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Lenka Dángel

Lenka Dángel (pseudónimo, obviamente) nació en Gijón en 1978, por fortuna en una casa llena de libros. Fue desde niña una lectora compulsiva con un, a decir de sus profesoras, “exceso de imaginación”. Empezó a escribir poesía a los nueve años, en certámenes escolares y para rellenar secciones en la revista anual del colegio. Abandonó los versos muy pronto y se decantó por los cuentos y las obras de teatro, fascinada por Lorca y por su admirado paisano Alejandro Casona. Abrazó la fantasía con Ende, Durrell, Gripe y Dahl. Sus primeras lecturas adultas fueron obras de Márquez y Pérez-Reverte que su padre, marino de profesión, escamoteaba en los barcos. Estudió Educación Social, interesándose especialmente por impartir talleres de Animación a la lectura y de Escritura Creativa a jóvenes en riesgo de exclusión (en algunos de dichos talleres tuvieron la gentileza de participar los tristemente fallecidos Justo Vasco y Luis Sepúlveda, compañero y amigo de Zenda). Colaboró durante cinco años con la revista ‘La Brocha’, reseñando exposiciones artísticas. Tiene varios microrelatos publicados en diferentes antologías y aspira a que su primera novela vea la luz algún día.

Publicaciones del autor

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Lobo

LOS TRECE ESCALONES, XXXI: LOBO Si lo hubiera sabido, claro, ni se habría bajado del coche. Pero si algo tenía bien asumido...

9C

LOS TRECE ESCALONES, XXX: 9C —Listo —anunció Teresa con gesto triunfal, tras cerrar con cinta americana la última caja—. Por Dios, qué...

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LOS TRECE ESCALONES, XXIX: BAILARINA El horario de visitas empezaba a las cinco en punto de la tarde, los martes y los...

Idéntica

LOS TRECE ESCALONES, XXVIII: IDÉNTICA —Eres idéntica a tu madre, Susana. Pero idéntica. Eso le decían siempre, desde que tenía uso de...

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LOS TRECE ESCALONES, XXVII: LA PRIMA UGARTE A las cuatro de la tarde el sol caía como plomo derretido sobre el pueblo....

Bestia

LOS TRECE ESCALONES, XXVI: BESTIA Descabalgó de un salto y acarició al corcel entre los ojos oscuros. La había llevado sana y...

El pozo de la cautiva

LOS TRECE ESCALONES, XXV: EL POZO DE LA CAUTIVA Si Miguel se hubiera perdido en invierno, seguramente su historia habría terminado de...