La novelista argentina Claudia Piñeiro, una de las plumas más prestigiosas de América Latina, reconoció este jueves en la Fiesta del Libro y la Rosa de la capital mexicana que escribe porque si no lo hace no es la misma persona. «Escribo porque si no escribo no soy la misma persona, no estoy centrada en mi eje. Escribir es casi una cuestión ontológica, algunos tenemos la necesidad de escribir independientemente de si lo hacemos bien o mal», dijo la autora.
Piñeiro y su colega Sandra Lorenzano, asentada en México, protagonizaron la charla «Los libros que nos salvan las vidas», que atrajo a numerosos lectores en la red y giró alrededor del tema de la lectura y sobre autoras mujeres, u hombres, que supieron tratar el tema del feminismo. El Festival se celebró este jueves de manera digital para cumplir con las exigencias de aislamiento consecuencia de la COVID-19 y en él participaron centenares de amantes de la literatura que convivieron a través de internet con varios escritores de primera fila.
Piñeiro confesó que al inicio de la cuarentena pensó en leer libros de ficción pero terminó por acercarse a obras con algo de ficción pero más de ensayo o autoficción. «Recorridos casi personales, como los de Clarice Lispector o Natalia Ginzburg, están en la fila de libros», reconoció.
Lorenzano explicó que en su caso escribe para saber qué pasa en su interior y destacó el toque de introspección relacionado con la escritura. «Si no escribo siento que me faltarían los lentes que necesito para mirar la realidad», observó.
El Festival destacó este año el tema de las mujeres en la literatura, y el dúo de autoras recomendó obras como Balún Canán, de la mexicana Rosario Castellanos, Inundación, de la argentina Eugenia Almeida, Desierto sonoro, de la mexicana Valeri Luselli o Cometierra, de la argentina Dolores Reyes, entre otras.
Lorenzano se refirió a una idea de Anna Ajmátova, a quien le preguntaron alguna vez si podía escribir sobre el horror, y al referirse a la poeta ucraniana señaló que en la sociedad algunas voces preguntan quién va a contar el abuso contra las mujeres. «Preguntan si ustedes pueden contar esto, y uno de esos «estos» tiene que ver con la violencia contra las mujeres. En el primer trimestre de este año en México hubo 244 feminicidios. La pandemia es también esa pandemia, y uno debe decir «puedo contarlo», aunque no sepa la manera», observó.
La Fiesta del Libro, auspiciada por la Universidad Nacional Autónoma de México, transcurrió este jueves con numerosos escritores de primera fila que disertaron sobre diversos temas en charlas, talleres, mesas redondas y lecturas púbicas, todo de manera digital para respetar las leyes de aislamiento por el coronavirus.
Por la mañana la escritora española Almudena Grandes aseguró que el aislamiento para evitar el contagio de la COVID-19 tiene puntos de contactos con algunos de sus libros en los cuales hay gente escondida. «El encierro que tenemos puede recordar a los encierros de mis novelas; en mis novelas de la postguerra hay gente encerrada, escondida, que huye y no puede moverse de un lugar pequeño», dijo la autora.
Sobre el tema de la mujer hubo debates acerca de cómo se crean las comunidades de lectoras en América Latina y sobre el verso femenino en Latinoamérica, éste con la presencia de la escritora argentina Claudia Masín, entre otros temas.
Una litartura extraordinaria,
Excelente
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Me motiva su forma de hacer escritura.
novelista argentina Claudia Piñeiro, una de las plumas más prestigiosas de América Latina, reconoció este jueves en la Fiesta del Libro y la Rosa de la capital mexicana que escribe porque si no lo hace no es la misma persona. «Escribo porque si no escribo no soy la misma persona, no estoy centrada en mi eje. Escribir es casi una cuestión ontológica, algunos tenemos la necesidad de escribir independientemente de si lo hacemos bien o mal», dijo la autora.