Entre los muchos méritos de Chema Alonso cabe destacar que, gracias a su empeño, la Real Academia Española incorporase una segunda acepción al término hacker en su diccionario (donde figura «jáquer», aunque me van a permitir que use el término original). Hasta entonces, la única definición que se recogía era la de «pirata informático». Ahora, también se reseña como persona con grandes habilidades en el manejo de computadoras que investiga un sistema informático para avisar de los fallos y desarrollar técnicas de mejora.
A pesar de todos los méritos de Chema, extraña su trascendencia pública, perteneciendo a un campo tan árido como el suyo y siendo, además, directivo de una multinacional. Desde luego, no cumple con el patrón para ser una figura pública reconocida más allá de su ámbito profesional, una circunstancia que le acompaña desde hace años. Su estética y formas rompen moldes (no los del hacker, pero sí los de un alto directivo) y su mítico gorro se ha convertido una seña de identidad siempre vinculada a su figura (verán que me he ahorrado el facilón guiño quevediano comenzando esta semblanza de la siguiente forma: Érase un hombre a un sombrero pegado…).
Viene Chema Alonso a Siempre al Oeste para que lo entrevisten Jesús Fernández Úbeda y nuestra flamante nueva copresentadora, Ana Iris Simón. No tenía muy claro qué podía salir de esta extraña combinación, pero les aseguro que el resultado es magnífico.
Que ustedes lo aprovechen.
Un hombre solo tiene derecho de mirar a otro hacia abajo cuando tiene que ayudarlo a levantarse.
Gabriel García Márquez