Publicado por primera vez en 2005, El viaje de las palabras, de la escritora Clara Usón, vuelve a las librerías en una nueva edición de Seix Barral, con la que la barcelonesa recupera su particular homenaje a Anton Chéjov, a caballo entre la comedia de enredos, la novela histórica y las fantasías poco ortodoxas.
Explica Usón que la novela «es como una fantasía mía hecha realidad», y descubre que desde siempre ha sido una «gran lectora de la literatura rusa del siglo XIX, y cuando leía sobre todo a Tolstói o Dostoyevski quería ser una condesa rusa y, además, quería conocer a Chéjov». De ahí surgió la idea de unir ambas cosas y escribir una novela que trasladara a su “alter ego”, Lucía Almendoz, a la finca donde Anton Chéjov vivía con toda su familia.
Lucía, como la autora, admira la capacidad de Chéjov para aceptar la vida tal como es y asumir la muerte sin miedo, y durante su estancia en Mélijovo se empeña en descubrir cuál es el “secreto” del autor para conseguirlo. Pero como comenta Usón, la protagonista no saca una conclusión clara; la novela es «chejoviana» y no tiene un mensaje moralizante: «Aunque me gustaría tener su capacidad para entender y aceptar la condición humana, con calma y serenidad, creo que eso es algo intransferible».
La pasión de Usón por Chéjov empezó «muy pronto» y «por puro azar», cuando, con apenas doce años, la autora pasó un verano en Córcega y como lectura de viaje, «junto con tebeos del Pato Donald», se llevó los cuentos completos de Chéjov. «No entiendo cómo a mis doce años eso me gustó», confiesa la escritora, pero fue «un flechazo absoluto» y destaca que le «apasionó» y desde entonces no lo ha dejado. Según Usón, es importante entender que el ruso «sigue siendo un autor actual», ya que fue un escritor «absolutamente moderno», con un planteamiento de que «la vida no tiene ni principio ni final» y «acaba en cualquier momento» o que la literatura «no necesita un gran argumento» y también puede estar llena de «azar».
Para escribir una novela donde las figuras históricas conviven con personajes de los cuentos de Chéjov y que mezcla la fantasía con un retrato fiel de la vida en la Rusia del siglo XIX, Usón tuvo que documentarse. «Fue interesante, porque hice una inmersión en Chéjov que duró casi un año y estudié cómo era la vida rusa entonces y, aunque es una fantasía, lo que yo reflejara sobre Chéjov tenía que ser verídico», apunta.
Nacida en 1961, Clara Usón, aunque siempre ha sido una «fanática de la lectura», empezó su carrera como abogada, ejerciendo durante años, hasta que en 1998 se «lanzó a la piscina» para dedicarse a la escritura. Usón explica que le ocurrió como cuando «estás casada» y tienes una vida «estable» pero «aburrida» y, de golpe, «te enamoras de otro» y debes «decidir qué hacer», si dejarlo todo «por ese loco que no tiene ni un duro pero con quien te vas a divertir mucho más, o quedarte». Su primera novela, Las noches de San Juan, fue premiada con el premio femenino Lumen, y su trayectoria prosiguió con otros reconocimientos, como el que obtuvo con Corazón de Napalm, de 2009, premio Biblioteca Breve, mientras que con La hija del Este, de 2012, recibió el Premio de la Crítica, el Ciutat de Barcelona y el Premio de la Cultura Mediterránea. Tras publicar su última obra en 2018, El asesino tímido, Usón trabaja ahora en una nueva novela, de la que, de momento, prefiere no decir nada, más allá de deslizar que lleva tiempo documentándose y que ya tiene ganas de ponerse a escribir.
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