La superventas sueca Camilla Läckberg y Henrik Fexeus, mentalista e ilusionista, cierran con El espejismo la trilogía que comenzaron hace dos años con El mentalista y continuaron con La secta. «Al empezar ya sabíamos cómo iba a terminar», han desvelado los autores.
Läckberg (Suecia, 1974), acumula 40 millones de ejemplares vendidos en 60 países de todo el mundo, la mayoría por la saga que se desarrolla en su Fjällbacka natal. Es un éxito que no le ha impedido buscar otros cauces para su escritura, como esta colaboración con Fexeus.
En un encuentro virtual con periodistas los escritores han señalado que cuando empezaron tenían muy claro cuál iba a ser el comienzo y cómo iban a terminar y aunque —ha asegurado Läckberg— «nunca se puede decir nunca», con este tercer libro ponen el punto y final a la saga, algo que ratifica su compañero de escritura. «El reto no era cómo finalizar —en el primer libro ya sabíamos cómo hacerlo—, era convencer al editor de que no habría más», ha precisado Fexeus. Es una escritura a cuatro manos que definen como «equilibrada. Nos complementamos bien. Él es más estructurado y yo más caótica«, ha señalado Läckberg, que ha inoculado en Fexeus las ganas de escribir en solitario. «Voy a continuar escribiendo novelas de suspense», adelanta.
Los libros, protagonizados por la agente de policía Mina Dabiri y el mentalista Vincent Walder, les ponen a prueba con una investigación que parece no tener un desenlace sencillo, y que tiene como escenario principal la ciudad de Estocolmo. En esta ocasión la trama se concentra en la amenaza de muerte al ministro de Justicia sueco y el hallazgo de restos humanos en el metro de Estocolmo, que todo apunta que pertenecen a un importante financiero.
La novela vuelve a tener los ingredientes básicos de las anteriores con mucha agilidad en las escenas de acción y diálogos intensos, a los que se suman los números, códigos y juegos mentales de lógica, cruciales para resolver el caso. «Combinamos una historia muy tradicional, con un poco de Código Da Vinci, con personajes raritos, que tienen problemas para relacionarse, pero que se complementan», una historia «muy potente», que han escrito pensando en los lectores y lo que les fascina.
La Sagrada Familia de Barcelona aparece en este libro, una referencia que ha llegado de la mano de Fexeus, que también hace alusión a ella en su último espectáculo. «Nos gusta poner información fascinante del mundo real que quizá desconozca el lector», advierte el mentalista, un detalle que la escritora remarca: «Lo que intenta decir es que como somos frikis nos gusta incluir este tipo de cosas», ha comentado divertida.
La trilogía, si las conversaciones llegan a buen puerto, podría tener una versión cinematográfica o televisiva, algo que ya intentaron tiempo atrás y que se frustró, pero que ahora puede «convertirse en un gran proyecto», aunque no hay más detalles que añadir.
Läckberg es una de las autoras más reconocidas de novela negra, un género que considera que pasa por etapas más o menos populares, y en el que cree que ha puesto su grano de arena para que las mujeres dejen de ser las víctimas y los hombres no sean los únicos que solucionan los problemas. Es habitual que la califiquen como la Agatha Christie sueca, «un honor» que no considera una carga, pero que le da «vergüenza escuchar. Intento seguir su estela», y recuerda que leyó por primera vez con siete años una obra de la autora inglesa, Muerte en el Nilo.
A ninguno de los autores les preocupa el desembarco de la inteligencia artificial en la edición de libros. «No creo que vaya a poner en peligro la literatura, y bien utilizada puede aportar creatividad», afirma Fexeus.
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Para mi gusto, no es un final digno para el ritmo que ha tenido la trilogía. Entiendo que los autores tuvieran esa idea clara, pero me pasa un poco como me pasó en su momento con La bruja, de la propia Camilla, que me dejó un sabor de boca un poco agridulce por las situaciones que habían vivido los personajes.
Ojalá un próximo libro en colaboración de ambos.