Hoy es un día muy importante para mí. Hoy empiezo mi blog Cuaderno de campo en Zenda, una revista de libros y autores que admiro y respeto profundamente.
Esta mañana en el Congreso de los Diputados aprobaban la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, y, mientras, yo pensaba un título para mi blog. Al final me he decidido por Cuaderno de campo, que incluye mi idea del diario del escritor pero también de la persona, del ser humano que soy.
Cuaderno de campo porque quiero utilizar este blog para vivir mejor, tomando notas del natural de la vida, de los libros que vaya leyendo, de las películas que vaya viendo o de los personajes que vaya conociendo. En fin, todo lo que se cuele en mi pluma de la vida que me salga al paso, que ya me parece mucho, algo milagroso. La vida es el primer milagro, el Arte por antonomasia, y dar cuenta de ella, paso a paso, con pluma leve (ése era otro título provisional del blog: Con pluma leve), ya me parece un gran acierto.
Dar cuenta de lo grande y de lo pequeño, desahogar el cuerpo y el alma, poner en negro sobre blanco el rebosar que tiene lo que vivo y lo que leo, por ejemplo, en mi espíritu, en mi mente, ya digo, en mi pluma. Esas cosas que queremos escribir porque nos rezuman, porque no tenemos más remedio que hacerlo. Si yo fuera un vaso todo lo que escribo sería lo que me desborda, sin ninguna duda.
Sí, lo grande y lo pequeño. Y lo pequeño que puede ser grande, según como es contado. Y lo grande que puede ser pequeño, según cómo es interpretado. Ser el pianista de uno mismo, el intérprete de uno mismo, del exterior y del interior, y tratar que el lector se recree con ello, que se divierta, que aprenda… ojalá.
Por ejemplo, la llegada de un libro. Hoy me ha llegado por correo La leyenda de Luis Candelas, de José Luis Olaizola, mi querido amigo, publicado por Libros Libres.
“A Eduardo, viejo amigo y permanente colega. Un abrazo. José Luis”
Ésta es la dedicatoria entrañable que me escribe José Luis Olaizola, al que le mando un gran abrazo desde aquí.
José Luis tiene más de noventa años, noventa y dos si no me equivoco, y sigue escribiendo libros. Es un ejemplo, para mí desde luego, un verdadero ejemplo. Esta novela no la he leído todavía, pero me apetece mucho hacerlo. Trata de la vida de Luis Candelas, un auténtico personaje de novela, que por lo que sé de él me recuerda a personajes tan atractivos como Robin Hood y el Zorro.
Jugué muchas veces al tenis con José Luis Olaizola y realicé muchos trabajos periodísticos sobre él y sobre sus libros. Me parece un maestro literario, con una escritura clara y elegante, artífice de obras muy sabrosas de leer. José Luis nos contagia de su claridad al leerlo, con lo que consigue que nosotros pensemos, e incluso, vivamos, durante un tiempo al menos, con esa misma transparencia, en fondo y forma.
Aparte de un gran escritor es un caballero, y los que lo conocemos lo sabemos. De José Luis me gustan mucho por ejemplo su Juana la Loca o su Diario de un escritor, aunque sus libros más famosos son La guerra del general Escobar y La puerta de la esperanza, sobre Juan Antonio Vallejo Nájera. La leyenda de Luis Candelas promete ser uno de sus mejores libros.
Aquí lo tengo a mi lado, acompañándome en este primer día de blog, como dándome ánimos en esta nueva etapa literaria que inauguro.
La fuerza de un escritor reside en buena parte en los libros que le alimentan y en las personas que le enriquecen. Sin duda José Luis me enriquece como persona, y sus libros me alimentan como escritor.
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