Montaje sobre la fotografía de Hans Gutmann de Marina Ginestà, Hotel Colón, Barcelona, 21 de julio de 1936.
Marina Ginestà es un icono de la lucha antifascista en España. Militante desde muy joven de las JSUC, redactora del periódico Verdad, intérprete del comisario político Kolstov y activista de los derechos de los trabajadores y de la mujer, nació en Toulouse, junto a su hermano Albert, como consecuencia del exilio de su padre por motivos políticos. Descendiente de una familia de tradición obrera, su abuela fue una feminista y socialista de renombre, y pionera del movimiento cooperativista catalán. Su madre había encabezado en Moscú en 1935 la delegación española en el Congreso Internacional del Movimiento de las Mujeres. Ginestà tendría conciencia de clase desde la cuna. De hecho, su compromiso es más que evidente antes incluso del estallido de la Guerra Civil. Hay noticias de su presencia en una manifestación de las Juventudes Comunistas en 1934, celebrando la liberación del presidente de la Generalitat, Lluís Companys.
Como consecuencia de su incorporación al equipo de Verdad en Valencia, Ginestà, a diferencia de autores como George Orwell, no fue testigo de los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona, que supondrían la persecución, encarcelamiento, tortura y eliminación de los grupos anarquistas y trotskistas del POUM a manos de los estalinistas. Con la represión, aquella revolución libertaria que se había iniciado en Cataluña, y que con tan malos ojos veía el Kremlin, quedaría aniquilada. La contrarrevolución de Stalin se manifestó con una creciente sovietización de la República Española, lo que llevó al asesinato de muchos opositores al régimen de Moscú, como fue el caso de Andreu Nin. Incluso el propio Koltsov (al igual que muchos otros consejeros militares soviéticos) fue liquidado a su regreso a la URSS por considerar que había quedado contaminado en España por su contacto con anarquistas y trotskistas.
En la novela Otros vendrán…, que acaba de publicar Renacimiento en su colección Espuela de Plata, Ginestà, con un estilo sencillo y directo, consigue a través de sus recuerdos volver a la Barcelona de su familia y camaradas cuarenta años después, y construir un relato puro en el que queda reflejada de forma clara la realidad socio-política de la Cataluña de la época. Más que con una novela histórica, nos encontramos con una especie única de memorias, en la que se mezclan personajes reales (como el caso del viejo Alzina, construido a partir de la figura del padre de Ginestà) con personajes ficticios, cuya personalidad está basada en parte en otras figuras míticas (como es el caso del protagonista, Miquel Alzina, equivalente a Salvador Seguí, líder anarcosindicalista asesinado por las milicias de la patronal en 1923).
En este libro aparecen los hitos sindicales de aquel momento, tales como La Huelga de La Canadiense, el movimiento iniciado en febrero de 1919 en Barcelona, dirigido por la CNT, que paralizó la ciudad durante más de cuarenta y cuatro días y que alcanzó su objetivo al conseguir el hito histórico de las tres ocho (jornada de ocho horas), colocando al sindicato anarquista como una de las fuerzas sociales más importantes del país.
Pero también se expone la brutal respuesta de la patronal a estos sucesos, con la creación de la Federación Patronal Catalana, auspiciada por el Gobierno y las fuerzas del orden, que pusieron en práctica medidas destinadas a eliminar la resistencia sindical. Entre ellas, destacan las que se usaron contra los sindicatos en el lock out general de Barcelona, que recibió el nombre de pacto del hambre, las listas negras o los despidos masivos, que implicarían el comienzo del fin de la visión anarquista de principios de siglo en España.
El gobierno mantuvo la violencia contra los sindicatos, que vieron cómo el ala moderada era perseguida y encarcelada. Los puestos directivos de estos fueron poco a poco ocupados por posturas más radicales y la patronal endureció, todavía más, sus posiciones. Todo ello creó el caldo de cultivo perfecto para que el pistolerismo, apoyado por la Ley de Fugas, renaciese en la ciudad. Si hubo una escisión dentro del colectivo anarquista en 1927 con la creación de la FAI, creándose posteriormente grupos de acción armada, fue como consecuencia de la represión y el hostigamiento patronal, y no porque el anarquismo se basara en estos postulados.
En la novela, Ginestà pone en boca del viejo Alzina las siguientes palabras:
«Aquella imagen de la Revolución que se perfilaba en el horizonte
ha retrocedido cada vez que hemos dado un paso adelante…
Sin embargo, hay que aguantar.
Después de nosotros, otros vendrán»
El lenguaje a través del cual la autora recompone, de manera fiel y vivaz, los dramas de la vida diaria de varias familias proletarias y militantes en la Barcelona de los años veinte, ayuda a construir un discurso romántico y a la vez maduro, donde el fervor de aquellos días de los anarcosindicalistas queda patente. Es precisamente aquí donde reside el interés de esta novela, en la que contribuye a desmontar la leyenda negra que se ha construido en nuestro país y que identifica a los anarquistas con terroristas, asesinos y pistoleros.
Otros vendrán… es un libro valiente que refleja con sumo detalle el cambio que se produjo durante aquel período en las relaciones entre la patronal y los obreros. Es un texto que rinde homenaje a individuos momentáneamente vencidos pero que se mantuvieron íntegros mientras arreciaba la tormenta.
Al final de la guerra, Ginestà consiguió cruzar la frontera tras ser gravemente herida y fue en el exilio cuando se enteró de todo lo acontecido en su ciudad: los asesinatos masivos de militantes de la CNT y la FAI, las detenciones y torturas a miembros del POUM y la persecución de cualquier atisbo de oposición a las directrices de Stalin. Quizá sea por esto por lo que, sin ser una anarquista convencida, decidió escribir esta obra entre los años 70 y 71, como ejercicio de restablecimiento de la dignidad, memoria y justicia histórica.
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Autor: Marina Ginestà. Título: Otros vendrán… Editorial: Renacimiento (Espuela de Plata). Venta: Amazon, Fnac y Casa del Libro
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