El 7 de octubre de 1072, a las afueras de la ciudad de Zamora, junto a las murallas, Bellido Dolfos, un noble leonés, acabó con la vida del rey Sancho el Fuerte, clavándole su propia espada en la espalda, aprovechando que el monarca estaba «haciendo sus necesidades». Este regicida ha pasado a la historia convertido en traidor para unos y en héroe para otros. De hecho, desde 2010 en la ciudad castellana el «portón de la traición», por el que huyó Bellido después del asesinato, pasó a llamarse el «portón de la lealtad».
¿Quién fue Sancho el Fuerte?
Sancho II, apodado «El Fuerte», fue rey de Castilla, Galicia y León en el siglo XI. Era el primogénito de los reyes leoneses Fernando I y Sancha. Sus primeros años los pasó luchando en Zaragoza. Aunque Sancho era el heredero, su padre, siguiendo la ley navarra, decidió fragmentar sus reinos entre sus hijos. De esta manera, a Sancho le correspondió Castilla y obtuvo el derecho a cobrar impuestos —parias— al taifa de Zaragoza; a Alfonso el tocó en suerte León y los derechos sobre el taifa de Toledo; García se quedó con Galicia; a Elvira le dio Toro; y a Urraca le asignó Zamora.
Una de las primeras decisiones de Sancho II fue nombrar alférez a uno de los personajes más famosos de la historia y la literatura castellana, Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid. Hasta la muerte de la madre, Sancha, en 1067, se mantuvo el equilibrio. Pero después de su fallecimiento, Sancho El Fuerte, en desacuerdo con el reparto de la herencia, comenzó a pelear con sus hermanos varones. El gran perdedor fue García que se quedó sin Galicia. Pero Sancho seguía sin conformarse y rompió la tregua establecida con su hermano Alfonso y conquistó León. El siguiente objetivo era la Zamora de Urraca.
¿Por qué mató Bellido Dolfos a Sancho el Fuerte?
Con Bellido Dolfos, como ocurre con todos los personajes del universo cidiano, la leyenda y la historia se mezclan y confunden. Hasta 2010 este personaje era calificado de traidor, pero las últimas revisiones del relato le han dotado de la categoría de héroe.
Según la tradición, Bellido Dolfos abandonó la sitiada Zamora como un desertor y se acercó hasta el campamento de Sancho II para indicarle al rey la forma de entrar en la ciudad a través de un punto débil de la fortificación. El rey se fue con el noble a inspeccionar la zona. Durante el trayecto, el monarca se bajó de su caballo para hacer «sus necesidades», momento aprovechado por Bellido para clavarle la espada que Sancho había dejado descuidada. Para darle más dramatismo al relato, cuentan que El Cid salió galopando, acero en mano, a por el traidor, pero no consiguió alcanzarlo. Y termina la historia con un último capítulo también mítico, la Jura de Santa Gadea, que tuvo lugar en la iglesia burgalesa donde El Cid le hizo jurar a Alfonso que no había tenido nada que ver en la muerte de su hermano.
Otras efemérides históricas del 7 de octubre
El día 7 de octubre de 1506 el papa Julio II invadió Bolonia ayudado por Francia.
El día 7 de octubre de 1571 tuvo lugar la Batalla de Lepanto entre la Liga Santa (España, los Estados Pontificios, la República de Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya) y el Imperio otomano.
El día 7 de octubre de 1769 el explorador James Cook llega a Nueva Zelanda.
El día 7 de octubre de de 1936 en Guernica se formó el primer Gobierno Provisional del País Vasco con José Antonio Aguirre como lehendakari.
Empezamos muy mal si al contar la historia de Bellido Dolfos, llamamos castellana a la Muy LEONESA Ciudad de Zamora /Semura,, muy mal, Ya está bien de castellanizar todo.. Precisamente defendió a la ciudad Leonesa del asedio del rey de Castilla.
Desde cuando Zamora es castellana, el resto del artículo, irá en esta línea.
Solo falta decir, que Sancho II y/o las tropas castellanas achacaron a la ciudad de Zamora el que no se dejara tomar y a sus defensores el que no se dejaran matar. O sea: su falta de colaboración para la mayor gloria de Sancho II y/o de Castilla.
No se ve en la narración nada alusivo al despues, en Castilla [entiendase La Vieja], una vez que queda como perdedora en Zamora.
Y de la modernidad celebradora anual de los zamoranos, capitaneados por un tal Francisco IC, en pro de Vellido Dolfos y muy contrarios al Sancho II, debería ser citada.
Tres años despues, Zamora sigue siendo «castellana» en este artículo. En fin…