Empecé a escribir este libro de Las Lanzas alrededor de una idea que incluía dos protagonistas encuadrados en el momento histórico culminante de la guerra de Flandes a principios del siglo XVII. Los personajes de mi novela son Ambrosio de Spínola y Alonso de Montenegro, y lo que me propuse fue crear con ellos una especie de alternancia de personalidades que se complementan en la aceptación del destino que les ha sido impuesto. Ambos reflejan el contraste entre la realidad histórica, encarnada en Spínola, y la ficción, simbolizada en Montenegro. Uno es el patricio genovés, condottiero de vocación, personaje quijotesco dispuesto a sacrificar su fortuna por la gloria militar. El otro, un español cualquiera, hijo de familia hidalga de modesta cuna, al que las circunstancias empujan a combatir en Flandes. Una guerra no buscada, en la cual Montenegro se siente partícipe, en forma un tanto inconsciente, de los valores de una España agotada y al borde de la derrota, pero que todavía mantiene la fidelidad a unas banderas que ha prometido defender. Sabe que los españoles de los tercios no son ángeles, pero sus enemigos de Flandes no les van a la zaga en fechorías, injusticia y crueldades. Crímenes por crímenes, elige permanecer leal a sus camaradas y no se plantea desertar ni traicionarlos.
En la idea que yo tenía del personaje quería dejar claro que Montenegro debía ser ante todo un soldado comprometido no solo con su país, sino también, por una cuestión de lealtad personal, con su “señor” y general Ambrosio de Spínola. En el caso de Montenegro no se trata de un sicario ocasional o un mercenario al servicio de nobles caprichosos. Ante todo, era un combatiente de los tercios de aquel tiempo (la mejor infantería de la época), que pasó los años de juventud con sus camaradas y aceptó resignado retirarse a morir solitario y pobre, pero conservando la honra. Igual que muchos viejos combatientes españoles de aquel tiempo, que pasaban de empuñar largo tiempo la espada al estoicismo conventual y la contemplación serena de su propia muerte.
Las Lanzas es también una novela sobre el modo de vivir y pelear de los tercios de Flandes, y la primera parte de una trilogía con la que pretendo resumir el balance histórico del ascenso y caída de España en la Europa del siglo XVII. Son momentos que marcarán el cenit y la ruina de un país cuyo poderío económico y militar pasa del auge a la profunda miseria en menos de medio siglo, y está a punto de ser desmembrado en tiempos de Felipe IV y Carlos II.
En cuanto al contenido formal de la obra, he tratado de configurar el argumento como una especie de rompecabezas de voces y ecos diferentes, utilizando personajes, situaciones, palabras y expresiones propias del espacio temporal en que transcurre la acción.
Es una técnica que ya he utilizado en otras novelas históricas como El náufrago de la Gran Armada o El rey de Maestrazgo, y que me permite generar una panorámica amplia de sucesos sin recurrir a excesivas descripciones, balanceando situaciones y personajes, creando con ellos una especie de espiral con saltos de tiempo y espacio que en ocasiones fragmentan la estructura lineal del relato, al igual que ocurre con la realidad de nuestros propios pensamientos, que siempre es fragmentaria y parcial.
Escribir la novela Las Lanzas exigía una carga de documentación importante y para ello recurrí a unas cuantas obras fundamentales, entre las que se cuentan la biografía sobre Spínola de Antonio Rodríguez Vila, un tanto añeja, pero que todavía sigue siendo referencia importante, o el testimonio coetáneo del jesuita Hermann Hugo, colaborador y confidente del propio Spínola. Junto a ellos, otro autor imprescindible para el marco histórico de la guerra en los Países Bajos es el hispanista Geoffrey Parker, con títulos ya clásicos, como El ejército de Flandes y el Camino Español. Sin olvidar al gran teórico René Quatrefages, con su libro sobre los tercios y la revolución militar moderna, lo que él llama “el crisol español”.
No hay muchos estudios, sin embargo, que hayan indagado ampliamente en la figura de Ambrosio de Spínola. En España, su bibliografía personal es más bien escasa y la suma de sus méritos, en cualquier caso, están muy por debajo de su renombre, aunque eso es algo que, a través de los tiempos y como si fuera una maldición, se repite en España con la mayoría de los hijos que más la han defendido.
_______
Autor: Fernando Martínez Laínez. Título: Las lanzas. Editorial: Ediciones B. Venta: Amazon, Casa del Libro
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: