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De historias que empiezan con una luz tímida

De historias que empiezan con una luz tímida

En el 2020, la actriz Àfrica Alonso se estrenó como directora teatral con Una luz tímida, una obra que ahora convierte en novela. Inspirada en una historia real, se trata de un homenaje a la memoria histórica del colectivo LGTBIQ+ y a la lucha de las mujeres que decidieron no aceptar el tipo de vida que les querían imponer.

En este making of Àfrica Alonso cuenta el origen de Una luz tímida (Seix Barral).

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Siempre que me subo encima de un escenario me aborda el mismo pensamiento: “Independientemente de que al público le guste más o menos la obra, si supieran cómo ha sido el proceso, de principio a fin, sé que les gustaría mucho más”. Es el esfuerzo titánico que supone acabar estrenando una pieza lo que me lleva a pensar esto: el sudor y las lágrimas que lo empacan, imperceptibles para el público. En el caso de la literatura siento algo parecido. Pienso que si la lectora pudiera ser testigo del proceso de escritura, se enamoraría todavía más de esta historia, no tanto por la dificultad que ha supuesto escribirla, sino la belleza de este proceso. Por eso me gusta tanto el título que proponéis para estos artículos. El embarazo de los libros es tan invisible como trascendental y no siempre se tiene la oportunidad de contarlo.

Ya sé que no se lleva tanto entusiasmo y que debería trabajarme una pose un poco más enigmática, más frívola, quizás, cuando hablo de lo que hago. Contar cómo llevé a cabo una ardua y agotadora investigación. Exhaustiva, compleja, heroica. Y en cierta forma lo fue, y tanto que lo fue. Pero también fue tierna. También fue suave como el olor del jazmín.

"¿Qué puede llevar a dos personas, en este caso una pareja de mujeres lesbianas, a no querer vivir más?"

En 2016 llego a un artículo de periódico que contaba un suceso ocurrido veinte años atrás en Valencia. Dos maestras jubiladas, que “vivían juntas” desde hacía más de media vida, deciden tomar una decisión drástica, tal como dejar de vivirla. Una de ellas deja una nota despidiéndose —la misma a la que el artículo define como “una enferma mental”— escrita a mano. Pese a que el artículo se centra en lo macabro de los hechos, en el cómo, pude leer en esa nota, transcrita desde la desesperación, la marca tímida del amor. Y entonces sólo pude pensar en el por qué. ¿Qué puede llevar a dos personas, en este caso una pareja de mujeres lesbianas, a no querer vivir más?

¿Cuánto de decisión hay en un testamento así? Supongo que el mismo que han dejado, por ejemplo, las dos hermanas de Sant Andreu, que se quitaron la vida la madrugada antes de que las desahuciaran, apenas hará unas semanas. Y el de muchísimos otros casos que leemos de paso en los periódicos.

Ese grito de auxilio caído en vano, lanzado a oídos sordos, me encendió el deseo de escribir una obra de teatro que ha estado desde 2020 representándose en distintos teatros del país. A raíz de la obra pude ir sabiendo cada vez más cosas de las dos maestras reales: Carmen e Isabel. Supe, tras conocer a una antigua exalumna suya, que eran de Valencia, y que ella tuvo a Isabel de maestra en un pequeño pueblo de la Ribera Alta, llamado Manuel. Yo entonces estaba pasando por una época difícil, convivía con el malestar desde hacía demasiado tiempo. Barcelona me asfixiaba y el recuerdo de la escritura de la obra, tantísimos años atrás, quedaba en mí como algo lejano y perdido. Me recuerdo escuchando «How Do You Fly», de Jamie Cullum:

“I am tired, but my eyes are shining…” 

“How do you fly? ‘cause I think I’m ready, to give it a try…” 

¿Cómo haces para volar? ¿Cómo vuelas? Porque… me parece que lo quiero intentar.

"Fui entendiendo, gracias a la gente del pueblo, las limitaciones con las que ellas se habrían encontrado siendo lesbianas en tal contexto"

Cuando se vive del arte surgen muchísimas oportunidades para rendirte. Una tras otra. Nadie te necesita. Nadie te pide que le des nada, ni te echa cuentas de tu sacrificio, tampoco de tu —¡escaso pero tan intenso!— placer. Puedes dejarlo cuando quieras. De hecho, la mitad del tiempo que empleas trabajando piensas en hacerlo. Es por eso que, no sin asombro, agradezco a no sé qué diosas del destino, o a la locura transitoria que nos agarra a les artistas, el momento en el que decidí irme hasta Valencia para seguir los pasos de Carmen e Isabel, con la idea de poner luz en su historia y empezar a escribir la novela.

Y así, hace dos años, me encontré en Manuel, y los personajes se encontraron también. Fui colocando su enamoramiento en los sitios en los que colocaba yo mi soledad. Visité una escuela, antes llamada Francisco Franco, repleta ahora de niñes y mochilas.

Paseé por unos naranjos entre los que, como ellas, yo también me preguntaba si volvería a enamorarme alguna vez. Fui confiando cada vez más en mi futuro a medida que les escribía a las maestras un presente. Fui entendiendo, gracias a la gente del pueblo, las limitaciones con las que ellas se habrían encontrado siendo lesbianas en tal contexto. Dejé que mi juventud se confrontara con su vejez, y con respeto abrí una voz en su silencio, heredado de un pasado franquista, de tabús y de miedo. Acabé encontrando allí una familia y viví la añoranza que ellas debieron de sentir de la suya propia.

Me refugié en la escritura durante dos años; a mi alrededor, todas aquellas personas que fui conociendo en el pueblo iban acudiendo con una ramita, luego una piedra, luego un poco de barro endurecido, entre todes, y ahora este polluelo estrena nido, dentro del que voy de presentación de la novela a firma de ejemplares, dentro del que fantaseo sobre futuras historias que aspiro a tener tiempo de escribir. Tengo un sitio al que regresar tras haber volado, tras haber probado efectivamente a volar, que no es sino el producto del amor que me han dado en Manuel, del amor de mi abuela, del de los editores que dijeron que me iban a publicar. Ahora existe esta tesis, estas cuatrocientas y pico páginas sobre lo que yo creo que es amar y sobre lo que es nuestra deuda con las que no les dejaron hacerlo, sobre la ternura que me gustaría, de alguna forma, devolver. Ojalá —además de todo esto— la gente lo lea.

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Autora: Àfrica Alonso. Título: Una luz tímida. Editorial: Seix Barral. Venta: Todostuslibros.

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