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Carta a los adolescentes de nuestra vida

Carta a los adolescentes de nuestra vida

La editorial Laetoli tiene una pequeña colección, casi de disculpa, en la que expertos en diversas áreas del conocimiento (neurociencia, teoría de la evolución, física…) explican sus disciplinas a los adolescentes de sus vidas (hijos, sobrinos…). El diálogo entre el aprendiz y el maestro como motor para llegar a la verdad hasta para quien simplemente lee el texto: esta es una de las formas narrativas que nos ha ayudado a ser mejores desde la Filosofía griega hasta el Boyhood de Linklater.

En Cartas para Victoria, el filósofo Gabriel Andrade escribe sobre la Historia del pensamiento mundial mediante una serie de cartas tiernas, mínimas, a su joven sobrina. Con estructura cronológica y apoyándose siempre en la vida diaria de la adolescente (los problemas con su familia, sus amigas, el Mundial de fútbol…), el autor va desgranando a Platón, Locke, los cínicos y estoicos, Buda o Bunge.

Como ya hizo en otros títulos en la misma editorial, no se corta Andrade en criticar aquellos aspectos de los filósofos que no comparte y que explica a su Victoria con ejemplos: la organización platónica de la sociedad, las diversas caras de Maquiavelo, las supersticiones de los antiguos griegos o la idea de reencarnación en Buda. Ese juego filosófico con lingua cercana, y que ayuda también a contextualizarla, hacen de Cartas a Victoria un manual magnífico para regalar a los «sobrinos» de la casa.

"Con esta colección de Laetoli debería de quedar claro que todos somos los adolescentes de nuestras propias vidas en algún campo"

En un mundo que premia el pensamiento autorreferencial y efímero, las cartas dedicadas a los que vienen detrás para que adquieran perspectiva deberían de ser obligatorias en cada hogar y en cada escuela. La Educación, que elimina Filosofía de sus planes de estudio y convierte a los alumnos, que diría Bueno, en “rellenadores de test para sacar el carnet de conducir”, tendría que regresar a la didáctica que utiliza Gabriel Andrade. Cuasianalógica (por algo son cartas y no emails), reposada y de parte de un experto, que lo es no solo en el tema a abordar, sino en el didactismo necesario para que al otro, bien mediante el reto o la facilitación, le interese. Estos son pequeños logros que brillan de este libro y que también juegan a la metadidáctica: cuando explica a Mill, el autor le pide a su sobrina que entienda cómo la libertad individual y el peso sobre nuestras propias acciones no debe de ser aplicado a los niños o los enfermos mentales porque no tienen la capacidad de control sobre sus vidas. En el fondo, con este detalle lo que hace Andrade es pedirle a Victoria que también (aún sin quererlo) sea responsable del cuidado de determinados miembros de nuestra sociedad.

Finalmente, con esta colección de Laetoli debería de quedar claro que todos somos los adolescentes de nuestras propias vidas en algún campo: si Gabriel Andrade me enseñó pocas cosas en su magnífico libro (desgraciadamente, porque estudié Filosofía y Psicología en la Universidad), sí lo harán Francisco J. Ayala en su Evolución para David o Rafael Alemañ en su Física para Andrea. Sin darse cuenta, me harán volver a ser ese chiquillo gilipollas/escuchante que espero no perder nunca.

Autor: Gabriel Andrade. Título: Filosofía para Victoria. Editorial: Editorial Laetoli. Venta: Amazon 

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