El anuncio de Alfaguara fue un bombazo. Y no es para menos. Hace poco menos de un mes trascendió que el sello capitaneado por Pilar Reyes había conseguido los derechos de toda la obra del escritor Roberto Bolaño, incluyendo dos inéditos: El espíritu de la ciencia-ficción, una novela que será publicada en noviembre, y un libro de relatos todavía sin título.
Roberto Bolaño —santo laico en la capilla literaria, ese al que con la muerte comenzaron a crecerle entusiastas y plañideras— fue durante años el autor insignia de Anagrama, el sello con el que prácticamente se dio a conocer. Aquellos años en que poquísimos lo leían, a diferencia de la verbena actual. Ahora, el chileno aparecerá vertido por completo en otro catálogo. A los lectores del autor de El Gaucho insufrible les ocurrirá lo mismo que con Enrique Vila-Matas cuando dejó a Jorge Herralde por Seix Barral. El libro con el que Vila Matas pegó el salto entonces fue Dublinesca: una novela protagonizada por Samuel Riba, un editor jubilado y quebrado, de 60 años, que organiza un viaje a Dublín en ocasión del bloomsday. Editores a un lado, el asunto fue abordado discreta y huidizamente por ambos.
El affaire Bolaño
A la pregunta sobre este asunto, el affaire Bolaño, Jorge Herralde contesta, como quien intenta quitar hierro al puente sobre el río Forth: “Avatares de las viudas”. Ujum… ¿Qué tuvo que ocurrir para que Anagrama perdiera a uno de sus autores y afectos más importantes? Parte de la explicación está en el acuerdo que hizo Alfaguara (Penguin Random House) con la agencia Wylie, que representa a los herederos del escritor chileno. En mayo de 2014 trascendió a la opinión pública el acuerdo comercial por el que Andrew Wylie se haría con los derechos de los autores representados por Carmen Balcells, quien falleció justo un año después, en 2015.
Entran así en el catálogo de Alfaguara no solo los dos inéditos de Roberto Bolaño, sino el resto de los títulos que componen su obra, en total veintiuno: desde Los detectives salvajes —con la que Bolaño ganó el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos en 1999—, pasando por 2666 o Estrella distante. Las dimensiones de ese acuerdo son mayúsculas, en muchos aspectos. Desde el literario —Bolaño es una figura básica para entender la literatura hispanoamericana de los últimos 20 años— hasta el afectivo, no sólo por el hecho de que la totalidad de la obra del chileno había sido publicada por Anagrama, sino por la amistad que lo unía con Jorge Herralde.
Así como todo esto no se entiende sin el acuerdo con Wylie, tampoco sería posible sin mencionar otro asunto. A partir de 2017 Jorge Herralde será sustituido como editor de Anagrama por Silvia Sesé —antes en Destino—, quien asumirá por completo la responsabilidad del sello. Todo ocurrirá en enero del año próximo, cuando está previsto que llegue a su fin el proceso de fusión de Anagrama con la editorial italiana Feltrinelli, que en 2010 compró el 100% de la editorial barcelonesa.
“Avatares de las viudas”, dice Herralde con el hartazgo de los que cumplen años o sienten calor. “Avatares de las viudas». Ujum… De momento, Alfaguara publicará en noviembre El espíritu de la ciencia-ficción, que se presentará en la Feria del Libro de Guadalajara. Fechada en los años ochenta, esta novela pertenece a la misma etapa creativa de Monsieur Pain y algunos textos como La universidad desconocida. Está previsto que Anagrama responda en esos meses a la publicación de un ‘clásico’ de su catálogo con otro: La nueva novela de Ian McEwan. Recién entregada a su editor inglés, The Nutshell es una asombrosa puesta al día de un clásico literario… «Avatares de viudas». Ujum. Y de viudos también.
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