Constelaciones g(r)am(m)a

Convertir a la humanidad en una especie interplanetaria es uno de los primeros objetivos de las empresas tecnológicas del presente. Quienes en ellas trabajan beben de una tradición imaginaria de la escritura del futuro sobre la que el filósofo Michel Nieva reflexiona en Ciencia ficción capitalista. Cómo los multimillonarios nos salvarán del fin del mundo (2024), obra concebida por su autor como «una crítica política a la estetización de la acumulación capitalista mediante la tecnología».

Nieva ofrece conexiones entre una amplia constelación de creaciones literarias, cinematográficas y artísticas, y los avances tecnológicos del presente en el marco del desarrollo del capitalismo como sistema socio-económico, el cambio climático y la destrucción de la naturaleza, los sistemas coloniales, el posadismo, y la terraformación de Marte. Todo ello se articula en un volumen, de la colección Nuevos Cuadernos Anagrama, que permite dar una dimensión histórica a los avatares de los grandes imperios tecnológicos del siglo XXI y a las propuestas de los señores de la tecnología, entre los que se encuentran Jeff Bezos, Zuckerberg o Elon Musk, hoy al cargo del Departamento de Eficiencia Gubernamental de los Estados Unidos, e íntimo colaborador del presidente Donald Trump.

Todo parece apuntar a que el próximo gran paso de la travesía humana será un doble abandono: el del hogar familiar, nuestro planeta, y el del cuerpo humano, en la búsqueda del ideal de homo deus harariano. El análisis que el filósofo argentino realiza de la colonización de otros planetas establece paralelismos con la colonización continental y sus consecuencias. Así, la llegada del colono a América se contempla como un fin del mundo pasado y posible, del que es pertinente extraer un aprendizaje histórico como «experiencia documentada para comparar la crisis socioambiental del presente». La colonización del espacio se convierte, de esta manera, en una etapa superior del proceso de colonización en busca de riqueza, y nuevos lugares de asentamiento.

Al tiempo, se pone en cuestión el modelo de lo que podríamos llamar «neo-metrópolis», o la ciudad del futuro, exponiendo el lado negativo del devenir tecnológico: la extracción descontrolada de materias primas, la alienación del sujeto o la progresiva disolución de los valores democráticos. Este último aspecto puede relacionarse con la épica de ficción y con sus héroes. Quizá un ejemplo representativo sea precisamente un antagonista, el de la serie de animación Psycho-pass. En esta, un Japón del futuro es controlado por una entidad conocida como el Sibilla System. Los ciudadanos son evaluados por miles de cámaras y lectores para extraer su psycho-pass, un valor psicoanálitico que permite dilucidar si el sujeto es proclive a la inestabilidad mental y a la comisión de crímenes, para detenerlo por adelantado. También permite evaluar, entre otros aspectos, qué empleo resulta más adecuado para él. En este mundo, en el que los niveles de pobreza y criminalidad se encuentran en mínimos históricos, es posible alterar la apariencia del hogar, tener un asistente virtual o convertir el cuerpo humano en una herramienta tecnológica avanzada. El antagonista de tal historia es un hombre de cultura extraordinaria que empleará cualquier medio posible para desentrañar los secretos del Sibilla System y exponer sus debilidades o errores, alcanzando, por fin, un conocimiento que le otorgue libertad individual.

Este modelo heroico, sobre el que también escribe Nieva, representa a un personaje ajeno a la convención social, capaz en lo tecnológico, contrario a las estructuras del Estado y perseguidor de una suerte de liberación. Se trata del héroe del individualismo. Este héroe-alterno convive con el héroe-mesías, que pretende conducir a la humanidad a una fase trascendente mediante la búsqueda de un nuevo asentamiento posible. Ciencia ficción capitalista huye de lo cautivador de estos ídolos para proponer una reflexión, cargada de humorismo, sobre cuáles serán los pilares de convivencia de la humanidad futura y a qué riesgos puede exponerse si el poder tecnológico cae, sin cuestión alguna, en malas, o pocas, manos.

La ciencia ficción, como género literario, se integra entre los géneros del futuro albergando un valor, bien utópico, bien distópico. Se trata de obras con una carga didáctica transparente, que permiten proyectar los peligros de un presente en constante transformación pues, como señalara Stephen Hawking, el desarrollo biológico no puede alcanzar al avance exponencial del desarrollo intelectual de nuestra especie. El estado de la travesía del imaginario humano y la emergencia climática han llevado a que lo que fueron fantasías para el aprendizaje se conviertan en necesidad presente. El mapa celeste es nuestro finis mundi y las representaciones del futuro, un elemento tangible. Ciencia ficción capitalista: Cómo los multimillonarios nos salvarán del fin del mundo propone ejes para interpretar los retos de un futuro amenazante para evitar un temido presente distópico.

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Autor: Michel Nieva. Título: Ciencia ficción capitalista: Cómo los multimillonarios nos salvarán del fin del mundo. Editorial: Anagrama. Venta: Todos tus libros.