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Construir Construir lectores

Construir Construir lectores

Vicente Luis Mora se hizo una pregunta a sí mismo: ¿estamos formando correctamente a los futuros lectores? Y no encontró mejor forma de darse una respuesta que escribiendo un ensayo al respecto.

En este Making Of, Vicente Luis Mora cuenta cómo escribió Construir lectores (Vaso Roto).

***

En 2017, preocupado por varias cuestiones que me rondaban por entonces, decidí sentarme a reflexionar sobre ellas papel mediante, porque el único modo que conozco de librarme de una obsesión es obsesionarme escribiéndola durante años. La duración del martirio se duplica pero, cuando acabas el proceso, la obcecación desaparece de verdad. Algo es algo. ¿Cuáles eran mis obsesiones en ese momento prepandémico, antecovidiano (adjetivo que sustituirá en breve a “antediluviano”), aparentemente tranquilo, en que solo nos acuciaban la crisis perpetua y la probable extinción por catástrofe ambiental?

Pues mis neuras eran las que siguen: si en este y otros países, me preguntaba, el analfabetismo prácticamente ha sido erradicado; si hay, según las estadísticas, más personas lectoras que nunca, ¿por qué tenía —y tengo— la impresión de que cada vez hay menos mentes capaces de leer textos densos, llenos de ideas —ensayos poderosos, novelas ambiciosas, libros de poemas verbal y estructuralmente complejos, artículos de enjundia— y que disfruten leyéndolos? (la parte del goce es la más importante de la frase) ¿Por qué, pensaba y pienso, muchas lecturas obligatorias de enseñanza secundaria y bachillerato —no todas— tienden hacia la nadería más absoluta y privilegian libros simplones? ¿Son tontos los alumnos, o más bien los tratamos como tontos? ¿Es verdad que estamos más distraídos que antes? ¿Es cierto que no nos concentramos, o quizá es que nos concentramos de otro modo, o en otras ocupaciones? ¿Les gusta leer a los profesores de lengua y literatura? ¿Tienen un verdadero hábito lector que compartir con el alumnado? ¿Hay mucha pose lectora en redes sociales, que no se corresponde con un crecimiento paralelo del nivel intelectual de la sociedad? ¿Estamos formando lectores correctamente? ¿Qué ideas podrían darse para mejorar esa formación?

"Ese terror, el miedo a que como sociedad estemos abandonando la lectura de obras densas, cuidadas y llenas de ideas me llevó a escribir cientos de páginas, que he adensado hasta llegar al volumen publicado por Vaso Roto Ediciones"

Comencé a pensar, escribir, leer y a conversar con docentes, bibliotecarios y editores, con quienes me encuentro en distintos foros varias veces al mes. También preparé un cuestionario que he ido pasando durante estos años a mis alumnos y a los participantes en mis talleres literarios: ¿qué os gusta leer? ¿Cuántos libros leéis al mes? ¿Cuál es el libro más antiguo que has leído por gusto, sin relación con una asignatura? ¿Cuáles son tus clásicos favoritos de otras lenguas y por qué? ¿Cuántas series consumes al mes? ¿Cuántas horas al día pasas en redes sociales? Por supuesto, los cuestionarios deben ser anónimos, de otra manera dicen haber leído las 38 obras de Shakespeare y destacan que su libro favorito es el Ulysses de Joyce. Cuando responden con sinceridad, las respuestas son aterradoras, salvo raras excepciones. Son para echarse a llorar.

Ese terror, el miedo a que como sociedad estemos abandonando la lectura de obras densas, cuidadas y llenas de ideas me llevó a escribir cientos de páginas, que he adensado hasta llegar al volumen publicado por Vaso Roto Ediciones. En Construir lectores me pregunto por el daño cultural y cívico que puede resultar de perder una visión compleja del arte y del pensamiento, dejando todo en manos de la técnica y de las pantallas. Justo ayer leía una entrevista con el pensador de la mente Alva Noë, donde dejaba caer este brillante párrafo:

“En mis escritos más recientes, especialmente en mi último libro, que se llama The Entanglement (El enredo) sostengo que es la propia naturaleza de los problemas humanos la que requiere un tipo diferente de investigación, del tipo que tanto la filosofía como el arte proporcionan. Y creo que la filosofía y el arte no solo son esenciales para entendernos a nosotros mismos, sino que el trabajo de la filosofía y el arte también nos cambia. Crecemos y evolucionamos a través de la filosofía y el arte. Así que la historia de la humanidad, en cierto modo, es la historia del arte y la filosofía”.

Pero ¿qué pueden hacer por nosotros los libros, si no los entendemos? Si somos incapaces de leer textos largos, ambiguos, cuya lección no sea evidente y que requieran un esfuerzo de crítica y comprensión; si nos conformamos con el tuit o el resumen apresurado de Chat GPT, ¿qué tipo de “entendimiento de nosotros mismos” vamos a tener? ¿Hemos pasado de lectores de novelas a devoradores de titulares, de Anna Karénina a Ana de las tejas verdes, de Correos a Telégrafos?

Quizá pueda deducirse de lo expuesto que Construir lectores es un libro pesimista. No lo creo; al menos, se debate entre la esperanza y el miedo, buscando decantarse por el primero. Cito en el ensayo numerosos datos que mueven al optimismo, e intento ofrecer ideas e iniciativas, tanto propias como ajenas, que pueden ayudar a construir lectores, no sólo personas que decodifiquen textos. Describo numerosos mitos de la lectura que pueden fascinar en la infancia y la adolescencia, mostrando que leer es un mundo vertiginoso, ameno, inacabable. E intento sembrar la idea de que construir lectores es construir ciudadanos, personas completas, inteligencias naturales que no necesitan apoyarse en la muleta de las artificiales. Personas que entienden mejor el mundo para entenderse, dentro de lo posible, a sí mismas.

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Autor: Vicente Luis Mora. Título: Construir lectores. Editorial: Vaso Roto. Venta: Todos tus libros

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