Foto: Claudia Piñeiro en Gijón, por Daniel Mordzinski
La escritora argentina Claudia Piñeiro ha sido galardonada en la XXXIV edición de la Semana Negra de Gijón con el premio Dashiell Hammett de novela negra por su obra Catedrales, un relato que condena las presiones de la religión y la familia sobre las mujeres.
La autora, que competía por el premio con Lorenzo Silva, Elia Barceló, Alberto Gil y Marta Sanz, ha dedicado el galardón «a las mujeres que en todo el mundo luchan por ser iguales al resto de personas del planeta».
El jurado, compuesto por Berna González Harbour, Marta Barrio, Mariano Sánchez Soler, Miguel Barrero y Jesús Palacios, ha decidido por unanimidad conceder el galardón a Catedrales al considerarla “una novela negra no canónica en la que cada personaje aporta su versión a la construcción de la historia”. Ha destacado “la variedad de recursos estilísticos y el profundo conocimiento de la condición humana” que la autora ha empleado en una trama “de contradicciones y zonas grises que reflejan la realidad de la vida”.
Catedrales narra la historia de una familia católica que se enfrenta a la búsqueda de respuestas sobre el crimen nunca resuelto de una niña, Ana, cuyo cuerpo descuartizado fue hallado 30 años antes. Tras haber recibido el premio, Piñeiro ha dicho que el personaje de la niña asesinada “puede ser cualquiera en cualquier lugar del mundo” y ha lanzado una “señal de alarma” ante los discursos de sectores políticos que buscan descriminalizar los abusos a mujeres y el aborto en países en los que la legislación los condena.
El periodista y escritor catalán Enric Juliana ha obtenido por su parte el premio Rodolfo Walsh de no ficción con Aquí no hemos venido a estudiar, en la que hace un contrapunto entre la España de la década de los sesenta del pasado siglo y el momento actual. La obra de Juliana se remonta a las huelgas mineras y el proceso de Burgos para explicar el proceso de cambios que vivía España en esos momentos en los que se presentía la caída del régimen franquista para sugerir un paralelismo con la situación actual ante la transición energética. El jurado, formado por Marifé Antuña, José Luis Argüelles, Pablo Batalla y Pepe Gálvez ha destacado además la valentía de la obra PornoXplotación, de Mabel Lozano y Pablo Conellie, y la belleza literaria de Hijos del carbón, de la leonesa Noemí Sabugal, que también optaban a ese premio.
El Premio Espartaco de novela histórica ha sido para El cocinero y la ostra, una obra sobre el reinado de Luis XV desde la perspectiva de la gastronomía, de la escritora Lucía Núñez García. Protagonizada por Diego de Hurtado, maestro de cocina y aventurero, la novela de Núñez constituye un relato irónico y grotesco que gira alrededor de la mentira y enfrenta el mundo del racionalismo ilustrado al carácter apasionado de un joven cocinero. La trama se desarrolla a partir del encargo que recibe el afamado cocinero para espiar el encuentro del rey con su nueva amante, Catherine de Beaupré, en un castillo cerca de Poitiers alejado de las multitudes de Versalles.
Además, la escritora Ana Llurba ha ganado el premio Celsius de Ciencia Ficción y Fantasía por Constelaciones familiares, un compendio de trece relatos en los que conviven la amistad, la exploración de la sexualidad y los rituales adolescentes con las experiencias de los adultos como la maternidad y las crisis de pareja. Miguel Ángel Oeste ha obtenido el premio Memorial Silverio Cañada a la primera novela negra con Arena, una obra ambientada en una playa de Málaga, durante un cálido verano cuya luminosidad contrasta con la tristeza del joven protagonista, Bruno.
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