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Charles Bukowski, manual de iniciación (y III)

Charles Bukowski, manual de iniciación (y III)

Imprescindible guía cronológica para no perderse en el laberíntico entramado del universo bukowskiano. La reseña, concisa y crítica, de los 57 libros publicados hasta la fecha, desde sus poemarios más líricos hasta sus relatos más escabrosos y obscenos, invita a la (re)lectura de sus clásicos y al descubrimiento de obras en teoría menores. Enlazando lo biográfico con lo literario, se destacan sus creaciones y citas más conocidas, la acogida en los medios y, sin pasar por alto los peligros de la fabulación bukowskiana, un sentido del humor incombustible: el lector da así un paso de gigante para conocer mejor la sensibilidad y el calado del hombre detrás de la máscara.

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36.- Abierto toda la noche, BSP, 2000 [Visor, 2022]

Para la preparación de este libro Martin recurrió a un archivo de unos 450 poemas que había separado para volúmenes futuros. Abundan las anécdotas mundanales, los catálogos desternillantes sobre las tribulaciones ajenas y las reflexiones sobre las aprensiones existenciales y la bebida. Las correrías sexuales también aparecen relatadas hasta el último detalle. Lo que más importa y Abierto toda la noche establecieron una pauta que pronto se haría evidente en la mayoría de las colecciones póstumas: en general, los poemas antiguos estaban más logrados que el material reciente. Imprescindibles: “Cena, lluvia y transporte,” “Belleza marchita,” “Himno desde el huracán.”

37.- Noche de escupir cerveza y maldiciones, BSP, abril 2001 [La poesía, señor hidalgo, 2007; Visor, 2023]

Sin la garra de los volúmenes de correspondencia anteriores, en parte por el estilo recargado de Martinelli y el bochornoso intento de Bukowski por seducirla imitándola de manera pueril, esta colección se asemeja a una novela en la que el diálogo es delicado y cáustico, apasionante y repelente. Martinelli, protegida de Ezra Pound y Anaïs Nin, era una pintora con talento y aspiraciones bohemias que había sido modelo para Vogue. El editor Steven Moore aseguró que había “hecho el libro porque me interesaba Martinelli, no Bukowski”. La valoración de Martin también la favorecía a ella al calificarla de “personaje fascinante con cuyo intelecto e ingenio Bukowski intentaba competir”. Martinelli y Bukowski no llegaron a conocerse en persona. Imprescindibles: las cavilaciones sobres los gatos y Ezra Pound, y los dibujos de Bukowski.

38.- La noche desquiciada de pasos, BSP, septiembre 2001 [Visor, 2014]

Último libro de Bukowski publicado en Black Sparrow Press. Poco después, Martin dejó de operar la editorial porque estaba “convencido de que la prensa independiente estaba al borde de la quiebra. Habría continuado, pero justo entonces Harper Collins se ofreció a adquirir los derechos de Bukowski, Paul Bowles y John Fante. Me vino como llovido del cielo. Black Sparrow no habría durado otros cinco años”. Los eventos ordinarios se perciben a través del objetivo extraordinario de Bukowski, combinando lucidez y cinismo, sordidez y la dudosa sabiduría de un Buda del extrarradio. Una inquietante sensación de déja vu comienza a filtrarse por las colecciones póstumas. Imprescindibles: “El latido del vino”, “Carson McCullers,” “Una definición”, “El manual de apuestas”, “40 años atrás”.

39.- Escrutaba la locura en busca de la palabra, el verso, la ruta, Ecco, 2002 [Visor, 2005]

Como parte del lucrativo trato con Harper Collins, Martin editaría los cinco siguientes libros para Ecco. Partiendo de un amplio abanico de material de archivo, Martin decidió “no fechar los poemas ni publicarlos en orden cronológico”. Agrupados por temática, presentan a un Bukowski apacible, con alguna que otra pincelada depravada y obscena para aplacar las ansias de los lectores más incondicionales. Las dotes narrativas y el sempiterno humor hacen que sea más fácil digerir los previsibles poemas sobre el hipódromo, la bebida, la misantropía y la imagen de mujeriego de Bukowski, todos ellos editados sin miramientos. Imprescindibles: “¿Quieres salir al ruedo?”, “Tras la tormenta”, “Nadie sino tú”.

40.- The Flash of Lightning Behind the Mountain, Ecco, 2003 [sin traducción]

Este volumen podría haberse titulado Sobre la muerte ya que la mayoría de los poemas datan de 1993 y comienzos de 1994, apenas unas semanas antes de que Bukowski falleciese. A pesar de la omnipresencia de la muerte, aparecen algunas referencias políticas que resultan gratas por inusuales y un puñado de poemas pésimos que se salvan por el infalible sentido del humor de Bukowski. La carta blanca para editar casi con saña se hizo tan patente a medida que se publicaban las colecciones póstumas que algunos críticos y seguidores avezados llegaron a asegurar que aquello desprendía un tufillo nada bukowskiano. Imprescindibles: “Los pájaros”, “Una visita se lamenta”, “Verano frío”, “Otro día”.

41.- Sol, aquí estoy: entrevistas y encuentros 1963-1993, Sun Dog Press, 2003 [Hojas de hierba, 2021]

Una visión novedosa y reveladora sobre Bukowski. La acertada selección del editor David Calonne incita a una lectura absorbente en la que se incluyen algunas joyas como una entrevista que Bukowski se hizo a sí mismo en 1967 en la que admite sin tapujos que el mundillo poético “está en manos de unos cuantos gilipollas desalmados y solitarios”. A Calonne le sorprendió que Bukowski hubiese concedido tantas entrevistas: “Para tratarse de un supuesto recluso, se pasó más tiempo del que creía hablando con entrevistadores y periodistas”. La acogida fue tan positiva que Sol se tradujo a varios idiomas y sigue en catálogo en Estados Unidos. Imprescindible: “Este cabronazo titubeante es el mejor poeta de la ciudad”, “Costearse los caballos”.

42.- Slouching Toward Nirvana, Ecco, 2005 [sin traducción]

Uno de los peores poemarios póstumos. Los lectores desconocían que casi todos los poemas habían sufrido manipulaciones y llegaron a la conclusión errónea de que esas colecciones solo contenían descartes y poemas infumables. La desvirtuación editorial queda compensada con los versos narrativos y sobrios marca de la casa junto con la visión filosófica y sagaz de los asuntos cotidianos, el ritmo inconfundible y la capacidad innata para capturar la realidad tal y como Bukowski la veía. Imprescindibles: “Me enfrenté a ellos en cuanto vi la luz”, “Un lugar limpio y bien iluminado”.

43.- ¡Adelante!, Ecco, 2006 [Visor, 2015]

En junio de 2006 Linda donó los archivos de Bukowski a la Huntington Library, en San Marino, donde se codean ahora con un manuscrito iluminado de Los cuentos de Canterbury de Chaucer, un ejemplar en pergamino de la Biblia de Gutenberg y un retrato de Shakespeare. 43 años después de la aparición de Atrapa mi corazón, y tras 43 libros publicados, ¿quién lo habría imaginado? Muchos de los poemas de este volumen tratan sobre los altibajos propios de la vida literaria según el prisma sosegado y eternamente tosco de Bukowski. La reseña del New York Times acertó de pleno: “Le da igual que los poemas suspendan en el apartado técnico”. La institucionalización y escribir según los cánones nunca le habían interesado lo más mínimo. Imprescindibles: “Nada de líderes”, “Mis gatos”, “Mente y corazón”.

44.- La gente parece flores al fin, Ecco, marzo 2007 [Visor, 2009]

La mayoría de los poemas proceden de las revistas alternativas por lo que esta colección resulta más convincente que varios de los poemarios póstumos previos. A pesar del título, La gente no es, ni por asomo, un panegírico idealista sobre la condición humana. Más bien, se trata de un Bukowski en estado puro que se muestra mordaz e hiriente, en ocasiones nostálgico y desesperanzado. Mientras critica sin remordimientos la literatura de todos los tiempos, Bukowski sorprende al lector con algunos incisos afectuosos sobre su hija Marina. Imprescindibles: “La nieve de Italia”, “Demasiado cerca del matadero”, “El enano con pegada”, “Los elefantes de Vietnam”.

45.- Los placeres del condenado, octubre 2007 [Visor, 2011]

Esta antología es como un vinilo doble con los grandes éxitos de Bukowski tronando en las cuatro caras. Como apuntara Martin, “es como Shakespeare. 550 páginas de poemas excelentes, uno tras otro”. Los críticos elogiaron la selección de 273 poemas: The New York Times apuntó que Bukowski era “un poeta de los bajos fondos que se había colado en el canon por la puerta de atrás” mientras que Los Angeles Times aseguró que era “un talento impredecible”. The Washington Post tachó a Bukowski de ser “un romántico no declarado” que “te escandaliza en una página y te conmueve en la siguiente”. Un libro imperecedero tanto para el recién llegado como para el mayor de los devotos.

46.- Fragmentos de un cuaderno manchado de vino, CL, 2008 [Anagrama, 2009]

A partir de este momento, con la salvedad del libro siguiente, las nuevas colecciones ya no sufrieron los cambios editoriales nefastos que habían deslucido la mayoría de poemarios póstumos. Tras una pausa de tres décadas, City Lights volvió a publicar la prosa de Bukowski y, para la ocasión, rescató del olvido algunos de sus primeros relatos. A Calonne le sorprendió que “Bukowski fuera un escritor mucho más erudito y culto de lo que se suponía”. Las reseñas lo calificaron de “batiburrillo vertiginoso” con la visión franca y desinhibida propia de Bukowski sobre temas que los lectores consideraban obscenos, polémicos y moralmente depravados. Imprescindibles: “Ensayo delirante sobre la poética…”, “Consecuencias de una larga nota de rechazo”, “El viejo indecente se confiesa”.

47.- El padecimiento continuo, Ecco, 2009 [Visor, 2010]

Sin lugar a dudas, el peor libro póstumo con diferencia. Un volumen breve de poemas mediocres masacrados en la sala de edición. Además, 20 de los 63 poemas eran duplicados que BSP y Ecco ya habían publicado con anterioridad. Por si fuera poco, media docena de poemas eran descartes procedentes de proyectos previos. En comparación, el irregular Toca el piano es una obra maestra insuperable. Por desgracia, este libro para el olvido supuso el canto de cisne de Martin como editor de Bukowski. Imprescindibles: “Bayonetas a la luz de las velas”, “Anoche vi a un vagabundo”.

48.- Ausencia del héroe, CL, 2010 [Anagrama, 2012]

La exposición “Charles Bukowski: Poeta al límite” se inauguró en la Huntington Library en octubre de 2010. La comisaria Sue Hodson aseguró en Los Angeles Times que Bukowski escribía “para el hombre de a pie”. Calonne trató de reflejar esa visión de lo cotidiano así como “la relación de Bukowski con el movimiento beat y la prensa underground”. Los críticos tacharon el tono reflexivo generalizado, con destellos esperanzados, de “magistralmente cómico”. Imprescindibles: “Cacoethes Scribendi”, “Maltrata a sus mujeres”, “Cristo a la barbacoa” (rechazado por Playboy, Nola Express y el propio Ferlinghetti en los 70; Bukowski creía que este relato sobre canibalismo era una obra maestra del humor porque aceptaba “todas las posibilidades sin remordimientos”).

49.- More Notes of a Dirty Old Man, CL, 2011 [sin traducción]

Otro compendio de “Escritos de un viejo indecente” en los que Bukowski se burla despiadadamente de la ideología hippie, se regodea con las instantáneas sexuales explícitas, cavila sobre el suicidio y se mofa de los lectores agraviados. Calonne quiso “mostrar la variedad del material que Bukowski enviaba a la prensa underground. También analicé la influencia de la columna en artistas como Tom Waits y Raymond Carver”. Estas columnas, vulgares, osadas, antiacadémicas y desternillantes, siguen siendo tan relevantes y originales como lo fueron en los 60 y los 70, cuando escandalizaban hasta a los más liberales. Imprescindibles: la visita a los Webb en Nueva Orleans, “Mi amigo, el jugador”.

50.- Las campanas no doblan por nadie, CL, 13 de julio de 2015 [Anagrama, 2019]

Excelente complemento de Erecciones ya que la mayor parte del material es sórdido, provocador y obsceno, no apto para los más aprensivos. Como Calonne comentara, Las campanas contiene “algunos de los relatos más inquietantes de Bukowski. Los aderezó con dibujos y se adelantó así a la moda actual por las novelas gráficas”. Pero, para no variar, siempre hay oro en el vertedero municipal: la belleza bukowskiana se filtra con pulso seguro por entre muchos de estos retratos desasosegantes. Al fin y al cabo, el incorregible viejo verde no era más que un trozo de pan, o eso aseguraban sus amantes. Imprescindibles: “Un rostro amable y comprensivo”, “Allanamiento”.

51.- La enfermedad de escribir, Ecco, 14 de julio de 2015 [Anagrama, 2020]

Este volumen de correspondencia inédita incluye reflexiones apasionadas y polémicas a amigos, editores y escritores junto con fotografías, cartas en facsímil e ilustraciones. El docto misántropo que siempre restaba importancia al aprendizaje descubrió su primer amor verdadero en el acto creativo desde un buen principio. “Hay música en todo, hasta en la derrota”, dice en un momento dado con tal convicción que parece tan plausible como separar las aguas. Ya en la vejez, el Buda de San Pedro confiesa: “No hay nada más mágico y hermoso que ver las palabras cobrando vida en la página en blanco”. Imprescindibles: las meditaciones sobre el estilo y la gramática; la necesidad imperiosa de crear: “Más de una vez he dicho que escribir es una enfermedad. Me alegro de haberme contagiado”.

52.- Gatos, Ecco, diciembre 2015 [Visor, 2016]

Sin duda, una colección pensada para contentar a las masas. Un popurrí de ilustraciones, fotografías y fragmentos de cartas, prosa y poesía con material inédito. Bukowski muestra su afecto por los gatos con su característica crudeza, evitando los temidos incisos almibarados. Una de las primeras cartas lo resume todo: “El gato es un diablo hermoso”. Bukowski se vuelve más delicado en las páginas finales, donde asegura que los gatos son sus maestros y acuña un lema para la posteridad: “Cuantos más gatos tengas, más vivirás”. Imprescindibles: “Conversación telefónica”, “Reavivado como un fuego”, “Por el viejo amigo”.

53.- Amor, Ecco, febrero 2016 [Visor, 2017]

Otro popurrí como el de Gatos con material inédito. Como cabría esperar, la definición del amor de Bukowski es todo menos romántica: “el amor son los gatos arrollados / del universo […] el amor es Dostoyevski en la / ruleta […] el amor es una anciana / birlando un pan”. Aunque el amor que Bukowski muestra por las mujeres, los amigos, la literatura, los coches, los gatos y su hija es tosco e incluso chabacano, la confesión que le dedica a Linda es como un navajazo en carne viva que en boca de otros poetas sonaría a ñoñería sentimentaloide. Imprescindibles: “Mi amor verdadero en Atenas”, “Poema de amor para Marina”, “Poema de amor para todas las mujeres que he conocido”.

54.- Bukowski esencial: poesía, Ecco, octubre 2016 [Visor, 2017]

Concentrar en 95 poemas la producción desmesurada de Bukowski es prácticamente imposible; existen varios Bukowski esenciales en potencia. Un éxito de ventas que contiene los previsibles clásicos, facsímiles, ilustraciones y un inédito en honor a Carl Weissner, agente y traductor de Bukowski al alemán. Idóneo para los profanos en la materia y para los lectores más veteranos que quieran redescubrir algunos de los poemas más conseguidos de Bukowski. La acogida fue inequívoca: “Por el puro placer de la lectura y un contenido de calidad constante, Bukowski esencial es el mejor libro de cuantos se han publicado”.

55.- Tormenta para los vivos y los muertos, Ecco, 2017 [Visor, 2018]

Primer poemario de inéditos en 25 años que reproduce fidedignamente los poemas tal y como Bukowski los escribió, sin maquillaje ni retoques innecesarios. Aunque en ocasiones la finalidad de Bukowski no es otra que escandalizar, el humor negro evita que el lector se ofenda o polarice. La inclusión de algunos poemas experimentales y varias joyas traspapeladas en los archivos proporcionan una variedad estilística que es de agradecer. Como era de prever, las reseñas fueron dispares: “Las publicaciones póstumas tocan fondo con las chorradas de borracho” de Tormenta, mientras que en el otro extremo se valoró como “una colección soberbia que se recordará por ser la que mejor representa la totalidad, o el desenmascaramiento, de la obra de Bukowski”. Imprescindibles: “Canto por este dolor arrebatador”, “Era un mierda”, “Poema para Dante”.

56.- The Mathematics of the Breath and the Way, CL, 2018 [sin traducción]

La última entrega de City Lights es el complemento idóneo de La enfermedad de escribir. Se trata de un libro de ensayos, relatos y entrevistas dedicados al acto creativo donde Bukowski, según comenta Calonne, “explica su metodología y comparte sus reflexiones sobre la vida de un autor que comenzó en el anonimato y acabó siendo una figura literaria reconocida internacionalmente”. Las fanfarronadas de Bukowski devienen clásicas: cuando le piden consejo para escribir sugiere como si tal cosa que el método más infalible no es otro que apostar a los caballos. Imprescindibles: “Sobre la matemática del aliento y la ruta”, “Confesiones de un poeta de la hostia”.

57.- Beber, Ecco, 2019 [Visor, 2019]

Beber es un compendio cronológico de ilustraciones, fragmentos de cartas, prosa y poesía junto con composiciones inéditas. Aunque Bukowski estuvo a punto de morir desangrado por una úlcera de estómago en 1954, continuó bebiendo sin parar durante las décadas siguientes. En cualquier caso, el alcohol le brindó la oportunidad de alcanzar la reencarnación inmediata: “Beber es algo emocional… Es como si te mataras y luego renacieses. Supongo que habré vivido ya entre diez y quince mil vidas”. Años después, cayó en la cuenta de que dejar de beber no entorpecía la creatividad: “Creo que escribo igual de bien sobrio que borracho. He tardado mucho tiempo en darme cuenta”. Imprescindibles: “La gran boda zen”, “Esta noche”, “Mozart compuso su primera ópera antes de los catorce”.

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Entregas anteriores:

Charles Bukowski, manual de iniciación (I)

Charles Bukowski, manual de iniciación (II)

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