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Cómo escribí «Los años imposibles»

Cómo escribí «Los años imposibles»

En la película de Patricio Guzmán Nostalgia de la luz (2010) se habla de cómo la memoria tiene una fuerza de gravedad que nos atrae irremediablemente. Quizás fue esto lo que me llevó a indagar, mientras investigaba para mi tesis doctoral en Canadá, en la vida de una figura poco conocida, como Juan Piqueras, crítico de cine fusilado en 1936 por la policía sublevada. Tras recibir en 2015 un correo de mi directora de tesis Masha Salazkina, uno de esos que le cambian a uno la vida, con un pdf de un artículo traducido al inglés para un libro académico, fui a parar a la revista Nuestro Cinema (1932-1935). Empecé a recopilar información sobre su fascinante vida, que se cruzaba con los caminos de Luis Buñuel, León Moussinac, René Clair, Joris Ivens, Sergei Eisenstein, Walt Disney, Ernesto Giménez Caballero, Ricardo Urgoiti y muchos otros. Publiqué un artículo académico junto al investigador Pablo La Parra Pérez, quien me animó a seguir el campo gravitatorio generado por Piqueras. Siguiendo todo tipo de pistas, llegué a un post en el blog del historiador Aitor Hernández Eguíluz. Allí, en la sección de comentarios, en la que nunca solemos fijarnos, encontré el siguiente mensaje de un usuario anónimo en 2017: “Hola, yo soy el bisnieto de Juan. Mi familia y yo somos de Venezuela pero ahora vivimos en Valencia, España. ¿Qué quieres saber de nosotros?”.

"Fue como toparse con el centelleo de una estrella distante destinada a pasar desapercibida"

Fue como toparse con el centelleo de una estrella distante destinada a pasar desapercibida. No había encontrado un documento en uno de los múltiples archivos que consulté a lo largo de la investigación en París, Barcelona, Madrid y Valencia, sino la posibilidad de entrar en contacto con la memoria viva de quien por entonces yo conocía tan solo como crítico de cine gracias al libro de Juan Manuel Llopis Juan Piqueras: El Delluc español, publicado por el IVAC en 1988. El bisnieto de Juan y Ketty, un joven de apenas 14 años que acababa de cruzar el Atlántico en un viaje inverso al de su bisabuela, había puesto en marcha de nuevo el poderoso mecanismo de la memoria 80 años después de la confirmación del asesinato de Juan. Contesté explicando mi interés y dejando mi información de contacto. Unos meses después conocí a la familia venezolana de Piqueras en Valencia, quienes me recibieron calurosamente y me facilitaron los materiales con los que completé la tesis doctoral en otoño de 2018. Dejé fuera, por falta de tiempo, unas memorias inéditas escritas por Ketty y unas fotografías familiares, enviadas por su nieta vía Whatsapp, que capturaban su vida bohemia y feliz en el París de los años 30.

"Ellos intentaron construir una nueva sociedad desde la ilusión y el deseo que mueven toda revolución"

Tras las pertinentes celebraciones, y una mudanza transatlántica, me olvidé unos meses del tema, pero una madrugada de 2019 me desperté en mi casa de Barcelona con un súbito hormigueo de emoción en el estómago y dos imágenes en la cabeza; una fotografía de los Piqueras, donde se les ve sonriendo hacia el futuro una mañana en París pocos meses antes del asesinato de Juan, y la caja en donde guardaba las memorias de Ketty. En la tesis había explicado detalladamente el papel de Juan Piqueras en la cultura cinematográfica de la época, pero no había contado su historia. Quedaba pendiente explicar cómo su biografía se entrelazó dramáticamente con los acontecimientos que truncaron el futuro de una generación. La escena se repitió varias veces durante unas semanas, hasta que otra madrugada insomne empecé a leer el relato de Ketty. Me di cuenta enseguida, y con un punto de vergüenza, de que lo que yo había interpretado como un final, el fusilamiento de Juan en julio de 1936, no había sido más que el principio de una dramática aventura para ella que duró, como mínimo, hasta 1945.

Decidí entonces escribir un libro que recorriese este punto de fuga por el que se escapó el futuro de una generación cuya memoria sentimos próxima quienes soñamos con librarnos de los fantasmas de un pasado que todavía acecha el presente. Ellos intentaron construir una nueva sociedad desde la ilusión y el deseo que mueven toda revolución. Nosotros nos tenemos que contentar con una democracia construida sobre los rescoldos de una dictadura y cuya revisión tenemos prohibida. Por eso, y a pesar de los enormes esfuerzos por eliminar su recuerdo, la Segunda República todavía supone una poderosa fuente de inspiración democrática.

Porque la memoria, como toda fuerza, no se crea ni se destruye, sino que se transforma en manos de cada nueva generación en una herencia de difícil, pero necesaria, digestión.

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Autor:  Enrique Fibla Gutiérrez. Título: Los años imposibles: Memoria inacabada de Juan Piqueras. Editorial: Barlin. Venta: Todostuslibros.

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