Manuel Llorente

—Sí, voy de un sitio a otro sin propósito claro. Abro un libro y enseguida me encapricho con otro, veo una película pero cambio...

—¿Quién es el siguiente? —Creo que soy yo. Mientras salían los sonidos de estas cuatro palabras se iba apoderando de mí una inquietud desconocida:...

Tu luna tiene siete colores (para Ainhoa) Tú entre tus juegos, yo con mis fantasías espalda contra espalda un relámpago entre dos noches con...

Viene y va la leve queja de la puerta de este cuarto cuando se abre y se cierra. Es el capricho de la mañana,...

En las novelas dan mucho juego los loros. Y no digamos al típico Robinsón que se aburre y que se empeña en enseñarle una...

Se nota, se nota cuando llueve por equivocación, por encargo. Es como el tono de una conversación. Alguien puede decir lo que sea pero...

Ellos seguirán a lo suyo. A las seis, maitines; a las siete y media, laudes… Continuarán cantando entre ellos, el órgano (quién podría escuchar...

Si lloviera no importaría: oirías caer el agua sobre el sombrero, sobre el chaquetón. Volverías a pisar barro, agua, hierba. Incluso podrías chapotear. Hasta...