Beatriz Eduarte
En la carretera. Saltimbanqui de generación en generación. Alguien dijo una vez que Zenda no era un sueño sino una realidad. Hojas en blanco y mucha tinta. @BeatrizEduarte
Publicaciones de la autora
El corazón de las tinieblas
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«Lo importante era que (…) de entre todos sus dones, el que sobresalía con más preeminencia, el que proporcionaba sensación de presencia real, era...
Elizabeth Hardwick, una voz propia siempre actual
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¿En qué consiste la seducción y la traición, el amor y el sexo en la literatura y en la vida? ¿Cuáles son los motivos...
¡Embriáguense!
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Culminó el primer mes del año, los primeros treinta y un días, y la sed continúa a flor de piel; no han desparecido las...
Una estrellita en el Oriente
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Una estrella suele ser sinónimo de esperanza, pero también de humanidad. De que algo bueno puede suceder, aunque se haya perdido la fe en...
José Hierro, o la complejidad de lo sencillo
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«Después de todo, todo ha sido nada, a pesar de que un día lo fue todo. Después de nada, o después de todo, supe...
La decadencia de Oscar Wilde
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Oscar Wilde no tenía por qué ser nítido, no lo pretendió al menos. Tan sólo quiso expresar, a su modo, lo que para él...
Lev Tolstoi, el hombre de las mil caras y vidas
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Sucede algo con la conciencia del hombre y es que, por lo general, siempre atañe al tiempo pretérito del mismo. Al revisionismo no sólo...
Vuelta a los orígenes
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Algo sucede con las historias que hurgan en otro tiempo, una especie de hechizo que trae tanta maldición como bendición. Escribió Machado ese gran...
Luis Antonio de Villena: “No quisiera ser recordado como una estatua de mármol”
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«Pensé que cuando el artista trabaja con su sensibilidad, la extrema, la tensa, la abusa. Y el arte deja abatimiento y temor… El...