El 23 de septiembre de 1762, comenzó la Batalla de Manila, que enfrentó a los ejércitos de Gran Bretaña y España. Este combate estaba enmarcado dentro de la Guerra de los siete años, que implicó a numerosas potencias en diversas partes del mundo.
¿Por qué se produjo la Batalla de Manila?
Dos años después de llegar al trono, Carlos III firmó con Francia el Tercer Pacto de Familia. Este tratado fue motivo suficiente para que Inglaterra le declarase la guerra y España se viese inmersa en un conflicto internacional por el control de las colonias. La Compañía Inglesa de la India Oriental, apoyada por la marina británica, estaba realizando una gran campaña para extender su dominio en el sudeste asiático. Por esa razón, Filipinas se convirtió en un destino muy apetecible para sus intereses, no tanto por querer controlar el territorio sino para obtener un importante beneficio económico de esta y del resto de las posesiones españolas en el continente. El plan era propicio gracias a la mala organización administrativa de España en estas islas, donde la defensa militar estaba a cargo de un cura, el arzobispo de Manila, don Manuel Antonio Rojo.
¿Cómo fue la Batalla de Manila?
William Draper, un héroe de guerra que acababa de conseguir levantar el sitio de Madrás, fue el gran artífice de la Batalla de Manila. Pese a las reticencias del Presidente de la Compañía Inglesa de la India Oriental —que no veía un interés comercial en el asalto más allá de conseguir algo con el saqueo posterior a la invasión—, el plan salió adelante gracias al apoyo de Londres. Los británicos desembarcaron en la playa y durante once días estuvieron sometiendo la ciudad al fuego de sus cañones. El 6 de octubre sus defensores capitularon, y empezó en ese momento la ocupación inglesa que duró veinte meses, durante los cuales tuvieron que hacer frente a la enconada resistencia de los españoles junto con los indígenas. Los militares ingleses fueron incapaces de ampliar su dominio en el archipiélago más allá de Manila y Cavite. La firma del Tratado de París provocó que las Filipinas volviesen a manos españolas en abril de 1764.
Otras efemérides históricas del 23 de septiembre
El 23 de septiembre de 1519 Hernán Cortés entró victorioso en Tlaxcala.
El 23 de septiembre de 1922 se firmó el Plan Hughes-Peynado, que acaba con la ocupación norteamericana en República Dominicana.
El 23 de septiembre de 1905 Noruega se independizó de Suecia.
El 23 de septiembre de 1991 Armenia se independizó de la antigua Unión Soviética.
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