Los poemas de Mar Benegas y las ilustraciones de María Ramos convierten Contar del Humo al Vente en un álbum ilustrado, en un álbum de poemas. Es importante comprender esto porque sus implicaciones van más lejos de una mera sutileza genérica propia de profesores (poemario ilustrado frente a álbum ilustrado de poemas). Comprender esto significa acercarse a la forma interna del libro, que es el mejor camino para entender la naturaleza verdadera de una obra y, con ello, para apreciar su valor.
En el caso de Benegas y Ramos el juego humorístico se construye sobre dos principios: los juegos con las palabras y los juegos con las imágenes. El primero está presente desde el comienzo, en el propio título (“humo” es uno, “vente” es veinte). Forma parte de la propia tradición poética (los sonidos parecidos, las asimilaciones caprichosas) y del día a día en el niño que aprende a hablar. El error provoca risa y el error intencionado recrea esa risa, la convierte en un juego, la eleva a aprendizaje y comunión (el regocijo compartido). El lenguaje poético se acerca al lenguaje infantil, se hermana con él mediante la broma.
Pero hay un segundo juego, aliado con él. Es el juego de los dibujos. La imaginación de María Ramos ofrece dibujos próximos a la representación de los niños, mantiene su ductilidad, la gracia de un trazo vivaz, orgánico y exuberante. Sus dibujos se acercan a los de los niños para hablar directamente a sus ojos, a su propia forma de imaginar (una representación directa de las palabras).
Sólo después de entender esto y de recordar los principios estructurales que configuran el libro (disponer veinte poemas cuyos títulos ofrecen una enumeración en arte de asonancia: humo, tos, vez, gato, brinco, beis…), la música del álbum cobra pleno sentido, se aprecia su impulso integrador, las sutilezas de un trabajo unificado, inteligente y bienhumorado: que el dibujo para “humo” sea una nube que ocupa una doble página, salvando la costura del libro; que en el poema sobre la tos aparezcan dos sapos por hablarse en él del amor; que en el poema del beis, al juego ortográfico (beis/veis) se sume el juego del acertijo (lo que pregunta la letra lo responde el dibujo)…
Poemas e imágenes crecen con el mismo espíritu. En ellos hay momentos para el disparate, para la ternura, para la asociación inesperada, para la disposición, en suma, de un estado de ánimo de apertura, de inclinación a la risa, de valoración de la riqueza multiforme del mundo, evocada por las palabras y recogida en los dibujos, llenos de impulso vital. Esta colaboración hace de Contar del Humo al Vente un álbum. Un libro que trata de mostrar la cara alegre de la vida: “Vente, / vente conmigo, / a jugar te digo”. Así se lee en la canción final.
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Poemas: Mar Benegas. Ilustraciones: María Ramos. Título: Contar del Humo al Vente. Editorial: Pastel de Luna. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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