y obras como Yo que sí corrí delante de los grises, Los nuevos señores feudales o Las siete vidas del progre, de su compromiso y su mirada crítica con la actualidad.

Por escribir, ha escrito incluso dos libros de poemas sobre los que reconoce su mucho empeño y escaso fruto, tanto literario como carnal.

Fundó hace dos años, junto a un potente grupo de reconocidos escritores, la asociación Escritores con la Historia, de la que es presidente, con el objetivo de poner en valor y divulgar, a través del conocimiento y sin antojeras, la historia de España. Su actividad a través de cursos, conferencias, medios de comunicación y debates se ha comenzado a hacer notar de manera cada vez más creciente.

Narrativa

  • La piel de la tierra (Enjambre, 1980), relatos
  • Las bestias (Noega, 1984), Premio Emilio Hurtado
  • La cruzada del perro (Júcar, 1985), Premio Tigre Juan
  • El río de la lamia (Algaida, 1998)
  • Un sombrero para siete viajes (Plaza & Janés, 2001), cuaderno de viaje
  • El hijo del italiano (Témpora, 2004)
  • El pájaro de la aventura (Martinez Roca, 2006), cuaderno de viaje
  • El diario del perro Lord (La Trébere, 2010)
  • Yo, que sí corrí delante de los grises (Almuzara, 2013), memorias
  • La tierra de Alvar Fáñez (Almuzara, 2014)
  • El sonido de la tierra (Almuzara, 2015)
  • El rey pequeño (Ediciones B, 2016)

Saga prehistórica

  • Nublares (Plaza & Janés, 2000)
  • El hijo de la garza (Plaza & Janés, 2002)
  • El último cazador (Almuzara, 2008)
  • La mirada del lobo (La Esfera de los Libros, 2010)
  • La canción del bisonte (Ediciones B, 2018)

Ensayo

  • con Carlos Malo de Molina y Enrique Curiel: Luces y sombras del poder militar en España (Temas de Hoy, 1989)
  • con José María Latorre: Fantasmas (Tribuna, 1990)
  • con Virginia Fernández Galvín: Los curanderos de España (Tribuna, 1990)
  • con Carlos Malo de Molina: Cómo ser infiel sin que te descubran (Temas de Hoy, 1991)
  • Nobles y plebeyos (Temas de Hoy, 1992)
  • 101 maneras de vivir sin sexo (Ediciones B, 1993)
  • Los nuevos señores feudales (Temas de Hoy, 1994)
  • con Carlos Malo de Molina: Así será España en 1996 (Temas de Hoy, 1996)
  • Antonio Buero Vallejo, una digna lealtad (Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, 1998)
  • con Carlos Malo de Molina y José María Valls Blanco: La conducta sexual de los españoles (Ediciones B, 1998)
  • con Antonio Franco: Miguel de la Quadra Salcedo, el último explorador (Plaza & Janés, 2001)
  • con Pedro Aguilar, Francisco García Marquina y Manuel Leguineche: La letra de los ríos (Intermedio, 2003)
  • Las siete vidas del progre (La Esfera de los Libros, 2003)
  • con Diego Mazón: Ilustres soldados de armas y letras (Dédalo, 2005)
  • Los vencedores del asfalto (La Trébere, 2012)

Poesía

  • Animales, vegetales y minerales (Ediciones Irreverentes, 2008)
  • El vuelo de la garza (Pigmalión, 2011)

Nos recomienda este libro a los lectores de Zenda:

Elegí el Cantar de Mio Cid porque en cierta manera desde niño he sentido, por lengua aprendida en la boca de mi abuelo, paisajes donde me alumbraron, por palpitar de frontera y por pura sensación de pertenencia a lugar y gentes que lo habitan, que en su territorio literario, vital y geográfico, nací yo mismo también.

Lo he leído muchas veces y sigo releyendo sobre todo aquellos episodios que más me unen a él, sobre todo el primer cantar, el paso ocultándose de las torres de Atienza, la Peña Fort, “que los moros han”, la toma de Castejón de Henares y esa algara de Minaya Alvar Fáñez, el que Zorita mandó. Minaya, “mi-anai”, mi hermano en vascuence, del de Vivar, que lo eran y palabras de euskera algunas sabían los dos de Rodrigo Díaz, por los visos de la Alta Alcarria, Henares abajo, sobre mi pueblo, Bujalaro, por Jadraque, Hita y la propia Guadalajara hasta llegarse para hacer tremolar su enseña ante las almenas de Alcalá. El camino de la mesnada podría seguirse hoy paso a paso, tal la precisión topográfica del autor, que fue seguro, al menos de esa parte, testigo presencial. De hecho, así lo he hecho yo.

El Cantar me parece el mejor de los poemas épicos del mundo. Por su impresionante capacidad de narrar y emocionar, por la potencia, vigor, dureza y sensibilidad al tiempo de la lengua y la vibración inmensa de sus protagonistas, que tienen además una característica única. Su protagonista y su círculo esencial no son reyes, ni sobrinos de tales ni cosa que se les parezca. Son desterrados. Su valor, su código de honor, su líder, su fraternidad, su lanza, su espada y su escudo. ¿Para que más? Es Cantar, es Leyenda, hay historia a cachos y en otros no, a mí lo mismo me da. Me parece una obra literaria inmortal, la mejor de las novelas en verso y los mejores versos contando una historia.

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Ricarrob
Ricarrob
2 años hace

Excelente artículo glosando a don Antonio. Excelentes sus obras. Excelente su recomendación de lectura y su ponderación de esta obra maestra universal. Es una experiencia irrepetible leer El Cantar del Mio Cid. Lo que ocurre, don Antonio, es que, con esa recomendación, le van a tachar de fascista por hacerlo, a mi por leerlo, como al propio Cid ya lo tachan de tal no se sabe por qué. La reciedumbre en las costumbres, en la vida, está a la baja en esta sociedad posmoderna, gilipoyesca y buenista y la tergiversación de la historia al alza. Saludos.