A la pregunta “¿qué puede esperar el lector que coge entre sus manos el libro Las herederas de la Singer, de Ana Lena Rivera (Oviedo, 1972)?”, respondería que puede esperar mucho más que una historia de cuatro mujeres llamadas Aurora, Águeda, Ana y Alba, contada con saltos adelante y atrás, de la misma manera que las modistas y costureras cosen y descosen para terminar confeccionando una prenda. También leerá un relato enmarcado dentro del retrato paisajístico de la historia de España usando como escenarios la cuenca minera asturiana de Turón, Madrid, Oviedo y Sevilla. Cuenta cómo evolucionó la sociedad desde los años veinte del pasado siglo hasta la actualidad, cambios basados en lucha, entrega, trabajo y sacrificio de los antepasados que nos han permitido llegar al estado de bienestar material, social e intelectual de hoy en día. La historia se puede calificar de costumbrista, ya que Ana Lena pone especial énfasis en retratar a los protagonistas con los usos y costumbres imperantes en el momento en que se producen los diversos acontecimientos históricos en España, como fueron los años 30, la Revolución de Octubre, la Guerra Civil, la posguerra, la huelga minera del 62, la Transición, la Expo del 92, etc. Retrata con solvencia las diversas situaciones por las que van pasando las protagonistas: hambre, miedo, penurias, comprensión, amor y ternura.
Rivera decide contar su historia de la misma manera que las costureras confeccionan una prenda de manera artesanal, dando puntadas adelante y atrás. Así va dando saltos avanzando y retrocediendo en el tiempo por medio de capítulos cortos enlazados de manera magistral, sorprendiendo al lector al hacer que haya un narrador omnisciente y además que una de las protagonistas (Ana) narre, en primera persona, el inicio de cada capítulo en el que interviene, confiriendo al relato un interés y vivacidad enorme. El mérito de Ana Lena está en que, al elegir esta técnica, ha sido capaz de hilvanar hacia adelante para después rematar los pespuntes hacia atrás y conseguir que el lector se convierta en espectador privilegiado de los acontecimientos, no imaginándose, ni aunque utilice una pitonisa experta en leer las cartas (de esas de las que hay varias a lo largo la de historia), lo que la autora deparará a los diversos actores que participan en el libro.
El papel principal de la novela se lo reserva Rivera a un objeto. En 1940 los padres de Aurora, con motivo de su boda, le regalan una máquina de coser, marca Singer, que funciona a pedal y que lleva incorporada una mesa de trabajo. A lo largo de la historia, la máquina pasará de ser herramienta de trabajo a ser un objeto decorativo por considerarla una antigüedad y terminará convirtiéndose en todo un símbolo para las generaciones futuras.
Ana Lena hace caso a ese dicho que acompaña al gremio de sastres y modistas que afirma: “¡Costurera sin dedal, cose poco y cose mal!”. Se aplica el dicho y utiliza el mejor dedal posible para construir cuatro personajes protagonistas, en este caso las cuatro generaciones que descienden de Frutos y Olvido, trabajadoras con arrestos y un gran deseo de progresar, rodeándolas de unos secundarios de lujo, a cada cual más entrañable y acertado. A lo largo de la novela al lector no le costará trabajo entender y ponerse en el momento por el que va transcurriendo la historia, ya que están magníficamente retratados los comportamientos de los protagonistas y, para aquellos que ya tenemos una edad, nos recordará las monsergas que daban ambos padres a nuestras hermanas y las historias que se contaban y cotilleaban del día a día de la vecindad y familiares.
Las herederas de la Singer homenajea, a través de una maravillosa narración, a esas protagonistas anónimas, fuertes y poderosas, que día a día, con sus pequeños gestos, forjaron la vida de las familias y la historia colectiva de España. Se puede afirmar que en todas las familias hubo una Aurora que se ocupó de hacer salir adelante a sus seres queridos y que con este libro seguro que volverán a la memoria. Por otro lado la historia es un canto al optimismo en un ambiente, a veces duro y a veces desenfadado, con un retrato de la familia que busca sobrevivir, y cuando lo consiguen quieren avanzar para que su vida sea mejor por ellas y por todos sus seres queridos.
Cuando leo un libro pretendo que el autor me cuente algo significativo, que me haga pensar, que pueda aprender, divertirme, incluso si es capaz de lograr que sonría y hasta me carcajee, ¡mejor! Pero sobre todo que me haga sentir bien. Con Las herederas de la Singer, Ana Lena Rivera lo ha conseguido holgadamente. Estoy seguro de que acierto al recomendar su lectura.
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Autora: Ana Lena Rivera. Título: Las herederas de la Singer. Editorial: Grijalbo. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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