Antonio Jiménez Morato (Madrid, 1976), autor de diversos libros y responsable de la revista penúltiMa, presenta ahora un libro inclasificable: NOLA. El título corresponde al nombre con que algunos lugareños abrevian New Orleans, Louisiana (LA), en una de cuyas universidades el autor realizó estudios de doctorado e impartió clases durante cinco años. De su visión personal de la ciudad, de sus encuentros habidos con sus habitantes y otros extranjeros que se afincaron allí, de los locales donde bebió cerveza y escuchó música, de su historia desde sus orígenes franceses y españoles hasta la devastación del huracán Katrina en 2005 y su posterior, inacabada y estratégicamente marginadora reconstrucción, de la desigualdad, de la inane vida universitaria, de la pobreza material y espiritual, del bajo nivel educativo del ciudadano norteamericano, de sus fiestas (en especial los carnavales, los desfiles, los sepelios con sus extraordinarios músicos que los siguen, la llamada second line), de sus personales andanzas a pie o en bicicleta por los barrios, incluso de su detención por una policía que califica de temible y corrupta, de su participación en algunos encuentros de escritores, no exentos de polémica, y de un sinfín de cosas más encontramos registro en estas páginas.
El autor, citando Tristes trópicos, advierte en la primera línea: «Odio los viajes y los exploradores». Su relato se esfuerza por evitar identificarse con un reportaje, también con una guía de viajes, por más que aporte valiosa información aún práctica; y lo logra porque no encontramos en el libro un orden útil, ni siquiera un mapa que oriente al lector en los recorridos que señala. Jiménez Morato escribe desde el interior de Nueva Orleans, desde la convivencia y experiencia de sumergirse en sus plazas, calles y callejones, desde su deseo y, diríamos, el ejercicio de sumarse a la vida compartida. Por otro lado, rechaza con la misma firmeza construir una autobiografía, un relato de autoficción, una confesión. Con ese objetivo, elude la ordenación cronológica de los hechos, borra de la mayoría de los sucesos vividos tanto detalles concretos como pormenorizadas explicaciones. Renuncia de esta manera a convertirse él en el centro de la obra. Y lo hace consciente de que algunos lectores desearán satisfacer la curiosidad, más aún, entrar bajo la piel del escritor, conocer la calidad de lo experimentado, de sus emociones. La verdadera protagonista de la obra es la propia NOLA, y lo que el autor practica es una mirada que guarda un equilibrio entre vivir de lleno en el pulso de la ciudad y tomar la distancia que le permita estar sin confundirse. A este respecto, me parece revelador el final, en el que la experiencia casi dionisíaca de un desfile musical de varias horas de duración por las calles se ve interrumpida por un tiroteo.
Lo que vuelve a NOLA un libro tan especial es el soberbio tratamiento literario de ese abundante y variado material. Asistimos a una estructura por secciones, una organización que no es lineal sino elíptica en cuanto a los temas, pero jamás repetida; y sobre todo una escritura de sintaxis rica, compleja, que, sin embargo, fluye y fluye llevándonos por ella sin tropiezos, a la medida del jazz que nació en esa ciudad y que es la pauta sobre la que Jiménez Morato ha construido su obra. «Este libro está escrito… dejando que el discurso vaya trazando todas esas posibilidades… El jazz surgido de la fusión de tradiciones, del ritmo sincopado de la second line que convierte el paso en baile, es el horizonte de esta escritura».
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Autor: Antonio Jiménez Morato.Título: NOLA. Editorial: Jekyll & Jill. Venta: Todostuslibros y Amazon.
Bravo. Por fin alguien que, al menos, intenta no hablar de sí mismo. Por ahí vamos bien.