La evitamos en nuestras conversaciones, la obviamos como a una invitada inoportuna que esperamos se marche si no le hacemos caso, intentamos actuar como si no fuese real, pero ahí está, esperando su turno y el nuestro. La muerte existe, no se irá nunca de nuestras vidas y es la única certeza a la que nos enfrentamos los seres humanos. Gabriela Ybarra le dedica su primera —espléndida— novela, El comensal.
Dicen que el autor debe escribir de lo que conoce. Y Gabriela conoce bien la muerte. La sufrió en su familia con el terrorismo de ETA. Y también con el cáncer que se llevó a su madre. La escritora teje en su debut literario un sobrio y perfecto relato que aúna de manera extraordinaria las dos historias.
Primero, la de su abuelo, secuestrado y asesinado por la banda terrorista. Narrada desde la distancia emocional de una niña. Contada de forma casi periodística, pero dejando espacio también para el dolor de la familia, para que entendamos todo el daño infligido y el sufrimiento de las víctimas. Un buen ejercicio para todos aquellos que han olvidado con tanta facilidad lo que ocurrió hace apenas unos años en nuestro país. Un documento imprescindible para entender que el duelo es necesario para que pueda haber un perdón. En España hemos tirado para delante olvidando ambos.
Mi madre perdió el conocimiento el 3 de septiembre de 2011 a media tarde. Estaba sentada en la cama, mirándome, cuando su ojo izquierdo empezó a temblar. Mi hermana Inés y mi tía abuela estaban conmigo frente al cabecero. El cuello de mi madre se agitó. La boca se le llenó de espuma. Todos la miraban en silencio, menos yo. Mientras mi madre convulsionaba me entró un ataque de risa nerviosa que me hizo partirme por la mitad. Tal vez, inconscientemente, quería que mi cuerpo se moviera como el suyo, que perdiéramos a la vez el control.
La otra trama de la novela me toca directamente. Lo que cuenta Ybarra yo lo viví. Ver morir a alguien de cáncer es devastador para el enfermo —físicamente— y también para sus cuidadores —psicológicamente—. En El comensal este proceso se narra de forma magistral. Muchos os veréis identificados y reconoceréis la historia como vuestra.
El gran acierto de este libro es, sin duda, su forma valiente y decidida de encarar la muerte. Despojada de artificios. Ybarra no busca el reconocimiento de su dolor, solo quiere exteriorizarlo, hacernos participes, “comensales” de ese banquete que todos compartimos con la muerte.
Sinopsis de El Comensal
La muerte es un acontecimiento de primer orden. Cuando la parca se lleva a un ser querido heredamos lo que quedó sin resolver, y el dolor, o la liberación, que acarrea el deceso se extiende en el tiempo hasta que el vivoasume no sólo la desaparición del otro, sino también parte de la suya propia en la medida en que estamos hechos de retazos de los demás.
En esta novela autobiográfica Gabriela Ybarra trata de comprender su relación con la muerte y la familia a través del análisis de dos sucesos: el asesinato de su abuelo en 1977 a manos de ETA y el fallecimiento de su madre en 2011 por un cáncer. Así, la primera parte de El comensal es una reconstrucción libre (por tanto, no esconde la parte de ficción de toda memoria) del secuestro y posterior asesinato del empresario español Javier de Ybarra, quien también fue alcalde de Bilbao y presidente de la Diputación de Vizcaya durante el régimen franquista. Aunque esta muerte ha sacudido a todo el clan familiar (los padres de la protagonista tienen que abandonar el País Vasco y convivir con un escolta), no es hasta que la madre de la narradora enferma fatalmente que los duelos no hechos y las herencias políticas no asumidas (a veces por ignorancia) estallan.
Autor:Gabriela Ybarra . Título: El comensal. Editorial: Caballo de Troya. Edición: papel y ebook
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