El 13 de febrero de 1801 tuvo lugar el Convenio de Aranjuez entre Francia y España. Manuel Godoy y Luciano Bonaparte establecieron las bases del futuro Tratado de Aranjuez, que firmaron los dos países en marzo de ese mismo año.
¿Qué se estableció en el Tratado de Aranjuez?
El Convenio de Aranjuez fue el paso previo al tratado del mismo nombre. España, Francia y Batavia (denominación de los Países Bajos entre 1795 y 1806, cuando fue ocupada por el país galo) acordaron mediante este acuerdo las condiciones de sus fuerzas militares para luchar contra Inglaterra. En el convenio se establecieron el número de unidades que cada ejército y cada flota aportaría a esta alianza. El Tratado de Aranjuez estableció también otra serie de importantes disposiciones: la renuncia de Fernando VII al ducado de Parma, la cesión del ducado de la Toscana a su hijo, Luis Francisco de Borbón-Parma, y la entrega de la Luisiana, que había sido cedida a España en el Tratado de París como compensación por la pérdida de la Florida, a Francia.
¿Quién fue Manuel Godoy?
Manuel Godoy destacó desde muy joven como político y como amante. Con solo 25 años consiguió ser ministro y tuvo toda la confianza de Carlos IV, pese a haber tenido una relación con la mujer del monarca, María Luisa de Parma. En 1795 fue nombrado «Príncipe de la Paz» —título que Fernando VII declaró ilegal años más tarde— por su papel en la negociación de la Paz de Basilea, que puso fin a la Guerra de la Convención, entre España y Francia. Godoy consiguió neutralizar con la diplomacia el poderío de esta nación, pero esa política le provocó muchos enemigos. Tampoco estuvieron de acuerdo con sus reformas —combatió los monopolios gremiales, liberó los precios de las manufacturas e incluyó en su gabinete a políticos como Jovellanos— ni los nobles ni los curas. Algunos de los liberales que había llevado al gobierno fueron los primeros en traicionarlo, pero Godoy recobró pronto el poder, y él fue el encargado de negociar con Napoleón el Tratado de San Ildefonso y también el de Badajoz con Portugal y la Paz de Amiens con Inglaterra. Los años siguientes fueron complicados para Godoy, que se vio involucrado en las disputas entre el rey y el Príncipe de Asturias, y todo estalló la noche del 19 de marzo de 1808 durante el llamado Motín de Aranjuez. El político salvó la vida gracias al general Murat. También acabaron huyendo Carlos IV y Fernando VII. Cuando este último regresó a España como rey, emprendió una lucha personal contra Godoy para quitarle todos sus títulos y posesiones.
Otras efemérides históricas del 13 de febrero
El día 13 de febrero de 1542 el monarca inglés Enrique VIII ordenó matar a su quinta esposa, Catalina Howard.
El día 13 de febrero de 1880 el rey español Alfonso XII firmó la abolición de la esclavitud.
El día 13 de febrero de 1917 la espía Mata Hari fue detenida en un hotel de París.
El día 13 de febrero de 1975 un incendio afectó a la torre norte del World Trade Center, edificio que fue atacado durante un atentado terrorista en 2001.
¿Neutralizó a Francia mediante la diplomacia? Es una afirmación muy categórica. Yo diría más bien que tranquilizó a la Bestia entregándole las llaves de casa. Poniendo la Armada al servicio de una guerra contra Inglaterra evitamos ser invadidos durante unos años, pero cuando ésta fue hundida en Trafalgar (honorablemente, eso sí), podíamos dar por perdidos las provincias de Ultramar. Lo mismo sucedió con la entrega de Luisiana, que fue vendida a Estados Unidos dos años después. Con los expansionistas yanquis la cuenca del Mississippi y con acceso al Caribe, nos podíamos despedir de Méjico (aunque le tocó al Méjico independiente perder la mitad de su territorio) y Cuba. Normal que los curas estuvieran contra Godoy. Robó posesiones, fondos y patronatos a las órdenes religiosas (lo cual dejó sin pan y tierra a cientos de miserables) en vez de atajar los problemas de la Hacienda de raíz. Un liberal no puede admirar a un gobernante que no respeta la propiedad privada por no hacer lo que debe: no gastar más de lo que ingresa. Los gremios podían haber servido para hacer una transición ordenada a la industrialización y a superar la economía de subsistencia (como sucedió en Alemania) sin los traumas de la depauperación y el éxodo campesino, pero en España degollamos y luego preguntamos. ¡Queda tan bien criticar el Antiguo Régimen! Los curas y el pueblo se rebelaron, afortunadamente. Como para no hacerlo. Ellos pusieron la sangre, como siempre. Los demás estaban leyendo novelas o felicitando a Napoleón.