Conocí a David Ruiz hace cinco años. La M.O.D.A. se presentaba al concurso de Música Joven de Burgos en el que yo estaba de jurado. Todavía no les había escuchado en directo. Aunque era una banda muy joven, las referencias que me habían llegado de ellos eran muy buenas. En un escaso par de minutos nos convencieron a mí y al resto de mis compañeros de deliberaciones; estábamos ante el principio de algo muy grande. El grupo estaba por hacer, ni siquiera tenían claro el idioma en que cantar sus canciones, pero una cosa era segura: un grupo con un cantante con una personalidad tan fuerte y poderosa como la de David Ruiz estaba preparado para triunfar.
En su última gira han recorrido toda España. No hay festival que se precie que no haya contado con ellos. Han actuado ante una abarrotada Riviera y han llenado en varias ocasiones la Joy Eslava en su adiós momentáneo. Su objetivo musical estaba más que cumplido. Ahora tocaba el literario.
David Ruiz ha publicado su primer poemario, Nubes negras, en una editorial con un gusto exquisito, Frida ediciones, que tiene en su nómina a gente como Rayden, Felipe Benítez Reyes, Marwan, Carlos Salem o Ismael Serrano.
Poemas y canciones conviven en este libro de forma armoniosa. David ha confirmado aquí —algo que ya habíamos adivinado al escuchar las letras de sus canciones— que puede llegar a ser en un futuro muy cercano: un autor de referencia, no solo en la música, también en la poesía.
Loreto Sesma, en su espléndido prólogo, define perfectamente este poemario: «Nubes negras sabe a sonrisa de despedida, a ese sabor dulce que te deja el último beso en la estación con la melancolía que conlleva el saber que esa persona ya se va». Confiemos que David Ruiz regrese a la literatura muchas veces. Necesitamos su autenticidad.
Entrevista a David Ruiz, cantante de La M.O.D.A. y autor de Nubes negrasEscuchando las letras de tus canciones, parecía inevitable que publicases un libro de poesía. ¿Cómo conviven en tu cabeza los poemas y las letras de La M.O.D.A.?
Con naturalidad. No me considero escritor, ni poeta ni músico. Intento expresarme y supongo que tengo una cierta necesidad de hacerlo y compartirlo, sin pensar demasiado si algo que escribo es para una canción o para un libro.
Loreto Sesma te ha regalado un prólogo extraordinario para Nubes negras. Escrito con las tripas, como tus canciones y tus poemas. En él, Loreto dice que todo es “transmitir”, tanto las canciones como los poemas. ¿Dónde está la línea que separa esos dos procesos creativos?
No sé si existe una línea divisoria. Ambos procesos parten del mismo sitio, de la persona, y eso es lo importante para mí. Claro que hay diferencias entre un poema y una canción, pero me interesa más el hecho de querer expresar algo de forma sincera que la forma que acaba tomando.
Muchos músicos han escrito y publicado poemas, como Cohen o Dylan. La línea entre literatura y música es muy fina y frágil. ¿Qué músicos son para ti un referente a la hora de componer canciones? ¿Qué canciones son para ti auténtica literatura?
Hay cosas que te llenan, que te llegan, que te cambian, y eso es lo que cuenta: que algo te inspire. Digo esto porque tengo la impresión de que estamos muy condicionados por las etiquetas o las opiniones mayoritarias. Para mí el «arte» es importante en cuanto a su capacidad de transformar la realidad de las personas. Si tuviera que elegir un grupo sería The Clash.
Nubes negras es un título que define perfectamente lo que nos encontramos en tu poemario. Muy en consonancia con los temas de La M.O.D.A.: historias de perdedores, noches rotas, vidas amargas; hijos de Johnny Cash. ¿Es tan oscuro el futuro que nos aguarda? ¿Nuestro presente?
Esa es una interpretación y es tan válida como la mía o la de cualquier otro lector. Yo creo que en lo que hago hay un poso de esperanza. Y puede que tienda a escribir cosas más tristes o más oscuras porque me inspiran más.Me llaman más la atención aquellos en los que nadie se fija, los «olvidados», la gente que no sale en los anuncios de familias felices que nos venden en la televisión… y también porque cuando uno está feliz no piensa en escribir sino en estar feliz .
Ese poso de esperanza lo encontramos en Luto donde reclamas que celebremos las cosas buenas. ¿Nos ha metido esta crisis en un pensamiento negativo del que no sabemos salir?
Eso es algo que va más allá de una época concreta. Es inherente al ser humano. Hay familias que llevan sufriendo crisis mucho tiempo, el mundo lleva sufriendo crisis mucho tiempo… pero parece que solo cuando se empieza a hablar de ello en los medios se acepta su existencia.
La nostalgia es otra de los grandes protagonistas de tu libro de poemas. ¿Es tan necesario echar la vista atrás? ¿Qué queda de aquel chico que cantaba en las calles de Irlanda y soñaba con ser músico y poeta?
Es que yo no sé lo que es necesario o no… Defiendo que cada uno debe encontrar su sitio, su hueco, su lugar en el mundo, más allá de lo que socialmente se considera necesario, bueno, malo… Lo que para mí es natural para ti puede ser una locura y viceversa. No creo que haya un manual de instrucciones para vivir la vida.
De aquel chico queda casi todo. La ilusión, la pasión y una cierta rabia o mala hostia que creo que estás pudiendo comprobar en mis respuestas (risas).
Más que mala hostia, veo honestidad en tu discurso. En Nubes negras, nos hablas de “escribir como si le gritaras al mundo con la boca llena de sangre”. Hay llamadas a la lucha como en Agosto. ¿Crees que la gente está preparada para esa lucha o que nos conformamos con desahogarnos en las redes sociales?
Es la actitud que quiero tener y mantener, no solo a la hora de escribir sino de vivir.
Las redes sociales han supuesto uno de los cambios más influyentes en nuestro día a día en los últimos años. Han transformado nuestra forma de ver el mundo, de relacionarnos, de comunicarnos …no puedo hablar por otras personas, pero yo sí tengo la sensación de que muchas veces me quedo en lo virtual y podría hacer mucho más en la vida real. Esa autocrítica e inconformismo conmigo mismo es otra de las causas / motores del libro.
Puede que Facebook, Twitter y las redes sociales de chat hayan favorecido esas conversaciones de ascensor de las que nos hablas. Pero quizás el problema no es el del canal sino de los que enviamos el mensaje. ¿Cuál debe ser el papel de músicos, literatos y creadores culturales en la sociedad actual?
El que nosotros queramos. Para mí el atractivo de la creación reside en poder hacer lo que te dé la gana, en elegir tu propio papel en la película. Eso sí, siendo siempre conscientes de la responsabilidad que supone el poder llegar e influir en otras personas. Eso y ser sinceros. Hacer lo que hagas con propósitos artísticos, humanos, o lo que consideres, pero sin engañar a nadie (ni a ti mismo) ni moverte por un fin monetario. Así lo veo yo.
Abres tu poemario con Machado. En su cita, el autor de Campos de Castilla dice: «La página escrita nunca recuerda todo lo que se ha intentado, sino lo poco que se ha conseguido». ¿Cuántas letras se han perdido en el camino hasta llegar a una sola canción o poema? ¿De cuál estás más satisfecho?
Tengo la mala suerte de que casi todo lo que hago me parece muy flojo y lo digo como lo siento. Por eso no me puedo considerar escritor o poeta, porque leo lo que hacen otros y lo mío me parece malo. Aunque eso tiene su parte buena : Mantienes los pies en la tierra y evitas caer en la autocomplacencia.
En Nubes negras, hay buitres, caballos salvajes, mirlos y lobos. Animales muy humanos que te sirven para hablar de nuestros miedos y miserias. Esos lobos de los que nos hablas describen perfectamente la adicción y la autodestrucción. ¿Por qué la música y la literatura tienen esa obsesión con esas temáticas? ¿Se puede hacer música sin tener una vida trágica como Elliot Smith?
No creo que haya una obsesión, es solo que al ser humano le impacta más el drama, la tragedia o el morbo. Hay músicos que hablan de coger olas y tomar el sol, de fiestas en piscinas o…, pero no sé si eso marca a la gente igual que la tristeza o la desesperación. Porque eso es lo que mucha gente busca en la música o la literatura: un refugio para cuando no sabes adónde ir.
Miles Davis, Johnny Cash, Nick Drake…; estaba claro que en tu libro de poemas habría referencias musicales. Drake encaja mucho con la atmósfera de tus poemas. Un músico que ha influido notablemente en generaciones posteriores pese a no haber tenido éxito en vida. Una persona devastada por la depresión. La primera estrofa de Catedrales lo recrea a la perfección. ¿Quizás el problema de nuestra sociedad es que nos obligamos a ser felices?
Siento que podría responder a esta pregunta con más claridad si tuviese más años y más experiencia vital.
En Insulina hay toda una declaración de principios. También en Cerebros concertados. Hablas de no dejarse comprar. ¿Cómo valoras tu independencia, la artística y la personal?
Todos somos incoherentes, nadie es 100% libre e independiente en esta sociedad y dentro de los términos del sistema en que vivimos. Partiendo de ahí, creo que hay que moverse por motivos que no sean económicos y no tomar decisiones en base a lo que hoy se considera éxito o triunfo. El éxito para mí es hacer algo de lo que estés orgulloso, aunque a nadie más le guste. Y si haciendo lo que te llena, consigues que signifique algo para otras personas… eso es lo máximo.
Nubes negras, es un principio. ¿Cuáles van a ser tus siguientes pasos en el mundo de la literatura?
Escribo mucho, casi todos los días. Me gustaría seguir haciéndolo toda la vida, aunque no me he planteado nada concreto para los próximos años. Quiero aprender a disfrutar de lo que está pasando y ser cada día un poco más consciente de lo privilegiado que soy por poder publicar mis pensamientos y que lleguen a otras personas. Eso y ser un poco más amable al responder las entrevistas (risas).
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: