Textos de autor
De los microbios a la vacunación
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Hoy quiero recordar, con agradecimiento, a algunos pioneros que sentaron las bases para combatir con eficacia a microorganismos infecciosos. Los primeros nombres que vienen...
Enterrando evidencias (Arresto domiciliario 90)
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Sé lo que estás pensando, Cuarentenario. Esto nos deja solos, ¿no es verdad? Recordarás, no obstante, cuántas mañanas, tardes y madrugadas me he quedado...
Entendiendo a Dalila (Arresto domiciliario 89)
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No sé qué tanto sirvan los espejos a los peluqueros, pero desde la silla del cliente se les mira chambear con lujo de detalle...
La vida loca de José Gutiérrez-Solana
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Alguno de sus contemporáneos, como Ramón Gómez de la Serna, hizo bien poco para que sus libros fuesen tomados en consideración. Ramón, a quien...
Túselo usted misma (Arresto domiciliario 88)
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De estar ahora mismo tendido en un diván, diría que me estresa por igual cambiar de peluquero que de jardinero. ¿Y no padece uno...
Villanos de pacotilla (Arresto domiciliario 87)
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Ser enemigo firme y consecuente suele ser un trabajo duro, improductivo, ingrato y peligroso, entre otras desventajas descorazonadoras con las que sólo lidian los...
Perturbado asintomático (Arresto domiciliario 86)
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Según supe por boca de un amigo psiquiatra (dice uno así para no revelar que habla del suyo), quienes han sido esclavos de drogas...
Darwin y el triunfo de los perros
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Evidencias arqueológicas sugieren que nuestra relación con los perros se remonta al menos a entre 10.000 y 14.000 años, esto es, a la época...
El personaje manda (Arresto domiciliario 85)
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Enedino Godínez, es su nombre. Policía de oficio, ejerce como crítico literario, nunca leyó los libros que presenta y su especialidad es ponerme en...
El Cochinón (Arresto domiciliario 84)
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Recuerdo una campaña para niños donde un primo sociópata del Pato Donald iba por la calle lanzando desperdicios a granel, con una gabardina, un...
La noche que conocimos a Szymborska
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a Maxi Rey, maestro, in memoriam Noches enteras echadas a perder, o a ganar, o a hacer tablas la mayoría de las veces, según...
Viendo bolitas (Arresto domiciliario 83)
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—¿Qué tiene mi playera? —no sabría explicar por qué me inquieta así que algo pueda pasarle a mi playera ultraligera Nike, negra y con...
El circo de papel (Arresto domiciliario 82)
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Una vez que he transcrito el altero de páginas del manuscrito y me permito el lujo de imprimirlas, tras unos cuantos días de corrección...
Yo zopilote (Arresto domiciliario 81)
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Tuve durante un tiempo la costumbre de arrimarme a mirar de cerca las desgracias. Observaba a la gente atropellada, ahogada o simplemente muerta, presa...
Otras miradas ante la Covid-19
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Disponer de un bien provisto sistema sanitario incluye a la investigación médica, en la que ahora nos interesamos con ansia para saber cómo avanza la...
Bésame, cuarentena (Arresto domiciliario 80)
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Como todo convicto tendría que saberlo, carecer de un futuro acreditable es otra forma de encontrar la paz. Hace un rato llegó la mercancía...
Cavernarios del mañana (Arresto domiciliario 79)
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Si hace tres meses alguien me hubiera sugerido que comprara uno de esos estuches para cortarte el pelo en tu casa, le habría preguntado...
Otros ornitorrincos (Arresto domiciliario 78)
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Llevar más de una vida es apostar en diferentes mesas, de manera que puedas cambiar de aires según te convenga, o en todo caso...
Rejas de mi corazón (Arresto domiciliario 77)
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—Esta va a ser tu cama —señaló con el índice un trabajador social, mientras tomaba la toalla mojada y la tendía sobre la cabecera...
Alma gorda (Arresto domiciliario 76)
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A lo largo de poco menos de una hora (lo que le tomaría una cena en dos tiempos), mi correclusa engulle con los ojos...