El día 7 de septiembre de 1812 tuvo lugar la batalla de Borodinó, también conocida como del río Moscova, que enfrentó a las tropas del emperador francés Napoleón Bonaparte con las del zar ruso Alejandro I. Esta contienda fue una de las más sangrientas de la historia militar.
¿Cómo fue la Batalla de Borodinó?
En la Batalla de Borodinó participaron más de un cuarto de millón de soldados, de los cuales 70.000 perecieron en el campo de batalla. El ejército francés había realizado una arriesgada apuesta para intentar invadir Rusia. Las tropas del zar, ante la amenaza de las fuerzas napoleónicas, decidieron retroceder desde la frontera polaca con una táctica de «tierra quemada» hasta las inmediaciones de Moscú. A unos 100 kilómetros de la capital, el príncipe Mijaíl Kutúzov comenzó a fortificar una posición para enfrentarse a los invasores. El emperador corso decidió romper la resistencia rusa con una táctica arriesgada, un ataque frontal que dejase resuelta la batalla en un solo día. El general Murat consiguió penetrar en las líneas enemigas, pero el coste para lograrlo fue muy elevado. Los rusos intentaron un contraataque que fue rechazado por la artillería francesa. La batalla parecía decidida del lado francés, ya que solo una colina llena de cañones, el reducto Raiévski, conseguía aguantar el imparable empuje de la Grande Armée.
¿Quién ganó la Batalla de Borodinó?
Los rusos perdieron en la Batalla de Borodinó, pero pudieron recomponer sus tropas y elaborar la estrategia para derrotar a Napoleón. El ejército imperial no pudo seguir a los soldados zaristas en su huida; el desgaste del combate resultó épico y el número de bajas había sido muy elevado. Kutúzov se retiró a San Petersburgo y los rusos tomaron una importante decisión: asegurar esa plaza y liberar Moscú. Los franceses tomaron la capital —que estaba desierta y carecía de víveres—, pero sus líneas de suministros habían quedado demasiado atrás. En ese momento, un nuevo factor vino a agravar la situación de los soldados franceses: numerosos incendios arrasaron Moscú. Las tropas imperiales tuvieron que emprender la huida por Smolensk. El hambre, las heladas y los cosacos fueron diezmando al ejército de Napoleón en su regreso hasta Francia. Rusia se convirtió de este modo en la tumba de las ansias de poder del militar corso, que fue derrotado solo un año después en Leipzig, antes de su exilio a la isla de Elba.
Otras efemérides históricas del 7 de septiembre
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El 7 de septiembre de 1860 Giuseppe Garibaldi entró en la ciudad de Nápoles, de la que huyó el rey Francisco II para refugiarse en los estados pontificios.
El 7 de septiembre de 1977 el presidente norteamericano Jimmy Carter firmó un tratado con el dictador Omar Torrijos para la cesión del canal a Panamá por parte de los Estados Unidos.
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